La escena urbana argentina marca el pulso
Edición Impresa | 29 de Abril de 2021 | 02:45

Unos amigos se juntaron en 2012 para formar una batalla de gallos en su barrio de Buenos Aires. Nueve años después, lo que inició con versos improvisados en aquella plaza de un parque es un fenómeno de masas y una profesión con la que decenas de raperos argentinos se ganan la vida. Si se teclean en Spotify los nombres de Duki, Paulo Londra, Bizarrap, Khea, Wos, Cazzu, Trueno, L Gante y Nicki Nicole, la suma de sus canciones más escuchadas supera el billón de reproducciones, mientras que, en paralelo, las competiciones de improvisación que ahora organiza la Freestyle Master Series (FMS) en Argentina tienen alrededor de 500.000 espectadores en YouTube en cada evento.
“El fenómeno del trap y el fenómeno del ‘freestyle’ (estilo libre) son fenómenos independientes y complementarios. Los grandes referentes, por no decir todos, dieron un salto de la improvisación a algo que es muy pariente, que es la música”, explicó a Efe el periodista argentino especializado en cultura joven Hernán Panessi.
El manager de cuentas de Urban Roosters y organizador de la FMS, el español Daniel Bernal, opinó que Argentina se ha convertido en uno de los mayores exportadores de artistas porque “viven todo con muchísima intensidad”, cualidad fundamental en improvisación y trap.
“Son unos apasionados, lo viven todo al máximo nivel. Creemos que lo que más aportan los ‘freestylers’ argentinos es muchísima musicalidad y que tienen unos personajes muy definidos, son todos muy auténticos, eso da muchísimo juego. Hay mucho talento en la calle”, añadió Bernal.
Los artistas urbanos que encabezan las listas argentinas rondan los 20 años y en algunos casos proceden de lugares humildes de Argentina, un país donde según el último indicador de pobreza del Instituto Nacional de Estadística y Censos hay un 56,3 % de pobreza infantil.
El ‘freestyle’ y el trap son así “un aspiracional”, una opción para tener futuro: el rapero Trueno, de 19 años y originario del barrio de La Boca, ganó en 2019 la final de la FMS Argentina y luego dio el salto a la música. Duki, “un pibe que soñaba con comprarse una campera de fútbol y terminó convirtiéndose en el artista más escuchado de Argentina”, trazó idéntico camino hace dos años.
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