Efecto “Spider-Man”: “The Batman”, al rescate de la taquilla
Edición Impresa | 3 de Marzo de 2022 | 12:02

Abran paso: llega “The Batman”, y las salas del país, golpeadas por la crisis del sector tras dos años de salas cerradas y aforos limitados, reciben al murciélago como si fuera un superhéroe también fuera de la pantalla, dispuesto a salvar al séptimo arte a golpe de taquilla.
Tan bienvenida es “The Batman”, que es el único estreno de la semana: “Voces doradas”, premiada cinta israelí, no se estrenará en La Plata, mientras que “El país de las últimas cosas”, filme argentino de Alejandro Chomski escrito junto a Paul Auster, retrasó a último momento su estreno, esperando no caer en el agujero negro que implica estrenarse al lado del murciélago que, este fin de semana, se llevará las miradas, y el dinero, de probablemente más del 90% de los espectadores que vayan al cine.
Es algo que ya vivimos esta temporada, el efecto “Spider-Man”: el público que antes de la pandemia se movilizaba en pequeñas a medianas cantidades para visitar las novedades de cada semana en la pantalla, el que durante la pandemia se acostumbró a la comodidad del sillón y encontró, en medio de la guerra de plataformas, una cantidad de contenido infinito al alcance de un clic del control remoto, fue al cine en mareas, hizo colas como en los viejos tiempos y agotó entradas durante días cuando el arácnido superhéroe aterrizó en salas. Con “The Batman”, película de Matt Reeves que estrena a Robert Pattinson con la capa del justiciero, las salas esperan un efecto similar.
Y con razón: The Batman, como Spider-Man, es pasión de multitudes. Aunque las encuestas varían y los paladares también, el enmascarado Bruno Díaz es considerado por algunos relevamientos como el superhéroe con más seguidores en el mundo, seguido de cerca por el arácnido neoyorkino. Superman triunfa en Estados Unidos, pero no tiene tantos seguidores fuera del país donde cayó su nave espacial.
Entonces, las salas del país y del mundo no dudaron y ante el estreno de “The Batman”, hicieron importante espacio para que el Caballero Oscuro salve el día: tal es la ansiedad que aunque el estreno es hoy, ayer hubo en el país y la Ciudad funciones preestreno desde la tarde, algo nunca visto en cines locales. Varias funciones colgaron el ansiado cartelito: “agotado”.
Como consecuencia, como con “Spider-Man: sin camino a casa”, los cines volvieron a lucir como antes: repletos, con colas, con un público bullicioso, deseoso de ingresar a la sala, vibrando con cada aparición, giro y sorpresa como si de un estadio de fútbol se tratara. Permanecer sentaditos como dicta la cinefilia conservadora no es para estos jóvenes que no se sientan en el templo a venerar el séptimo arte, sino a aclamar a sus héroes: esa pasión y exaltación mantiene el negocio de las salas a flote.
¿Y EL RESTO DEL CINE?
Los cines del país y el mundo siempre se movieron al ritmo de Hollywood, pero ahora Hollywood se mueve al ritmo de los jóvenes: sus grandes apuestas de cada año incluían cine de aventuras y acción para toda la familia, pero también otros géneros, como el policial, el romance, el drama, propuestas que han ido desvaneciéndose de la producción estadounidense y que hay que ir a buscar a otro lugar del mundo. Algunas propuestas internacionales llegan a las salas, también algunas películas nacionales, pero, incapaces de convocar grandes masas de público, suelen dejar rápido lugar a alguna de superhéroes, o alguna cinta animada. Es la historia del huevo y la gallina: ¿qué vino primero, el cine de superhéroes copando toda la cartelera y quitándole diversidad a la oferta cinematográfica, o el público acostumbrándose a que ciertas propuestas se ven en casa, que el cine es solo para grandes eventos?
Como sea, ese es el estado de cosas actual: los superhéroes son a la vez los salvadores de las alicaídas salas, eventos que no pueden apreciarse desde la sala de living, espectáculos que, además, en la vieja tradición del cine popular, son eventos sociales, comunitarios; pero ese salvataje (como tantos otros salvatajes económicos) llega con un gran costo para los amantes de otros cines, otras texturas, otras formas de contar, otras historias, para la diversidad de historias.
No es, desde ya, un régimen totalitario: hay todavía espacios para otros cines en los intersticios de los grandes estrenos, por ejemplo. En La Plata, además, no es un problema tan profundo, con cinco complejos comerciales que permiten una variedad de películas en cartel en simultáneo, incluso con el arrasador estreno de “The Batman” en la grilla: siguen en cartel esta semana “Belfast”, “Licorice Pizza”, “El Callejón de las Almas Perdidas”, “Spencer” y también “El Padrino”, a cuyo reestreno en 4K le ha ido muy bien en las boleterías.
Pero a fuego lento se cocina otro panorama, un aplanamiento de la oferta que es un aplanamiento de la educación sentimental y visual, como ocurre con las series y documentales de Netflix, que lucen y se filman igual y retratan siempre las mismas historias, y que se han convertido en el estándar de la industria. Por supuesto, el éxito de las plataformas con este tipo de producciones habilita a una producción mayor (de series, de cine) y aparecen allí algunas sorpresas, pero con los paladares acostumbrados a otro sabor, al sabor del McDonald’s, a menudo esos riesgos creativos quedan enterrados. Es lo mismo con el cine: “The Batman” y otros superhombres rescatan la taquilla, pero, un poco en línea con la oscura trama de la nueva película de Matt Reeves sobre un traumado hombre que se pone la capa pero que se equivoca tanto como cualquiera, hay consecuencias, desde ya.
Pattinson encarna a un Batman más detectivesco y menos físico, salido del policial negro
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE