Zona, “en rojo”: ante el hartazgo vuelve la idea del traslado

Con la puesta en marcha del código de convivencia se creó una mesa de trabajo con vecinos, organismos de la Provincia y la Policía, y entidades trans. Una opción: el Bosque

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“No podemos vivir en un lugar donde, con la pantalla de la prostitución callejera, se vende droga todos los días”, dijo Daniel Domínguez integrante de la asamblea vecinal de El Mondongo y expuso la expectativa en ese enclave: “Celebramos que luego de más de 60 años, la Zona Roja no estará más en nuestro barrio”. Para algunos en ese vecindario, la sanción y reciente puesta en vigencia del código de convivencia en la Ciudad serán la llave para terminar con el martirio de las noches en vela, con miedo por el descontrol, la violencia y las actividades delictivas en la puerta de sus casas.

Entre la creación de la norma local que, como novedad, fija la potestad al municipio de crear zonas habilitadas para la oferta callejera de sexo y su efectiva aplicación, todavía falta.

En particular se requiere avance en lo que para asambleístas como Domínguez es un avance central en estas horas: la convocatoria a una reunión, para este lunes, a una mesa de participación multisectorial donde, por primera vez, discutirán en esos términos organismos de la Provincia como lo ministerios de Seguridad (Policía) y la Mujer, la Defensoría del Pueblo Provincial, la Municipalidad, Ong y agrupaciones de trans.

Domínguez, le dijo a este diario que en esa mesa hay un consenso básico entre autoridades de la Ciudad y la Provincia con respecto al traslado de la Zona.

Por su parte, Pablo Fernández, funcionario del Ministerio de Seguridad con participación en esa mesa, indicó que: “La idea es pensar una propuesta en conjunto entre Provincia y Municipio, planificar un trabajo serio, sanitario e integral. Hay distintas visiones, pero estaría encaminado y después convocaríamos a todas las organizaciones para llegar a un acuerdo”, indicó ayer.

En la asamblea vecinal manejan como alternativa en discusión la creación de un espacio dedicado a la oferta de sexo en el Bosque. En particular, se menciona la calle 120, que corre paralela a las vías del ferrocarril (por donde circula el Tren Universitario) y forma parte del circuito aeróbico.

Fernández aclaró que todavía no hay nada resuelto en ese sentido.

El plan del bosque

“Al Bosque”, definió Domínguez en relación con el punto elegido como para crear el área habilitada, donde no se apliquen las multas que prevé el código para quienes infrinjan las pautas de comportamiento en el espacio público. La norma avanza sobre ese y otros temas de debate público, entre los que aparecen también las manifestaciones y piquetes.

“Hay dos o tres posibilidades dentro del Bosque”, dijo el asambleísta y añadió que en la calle que corre a la altura de 120, hacia la zona de los baños públicos, “no hay construcciones ni viviendas. Allí sería como en El Rosedal de Palermo”, en capital federal.

Investigaciones

Junto con el cambio, también se espera por el refuerzo de la actividad investigativa de la Policía, dedicada a la detección de delitos marcados por la Ley 23.737, que pena la tenencia y comercialización de estupefacientes.

Por estos días, ya con el código en marcha, en El Mondongo tienen relevada la actividad en un mapa que se parece bastante al de las últimas décadas, según se evalúa.

Cuando se pone el sol, aparece la oferta de sexo y drogas en calles como diagonal 73, de 1 a 6; 66 de, 1 a 6; 1 de 60 a 72; 115 y 116 entre 63 y 65, entre otras.

Para algunos vecinos es la postal con la que conviven desde que nacieron prácticamente. En particular, el reclamo contra el descontrol y el delito impulsó la constitución de dos asambleas vecinales que llevan un lustro de trabajo conjunto.

En el área se enlistan ataques con heridos y asesinatos de travestis. También protestas trans contra vecinos que reclaman el fin de la actividad nocturna.

Según se indicó desde la asamblea en el pasado reciente se llegaron a detectar alrededor de 170 personas en actividades callejeras por las noches y la madrugada.

Por estos días, el número bajó hasta las 30 o 40 personas. Eso, apunta Domínguez, no es indicador de que la actividad haya bajado: “Han alquilado departamentos y pensiones. Incluso, hubo denuncias y arrestos relacionados con eso. También con la venta de droga dentro de los hoteles”, apuntó el asambleísta.

 

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