El turismo extranjero en el país, otro de los ítems que se vinieron en picada

La llegada de turistas extranjeros a Argentina se desplomó el año pasado un 77,3 % debido a los efectos de la pandemia, un fenómeno que también hizo caer en forma drástica la salida de argentinos del país.

De acuerdo a un informe difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, en 2020 un total de 694.317 turistas extranjeros visitaron Argentina. Esa cifra corresponde fundamentalmente a los ingresos de no residentes verificados entre enero y mediados de marzo de 2020, momento en el cual Argentina decidió cerrar sus fronteras ante la irrupción de la pandemia.

En abril, mayo y junio los ingresos fueron nulos, un hecho inédito en el país, y desde julio, con la autorización paulatina de algunos vuelos, se comenzaron a registrar llegadas, aunque escasas. En diciembre pasado se contabilizaron 15.300 ingresos, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia, pero con una caída del 95% en comparación con el último mes de 2019, cuando se habían registrado 304.400 llegadas de no residentes.

En cuento al turismo emisivo, en 2020 se registró la salida de 905.515 argentinos al exterior, con una caída del 77,1 % en comparación a 2019. El comportamiento de este segmento a lo largo del año fue muy similar al del turismo receptivo y en diciembre pasado se contabilizaron 52.900 salidas de argentinos, un 78,3% menos en términos interanuales.

En 2019, Argentina había recibido un total de 3 millones de turistas extranjeros, con un alza interanual del 11,1%, mientras que 3,9 millones de argentinos viajaron fuera de su país, un 11,9% menos que en 2018.

“El turismo es una de las actividades económicas que más sufrieron el impacto de la crisis, como lo reflejan los indicadores”, dijo el Instituto Nacional de Estadística y Censos en su informe.

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De acuerdo a los últimos datos oficiales disponibles, la actividad económica en el segmento de hoteles y restaurantes registró en noviembre pasado una caída interanual del 53,2 %, confirmando una progresiva desaceleración en la tasa de desplome, que llegó a tocar el 85,2 % en abril de 2020, cuando la actividad de ese sector se vio casi completamente restringida por las medidas sanitarias de confinamiento.

Claro que el problema no es sólo argentino. El 2020 fue el peor año registrado para el turismo mundial, con una drástica caída del 74% en los viajes, según la Organización Mundial del Turismo. Esto supone una pérdida de más de un billón de euros, 11 veces más que la pérdida registrada durante la crisis económica mundial de 2009.

En Europa, por caso, se registró un descenso del 70% en las llegadas, a pesar de una pequeña y efímera reactivación durante el verano. La región sufrió la mayor caída en términos absolutos, con más de 500 millones de turistas internacionales menos que en 2019. Dentro de Europa el país peor parado fue España. Los 43.000 millones que perdió el país en ingresos superan el impacto en Francia e Italia conjuntamente.

Así las cosas, la crisis puso en peligro entre 100 y 120 millones de empleos directos en el sector del turismo, muchos de ellos en pequeñas y medianas empresas. Una gran parte de ellas no esperan tampoco una rápida recuperación. Para Giacomo Galeotti, es subdirector de Rivoire Café, “2021 no será seguramente un año de rápido despegue. El negocio seguirá siendo bastante lento. Tenemos más confianza en la segunda mitad del año, cuando las vacunas irán a un ritmo más rápido.”

“Estoy convencido de que el turismo deberá mutar, como lo está haciendo el virus, porque no queda otra que adaptarse a los cambios, pero es que nuestro mundo lleva en un proceso de cambio global (no solo climático) desde hace décadas, aunque sería más correcto decir una crisis global que afecta al desarrollo del turismo también

Arturo Crosby
Comunicador especializado en turismo

Asia y el Pacífico, la primera región en sufrir los efectos de la pandemia y una de las que mantiene las restricciones de viaje más estrictas, registró el mayor descenso de las llegadas en 2020, del 84 % (300 millones menos).

Oriente Medio y África registraron en ambos casos una caída del 75 %. América tuvo una contracción del 69 % en las llegadas internacionales, con resultados ligeramente mejores en el último trimestre del año.

El gasto del turismo internacional sigue reflejando una demanda muy débil de viajes al exterior, con caídas en los diez principales mercados emisores de entre un 53 % del chino y del 99 % del australiano.

LO QUE VIENE

La última encuesta entre el grupo de expertos de la OMT muestra perspectivas diversas para este año, previendo casi la mitad de los encuestados (45%) un mejor panorama que en 2020, mientras que el 25% espera un comportamiento similar y el 30%, un empeoramiento de los resultados.

Las perspectivas generales de un repunte en 2021 parecen haber empeorado, con un 50% de los encuestados que no cree que se produzca hasta 2022, frente al 21 % que expresaba esa opinión en octubre pasado, mientras que la otra mitad lo ve aún posible en el presente ejercicio, aunque las expectativas son inferiores a las de la encuesta anterior.

Asimismo, cuando sea que se reanude la actividad turística, el grupo de expertos prevé un incremento de la demanda de actividades turísticas de naturaleza y aire libre, con un creciente interés por el turismo interno y las experiencias de “viajes lentos”.

Los escenarios a largo plazo indican que el turismo internacional podría tardar entre dos años y medio y cuatro en volver a los niveles de 2019, dado que la mayoría de los expertos no lo prevé antes de 2023, apuntando a 2024 o incluso después.