Farías le dijo no a Boca pero Wanchope se fue igual

Ramón (“Wanchope”) Ábila, en conflicto con Boca luego de regresar de su experiencia en la Major League Soccer de Estados Unidos, fue finalmente transferido a Colón de Santa Fe en una suma cercana a los dos millones de dólares. Pero...

Al margen de la negociación, al menos por el momento, quedó el pase de Facundo Farías, el juvenil atacante de Colón, quien en medio de las conversaciones entre las directivas de los clubes expresó su deseo de continuar en el Sabalero.

“Estoy tranquilo, con ganas de quedarme, como dije la semana pasada. Quiero cumplir mi palabra y jugar la Copa Libertadores con el club”, destacó el delantero de 19 años que también estuvo en el radar de Marcelo Gallardo para llevarlo a River.

“Creo que Boca no llega al dinero que pide Colón y estoy tranquilo con eso. Creo que va a desistir de la oferta, aunque se está hablando muchísimo”, agregó Farías, que en su momento fue valuado en 10 millones de dólares.

Farías, una de las grandes promesas del fútbol argentino, explicó que “me llamó mi representante, que se reunió con el presidente (José Vignatti) y le dije que estaba de acuerdo en firmar por tres años más, solo quedan cerrar los números y firmar mi contrato”.

En lo que respecta a “Wanchope”, se someterá en las próximas horas a la revisión médica y firmará un contrato por tres temporadas para jugar en el conjunto rojinegro de Santa Fe, que pagará un millón de dólares ahora y el resto a medida que el delantero cumpla distintos objetivos.

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Así, la novela tiene un final feliz: Ábila, que no estaba en los planes del Consejo de Fútbol, y en consecuencia de Sebastián Battaglia, el entrenador, seguirá su carrera en otro club, tal como quería; y los directivos Xeneizes no sólo se sacaron un problema de encima sino que lograron la venta del delantero, que a mitad de temporada iba a quedar libre.

En la operación habría intervenido un grupo inversor cercano a Adrián Rouco, representante de Ábila y también de Carlos Tevez.

Después de la práctica de ayer el jugador se retiró del predio de Ezeiza sin hablar con los medios y hoy volvería para retirar sus pertenencias y despedirse.

En la víspera se reunieron Mario Sciaqua, secretario deportivo de Colón, con los abogados de los dos clubes e integrantes del Consejo de Fútbol Xeneize para terminar de arreglar la transferencia.

Por un malentendido, la gente de Colón, que se alojó en un hotel a pocos minutos de la Bombonera, primero fue hasta el predio de Ezeiza para finiquitar la operación y de allí debió volver al estadio.