Cuando la norma se casó con la sociedad
Edición Impresa | 8 de Junio de 2022 | 02:12

Marisa Herrera *
Dra. en Derecho por la Facultad de Derecho (UBA)
Se cumplen 35 años de la sanción de la ley 23.515 que introdujo el divorcio vincular como institución autónoma. Esta normativa generó debates muy acalorados como lo han sido otras leyes como matrimonio igualitario y de manera más reciente, la ley de interrupción voluntaria del embarazo. ¿Hay un hilo conductor entre estas tres grandes leyes? Claro que sí, se trata de verdaderos hitos normativos que han ampliado derechos y modernizado el régimen jurídico argentino. La ley por la cual hoy celebramos su existencia, razón de ser y transformación real en la vida de una gran cantidad de matrimonios cuyo proyecto de pareja había finalizado por diferentes razones, forma parte de aquellas normas que se han animado a profundizar la laicidad del ordenamiento jurídico.
Repensar las relaciones de familia, en este caso, las de pareja en y con libertad implicó, de base, contextualizar las rupturas como parte de proyectos personales en existencias cada vez más largas a raíz de la mayor perspectiva de vida por el avance de la medicina, y no como una obligación “para toda la vida”.
* Especialista en Derecho de Familia. (Conicet/UBA)
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