Los hinchas tiñeron de Azul y Oro todo Río de Janeiro
Edición Impresa | 5 de Noviembre de 2023 | 03:35

Si bien el resultado final no acompañó, los hinchas de Boca volvieron a demostrar la fidelidad para con los colores, con una presencia histórica y nunca antes vista a nivel internacional.
Desde los primeros días de la semana hasta la jornada de ayer, más de 100 mil fanáticos Xeneizes dijeron presente en Río de Janeiro, solo algunos de ellos con entradas y el resto con la ilusión de conseguirlas horas antes del partido, lo que terminó provocando algunos incidentes e incluso denuncias por estafas.
Fue tal el caudal de gente en la mayor movilización de la historia, que los planes previos por el Gobierno local debieron alterarse. Atrás quedó la posibilidad del Sambódromo e incluso intentaron suspender el banderazo que se llevó adelante el viernes por la tarde como apoyo a los dirigidos por Jorge Almirón.
Historias de todo tipo se dieron a conocer en estos días, con dos puntos en común en cada una de ellas, el amor por los colores y el esfuerzo de los cientos de miles de fanáticos que hicieron locuras para estar presente en la ilusión de la conquista por la séptima.
Ventas de vehículos particulares, rifas y hasta un pibe que aceptó también empeñar su consola de videojuegos, fueron las historias que acompañaron la masiva movilización que partió desde distintos puntos de Argentina y por diferentes vías, todo para desembocar en el epicentro del fútbol continental ayer por la tarde, el mítico Maracaná.
De los más de 100 mil Xeneizes que dijeron presente, se estima que apenas una quinta parte pudo ingresar al recinto para sufrir un encuentro que no comenzó nada bien, pero que tuvo su punto de ebullición Azul y Oro con el golazo de Luis Advíncula en el segundo tiempo, para así poner un 1 a 1 cargado de esperanza.
Tras los 90 reglamentarios llegó el tiempo extra y la confianza de los hinchas en Sergio Romero de cara a unos penales alentadores, que nunca llegaron.
El golazo de John Kennedy, a los 10 minutos del primero de esos períodos, fue el gran baldazo de la jornada para los 20 mil presentes en el Maracaná y para los cientos de miles que debieron agolparse en los distintos bares de las playas de Copacabana si es que conseguían lugar para hacerlo. Ni hablar para quienes tuvieron que seguirlo por televisión en los distintos puntos del país.
Los minutos finales se vivieron con mucho nerviosismo, y cada pelota que merodeó el área defendida por Fábio llevó la esperanza y el deseo de los cientos de miles que recorrieron tantos kilómetros para una alegría que finalmente no llegó.
De la euforia, el gasto y la ilusión, a un triste y paulatino regreso por otra Libertadores que se escapa entre los dedos del Xeneize.
La maldición de la Séptima Copa escribió ayer su tercer capítulo, tras los primeros dos, en 2012 frente a Corinthians, y el más doloroso de todos, el del 2018 ante River, en Madrid.
Tanto para Boca como para los cientos de miles de hinchas que estuvieron en estos días en Río de Janeiro será cuestión de volver a empezar el año entrante y volver a creer. Alimentar nuevamente una obsesión que vienen persiguiendo desde hace ya 16 años.
El máximo escenario del fútbol sudamericano los tuvo nuevamente como protagonistas, tanto dentro como fuera de la cancha. Y si bien la historia no pudo hacerse en el verde césped, por lo menos se hizo fuera de él, con la movilización más impresionante de todos los tiempos.
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