Cómo darle pelea a la inflación con las opciones más sencillas de inversión
Edición Impresa | 31 de Diciembre de 2022 | 01:59

El plazo fijo es uno de los instrumentos más sencillos de operar y otorga un rendimiento que se conoce al momento de constituirlo, transformándolo en una de las inversiones favoritas de los ahorristas argentinos junto al atesoramiento de dólares.
Para disminuir la demanda de este último, el gobierno ha incrementado la tasa de los plazos fijos para incentivar este instrumento de ahorro en pesos.
Actualmente, la tasa nominal anual es del 75%. En el caso de que se decida reinvertir el dinero cada 30 días, se obtiene una tasa efectiva anual mucho más elevada, del 107,05%.
En el caso de invertir $100.000 a 30 días con la tasa actual, nos generará $6.164,38 de intereses aproximadamente. En el hipotético caso de que invirtamos ese dinero a 30 días, pero se reinvierta de forma constantemente, al cabo de 12 meses recibiríamos $207.050, $100.000 de capital y $107.050 de interés.
En el caso de optar por otro tipo de plazo fijo, podemos escoger la opción del plazo fijo UVA. En este caso, el dinero que invertimos se divide en UVAS (unidades de valor adquisitivo) y al finalizar el plazo fijo, nos pagarán las UVAS que adquirimos más un 1% de interés.
También existe la opción del plazo fijo UVA Precancelable, pero, en caso de cancelarlo de forma anticipada, no se recibirá la revalorización de las UVAS, sino que se tomará el dinero invertido y se lo multiplicará por una tasa más baja que la del plazo fijo tradicional.
En estos momentos, la tasa del plazo fijo se ubica en un 75% nominal anual y la efectiva se eleva hasta el 107,05%.
Dependiendo del dinero que invirtamos será lo que el banco nos pagará.
Por ejemplo, si decidimos invertir $200.000 a 30 días con esta tasa, nos generaría $12.328 aproximadamente de intereses. En el hipotético caso de que reinvirtamos ese dinero cada 30 días durante un año, al finalizar los 12 meses obtendríamos $414.100 de los cuales $200.000 corresponderán al capital invertido y $214.100 de intereses.
Sin embargo, este interés sería “nominal” debido a que, en una economía inflacionaria como la de Argentina, se debe descontar la inflación de dicho período para conocer cuál fue la ganancia “real” que obtuvimos. Suponiendo que a inflación es del 90% anual y el plazo fijo que constituimos fuimos retirando los intereses generados, habremos tenido una pérdida del 15% anual.
Si, por el contrario, renovamos los intereses de forma periódica, es decir, cada 30 días renovamos tanto el capital como los intereses, obtendríamos la tasa del 107,05% mencionada previamente. En este caso, tomando como dato la inflación del 90%, obtendríamos una ganancia del 17,05% en pesos respectivamente.
La tasa nominal para un depósito a plazo fijo a 30 días, siempre que el monto sea inferior a $10.000.000, es del 6,25%.
En el caso que se reinvierta el total, es decir, tanto el capital como los intereses, el dinero que se obtiene de forma mensual se va incrementando gracias al interés compuesto, es decir, intereses sobre intereses.
Por este motivo, en el caso que, por ejemplo, desees invertir tu dinero a plazo fijo a un año, no es conveniente hacerlo directamente, ya que únicamente cobrarás la tasa nominal del 75%, por lo que es mejor ir renovándolo cada 30 días, obteniendo un interés ampliamente superior.
En los casos en el que el depósito es por un monto superior a los $10.000.000, tanto la tasa nominal anual como la tasa efectiva anual disminuyen considerablemente. Esto se debe a que el BCRA estableció una política de tasa mínima para aquellos plazos fijos que no superen esa cifra y que se trate de personas humanas, según Iprofesional.
Actualmente la tasa nominal para un depósito a plazo fijo a 30 días está en el 6,25 por ciento
Por este motivo, en el hipotético caso de que tengas un dinero superior a los $10.000.000, es conveniente dividirlo en diferentes entidades financieras para mantener la tasa de interés previamente mencionada.
Con respecto a los plazos fijos UVA, el valor evoluciona de acuerdo con el aumento del metro cuadrado promedio en construcción y suele ser idéntico a la evolución de la inflación. Y abona un 1% nominal anual adicional sobre el monto invertido, por lo que siempre supera a la inflación y disminuye el impacto de una eventual suba del dólar, ya que este suele subir cuando hay una elevada inflación, disminuyendo el poder adquisitivo de la moneda nacional.
AFIP VIGILA A LOS AHORRISTAS
En este contexto financiero es que los bancos deben informar los movimientos de las cuentas y las tarjetas de los usuarios a partir de un monto mínimo.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) elevó en la última actualización de $30.000 a $90.000 la cifra mínima para informar las acreditaciones, extracciones, saldos de las cuentas y los depósitos a plazo fijo.
Este monto de $90.000 es mensual e incluye todo tipo de acreditación. Es decir, no se limita únicamente a los plazos fijos, sino que también abarca a los depósitos, las transferencias recibidas y los saldos en cuenta, por lo que no es un monto significativamente alto.
Además, en su momento, se incrementó de $10.000 a $30.000 el monto mínimo a partir del cual las entidades financieras deben reportar consumos con tarjeta de débito.
Con estas modificaciones, los bancos podrán agilizar las operaciones y a su vez, recibirán información automática y permanente de las acreditaciones mensuales, extracciones, saldos de las cuentas, los depósitos a plazo y consumos con tarjetas.
La acelerada suba de las tasas de interés de los meses pasado cumplió con el objetivo buscado: evitar una nueva crisis cambiaria. En la actualidad, el costo del dinero quedó positivo en términos reales, tal como se acordó con el Fondo Monetario.
Claro, el impacto negativo de esa medida ya se sabía de antemano: el encarecimiento de los créditos repliega las inversiones y también el consumo. Es por eso que el Gobierno evalúa una rebaja en las tasas de interés. No obstante, espera a que la inflación consolide una desaceleración antes de definir la medida.
El efecto sobre la actividad económica es ineludible. Así lo demuestran los últimos datos oficiales.
En concreto, el nivel de créditos al sector privado (empresas y particulares) lleva cinco meses consecutivos de caída. Esa tendencia está relacionada con la cantidad de meses que lleva la estrategia oficial de sostener una tasa de interés positiva frente a la inflación.
Durante noviembre, el volumen de créditos a los privados cayó nada menos que 12,5%, en términos reales, descontada la inflación, en comparación con el mismo mes del año pasado. La baja contra octubre fue menos dramática, del 0,4%, de acuerdo a un reporte de la consultora LCG en base a los registros del Banco Central.
Los préstamos a las empresas se contrajeron 8,6% el mes pasado versus noviembre de 2021, cuando la actividad económica despegaba con fuerza tras la pandemia, y con tasas de interés más bajas que las actuales. De hecho, hoy en día, la tasa efectiva anual de los plazos fijos ya está en el 107%, pero el costo que los bancos le cobran a las empresas y a los consumidores puede duplicar aquel rendimiento.
En lo que va del año, las líneas bancarias destinadas a las compañías muestran una contracción del 14,7% (real). Si se compara el nivel actual contra el pico que tenían los créditos en mayo de 2018, justo en el momento que se inició la crisis cambiaria durante la administración Macri, la caída llega al 45%, siempre hablando en términos reales.
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