Ola de robos en la zona Norte: vecinos muy enojados por la inseguridad

En los últimos años, la región norte de La Plata (principalmente Tolosa, Ringuelet, Gonnet, City Bell y Villa Elisa) vio crecer considerablemente la cantidad de casos de inseguridad. Inclusive, con delincuentes que llegaron desde diversos puntos del Conurbano a cometer sus fechorías y enseguida regresar a sus localidades.

Y, a juzgar por la realidad cotidiana que padecen quienes residen en dicha franja del mapa platense, no hay perspectivas de que el flagelo de los robos encuentre freno en lo inmediato.

De ello pueden dar fe también quienes en las últimas horas sufrieron en carne propia la situación antes mencionada, tanto en Gonnet como en City Bell.

La realidad se extiende también a la “frontera” con la Zona Oeste: el martes, en 474 entre 159 y 160, cuatro delincuentes entraron por el fondo y sorprendieron a la dueña de casa, que iba al gimnasio, y la ataron. Fugaron con dinero, un auto, ropa y celulares.

“Ya van tres robos en el barrio, y en este caso fueron muy violentos. Tenemos alarma dentro y también la vecinal, pero te entran igual”, le contó Lara Desmarás (31), la damnificada, a este diario.

“MI HIJO SE DESPERTÓ JUSTO”

Con toda la familia durmiendo, en una vivienda de 15 A entre 464 Y 465, de City Bell, al menos dos ladrones pugnaban por abrir el portón de madera del frente de ese domicilio.

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Pero a diferencia de lo sucedido hace 10 meses, cuando los dueños de esta casa fueron asaltados y maltratados por maleantes, esta vez quienes fueron allí a robar no tuvieron la misma suerte. La dueña de esta propiedad, Ana Huergo (59), explicó el caso ayer a EL DIA.

“Fue a las 3 de la mañana (del jueves), en momentos en que acá estábamos durmiendo y mi hijo, que lo hacía en su cuarto de la planta alta, sintió un ruido que provenía del portón de entrada y se despertó justo”, citó inicialmente.

Enseguida, señaló que “se trataba del pasador del portón, al que un delincuente joven lo deslizaba para poder entrar con un cómplice. Hasta mi hijo vio la mano de quien realizaba esa maniobra”.

Desesperado, el muchacho atinó a ir a la habitación matrimonial y “me despertó y me dijo ‘mamá, están queriendo entrar a robar’, y de inmediato pulsó el botón de la Alarma Vecinal”.

Esa reacción fue determinante para frustrar lo que parecía destinado a ser un nuevo asalto a esta familia. “Por suerte, entonces se fueron enseguida”, indicó Huergo.

No descartó que la intención de esos desconocidos fuera la de “robar mi bicicleta, que había quedado a la vista”.

Como sea, enfatizó que “no estamos en condiciones anímicas ni económicas de haber afrontado otro asalto, después de los horribles momentos que pasamos acá en marzo de año pasado”.

Consultada sobre ese hecho, informó que “los delincuentes nos saltaron el portón del frente y aprovecharon que hacía mucho calor y por eso habíamos dejado abierta una ventana que da al comedor”.

Recordó luego que “nos robaron 30.000 pesos, dos computadoras, dos celulares y, lo que más lamentaba mi marido, que es agrimensor, herramientas que usaba para su actividad”.

Pero más allá de los bienes materiales sustraídos en aquella ocasión, Huergo lamentó que “los asaltantes eran muy violentos, al punto que a mi marido le provocaron heridas por culatazos en la cabeza. Y a mí me hicieron maniobras para provocarme asfixia, me torturaban así”.

Como si todo lo sustraído y los apremios físicos y psicológicos no resultaran suficientes, el matrimonio tuvo que embarcarse en un gasto “del que todavía nos estamos reponiendo” para reforzar la seguridad de la casa.

“Hicimos instalar rejas en dos ventanas de la planta baja y hasta en un pasillo interno. Y cuando podamos, vamos a tomar otras medidas de prevención”, consignó.

