Puso su energía para delinquir: falso operario de Edelap engañó a un jubilado

Un ladrón de alrededor de 45 años, con casco de personal de cuadrilla, simuló una falla de electricidad y logró entrar al domicilio del damnificado, de 80 años. Lo distrajo y le sustrajo $800.000. Fue en 34 entre 9 y 10

Edición Impresa

Los denominados “cuentos del tío”, a los que recurren delincuentes para sorprender en su buena fe casi siempre a personas jubiladas, se mantienen su vigencia, pese a que hubo reiterados casos en los últimos años en nuestra Región.

Con estrategias previamente delineadas, algunas de ellas recurrentes y otras más novedosas, quienes incursionan en esa modalidad ilícita logran casi siempre el objetivo buscado: que las víctimas les entreguen dinero y otros efectos de valor.

Y en el mediodía del jueves, quien cayó en la trampa fue un hombre de 80 años que reside en barrio Norte, a quien el embaucador, que simuló ser operario de la empresa Edelap, con su ardid lo despojó de 800.000 pesos.

“PUSO DE EXCUSA AL MEDIDOR”

En la tarde de ayer, consultado por este diario en su domicilio de 34 entre 9 y 10, el jubilado damnificado, Domingo Moschetti (80), con toda su desazón a cuestas por el engaño al que lo sometió un ladrón, aceptó relatar en detalle el episodio.

“A las 12 y media del mediodía del jueves volví de hacer compras en la feria y cuando iba a prepararme el almuerzo, escuché el timbre de casa”, citó inicialmente.

“Cuando abrí la puerta para atender, vi a un hombre con un casco blanco en la cabeza y que no vestía ropa de trabajo. Pero me dijo que era empleado de Edelap y que necesitaba controlar el funcionamiento del medidor de la luz”, agregó.

Tras presentarse con esa coartada y notar que el jubilado no sospechaba de que sería una farsa, el delincuente le pidió de pasar y preguntó dónde estaba la caja de la luz. “Le dije que se encuentra en el garaje y simuló chequear que anduviera bien”, sostuvo.

Moschetti le creyó y le franqueó el paso. “Hizo contacto con un destornillador y me hizo ver una lucecita roja que se encendía, que este sinvergüenza me convenció de que se trataba de una falla eléctrica”, puntualizó la víctima.

El impostor entonces profundizó su plan y, al respecto, el jubilado reveló: “Me dijo de ir al lavadero para comprobar si la falla venía de ahí. Fuimos juntos y me dio luego su destornillador y me encargó que hiciera contacto con el enchufe mientras él volvía adelante y puso de excusa controlar al medidor”.

Moschetti calculó que se quedó haciendo contacto con el medidor “durante 15 minutos”. En ese lapso, el audaz ladrón aprovechó para revisar su dormitorio y el que era de su padre. Y consiguió lo que buscaba: dinero.

Consultado sobre el monto que le robó el delincuente, informó que “se llevó los 800.000 pesos que tenía de mis ahorros”.

“CREO QUE VINO CON EL DATO”

En la mente del jubilado sobrevuela el convencimiento de que el hombre que lo engañó para robarle “vino con el dato de que se iba a llevar bastante plata”.

Y para reforzar su hipótesis, aludió a un detalle que no pasó para él desapercibido.

En tal sentido, señaló que “para tener plata en cambio a mano para hacer algún mandado, tenía 1.000 pesos dentro de un pocillo de café que tenía dentro de un aparador de la cocina”.

Y para sorpresa de Moschetti, no conforme con el suculento monto que el intruso ya le había quitado “también fue a la cocina, abrió el aparador y sacó el dinero que estaba en el pocillo”.

Domingo estimó que la historia de este “cuento del tío” le demandó al ladrón más o menos “15 minutos”.

Con una particularidad: “Fue el único robo que tuve desde 1945 que vivo acá”.

Con todo, rescató que “igual la saqué barata, porque bien pudo haberme matado o golpeado”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE