Corrimiento de horarios y abuso de las pantallas

Edición Impresa

Susana Machado García

Psicóloga

Más que de trastorno del sueño yo hablaría de un corrimiento de los horarios.

Desde que empezó la pandemia se empezó a atrasar el momento en que los chicos se van a la cama.

Y este fenómeno es directamente proporcional a la edad: si los más chiquitos se quedan una o dos horas más, los chicos de 12 años o más se han quedado hasta altas horas de la madrugada, con lo que al día siguiente retrasaban el momento de levantarse.

Por supuesto que esta situación no fue igual en todos los hogares.

Resultó menos marcada en aquellos que recurrieron a estrategias tales como la de ordenar los tiempos con distintas actividades y tratando de mantener un patrón de horarios similar al de la pre-pandemia y limitando el uso de las pantallas.

De todas maneras la tendencia es general y se notó mucho en el consultorio, donde se plantearon situaciones tales como que el corrimiento del sueño provocaron irritabilidad o problemas de conducta en algunos chicos.

Otro problema que se nota mucho fue el crecimiento del uso de las pantallas en detrimento de otras actividades.

 

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