“SON PIBES DEL BARRIO”

A pocas cuadras de su casa, en 17 entre 462 y 464, ladrones también eligieron la hora del descanso de una familia para entrar a robar.

Alberto (74), el damnificado, le comentó ayer a la tarde a EL DIA en la puerta de su vivienda que “ya estábamos durmiendo y al menos un pibe llegó hasta el parque de entrada, no sabemos si tras saltar el portón o tras treparse a un paredón lateral, y me robó una escalera de aluminio, que tiene dos tramos de cuatro metros cada uno, y luego escapó”.

Y pese a que los malvivientes desistieron en reducir a los morados dentro de la finca, el hombre igualmente mostraba desazón debido a que “me dedico a hacer obras y esta escalera me resultaba de muchísima utilidad”.

Al igual que otros habitantes del lugar, indicó que los responsables del atraco “son pibes del barrio” y acotó que así lo evidenciaron imágenes registradas por una cámara de seguridad de un vecino.

“Por eso, subieron a Facebook fotos de estos pibes y donde se pedía que nadie comprara mi escalera si la ofrecían para la venta”, comentó después Alberto.

Sin embargo, un frentista desprevenido compró la escalera en cuestión horas después. “Este señor vive a la vuelta de casa y ya fui a verlo para explicarle la situación, pero aún no lo encontré en su casa”, reveló la víctima del hurto.

Perla (58) vive en ese barrio y le dijo a este diario que “fue mi hija quien publicó la foto de los que robaron la escalera, tras ver escapar al que se la llevaba de la casa del vecino. Y uno de ellos la amenazó por Facebook y le aseguró que él no fue. Y acusó a otros dos chicos”.

Por otra parte, se acercaba la hora de la cena del martes, cuando en 498 entre 8 y 9 -de Gonnet- dos delincuentes en moto sorprendieron a una joven de unos 25 años que caminaba en dirección a su casa.

David (34) vive en el barrio y contó a EL DIA que “cuando un vecino activó la Alarma Vecinal, ya le habían robado la mochila” donde la chica guardaba sus pertenencias, entre ellas “los elementos de su actividad como manicura”.

Cabe recordar que, como publicó este diario, en 15 entre 504 y 505 un grupo de personas salió en socorro de una joven ciclista que había sido abordada por dos motochorros. Los gritos de la mujer alertaron a la comunidad, que salió a la calle y espantó a los delincuentes.

SIETE DETENIDOS

En medio de la situación descrita por los propios protagonistas, la Policía detuvo en las últimas horas a siete delincuentes en dos procedimientos distintos. El primero tuvo lugar en el barrio Savoia, donde una un grupo conocido como la banda “Bate de Béisbol” causaba terror en la vecindad. Se trata de 6 personas que también se hacen llamar “la pandilla del Pitu Lucero” ya que responden al cabecilla anteriormente mencionado. Los mismos fueron denunciados por vender marihuana en el barrio y golpear a con el bate a transeúntes a los cuales asaltaban. Al líder lo atraparon tras un allanamiento en 11 entre 483 y 484. A dos cómplices masculinos en dos domicilios de 7 entre 479 y 480, mientras que en 7 entre 471 y 472 se encontró a las tres restantes, de los cuales todas son mujeres.

Y en Villa Elisa, un joven de 21 años que había ingresado a una finca de 411 ente 155 y 156, pudo ser aprehendido poco después por efectivos de la comisaría Decimosegunda. El sospechoso sustrajo varias pertenencias y hasta el perro de la familia, un cachorro de Pitbull que por fortuna pudo ser devuelto a sus dueños.

“Todavía no nos repusimos del asalto en casa de hace 10 meses y casi nos vuelven a robar. Lo logró evitar mi hijo”

Ana Huergo (59) Vive en 15 A entre 464 y 465

“Me robaron una escalera que me resulta muy útil para mi actividad (realiza obras). Los pibes son del barrio”

Alberto (74) Vive en 17 entre 462 y 464

“Esta chica llevaba en su mochila sus elementos para trabajar de manicura, entre otras cosas que le robaron”

David (34) Vecino de 498 entre 8 y 9