“Entre el delito y el azar”: un falso cliente asaltó una inmobiliaria

En horas de la tarde, cuando el movimiento por la zona era intenso, el ladrón ingresó a la oficina, preguntó por algunos alquileres, pero después, bajo amenazas, expuso sus verdaderas intenciones. Escapó con dinero

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El mercado inmobiliario en La Plata está raro, difícil, entreverado. Cuesta mucho conseguir algo para comprar o alquilar y, si esa unidad de milagro aparece, su precio pasa a ser el gran problema. Se trata de una realidad compleja, que afecta a todas las partes del circuito comercial por la caída del nivel de operaciones, aunque las oficinas del rubro, que interactúan entre la oferta y la demanda, hace un buen tiempo a esta parte le sumaron otro drama urbano: la inseguridad.

Si la cantidad de contratos o transacciones mensuales está a la baja o, al menos virtualmente paralizada, muchos martilleros empezaron a meter la mano en el bolsillo para hacerle frente al costo adicional del delito.

Es que los robos en negocios del ramo no muestran solución de continuidad, algo que preocupa y mucho al sector.

Ahora ocurrió en una inmobiliaria de Diagonal 73 entre 5 y 6, cuando, en horas de la tarde del miércoles pasado, llegó un falso cliente al lugar con la excusa de preguntar por algunas locaciones.

Si bien lo hicieron esperar, porque estaban atendiendo a otra persona, no se desesperó. Y hasta tal vez ese tiempo le vino bien para repensar el golpe.

Si fue producto del azar o no, es algo que ahora intentan determinar los pesquisas de la Policía, que tomaron conocimiento del hecho y recibieron la correspondiente denuncia de parte del damnificado.

Como una paradoja del destino, tomando ese concepto del infortunio, la poca suerte, la casualidad, el caso fortuito o la desgracia imprevista, el ataque ocurrió en la inmobiliaria “Azar Propiedades”.

Cuando le llegó el turno, el embaucador inició una amena conversación, insistimos, con el foco puesto en la necesidad de un arrendamiento, aunque la treta duró unos minutos hasta que soló la frase: “Esto es un asalto. Dame toda la plata”.

De acuerdo a la declaración de la víctima, el delincuente realizó gesticulaciones de que tenía un arma entre sus ropas, aunque nunca llegó a mostrar nada. Con el amague le alcanzó y sobró.

Fue así que, sin necesidad de agresiones físicas, se apoderó de 25.000 pesos en efectivo y dos teléfonos celulares.

También se llevó las llaves del local y del vehículo personal del encargado, aunque el coche quedó donde estaba estacionado.

Las fuentes consultadas por este diario aclararon que sí lo dejó encerrado, por lo que, sin posibilidad de salir del inmueble, al damnificado se le ocurrió pegar un cartel en la vidriera de la inmobiliaria a la espera de que alguien lo pudiera ver. Claro sumándole mucha expresión corporal, gritos y movimientos de brazos.

En la nota, además, había un teléfono, cuyo titular tenía un juego de llaves del comercio y quien, en definitiva, acudió a la escena para poder liberarlo.

Respecto de las características físicas del asaltante, se dijo que era de unos 30 a 35 años, robusto, pelo corto, de tez morena, ojos marrones y de 1,75 metros de altura.

Como se sabe, los robos en las inmobiliarias se recrudecieron en los últimos tiempos.

El fin de semana pasado, se registró un audaz golpe en la que situada sobre la calle 59 entre 20 y 21.

Aprovechando el hueco temporal entre el feriado del pasado 8 de diciembre y, el domingo siguiente, autores desconocidos ingresaron en el comercio y vaciaron tres cajas de seguridad.

También provocaron destrozos, cuya reparación demandó una suma considerable.

El encargado de la inmobiliaria dejó una nota pegada en el local para que le avisen a un familiar

El falso cliente amagó con sacar un arma, pero nunca la mostró. Así se llevó plata y dos celulares

 

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