“Ronin”: jóvenes errantes en busca del camino propio
Edición Impresa | 23 de Marzo de 2023 | 04:17

Tres jóvenes son como samuráis errantes en “Ronin”, obra escrita y dirigida por Javier Noriega que se presentará este sábado, desde las 21, en el Pasaje Dardo Rocha.
La obra relata la historia de tres jóvenes cuyas historias se entrelazan desde su infancia: Ulises es una persona con discapacidad que canta en trenes, Ernesto es un programador adicto al trabajo y Angélica es una ferviente estudiante y militante. Todo comienza a desmoronarse, como dictan las leyes de la dramaturgia, cuando se encuentran con su némesis, el mismo hombre pero bajo la forma de un delirante manager, un tiránico empleador y un apático psicoanalista.
Protagonizada por Lara Ongaro (Angélica), Franco Pappolla (Ernesto), Félix Presti (Ulises) y Víctor Diaz (Charly, Julio, Horacio y Padre), la obra, define su autor, que “gira fuertemente sobre el peso de los mandatos familiares y la incansable búsqueda de un camino propio”. Compuesta de escenas de la vida cotidiana “poetizadas, que interpelan a la reflexión”, la trama de la obra “transcurre en espacios muy disímiles usando una lógica cercana a lo cinematográfico. Para contarla pensamos en una puesta que fuera rápidamente mutable, favoreciendo el paso veloz de una escena a otra fundiéndolas entre sí. La puesta se apoya bastante en lo sonoro, lo lumínico y el mecanismo de tomar la parte por el todo como forma de construir espacios y situaciones”, adelanta Noriega.
“Ronin”, el título de la obra, es un concepto prestado de la cultura japonesa: “Se denominaba así a aquellos samuráis que en la época del Japón feudal se quedaban sin un amo a quien servir y se volvían vagabundos. Dentro de la obra la figura representa el estado de desconcierto y falta de sentido que atraviesan sus tres personajes principales”, explica Noriega
“Si bien la obra no transcurre en Japón”, sigue, “durante el proceso de escritura la cultura japonesa estaba presente en muchas conversaciones que tenía y decidí incluirlo como un tema en los diálogos de los personajes. Sentía que una cultura tan distinta a la nuestra funciona en la obra como superficie de contraste para resaltar diversos mandatos y costumbres que nos caracterizan como sociedad”.
“Ronin” nació, relata el dramaturgo, con su escritura en un taller dictado por Brai Kobla. “A partir de ciertos ejercicios disparadores comencé a desarrollar los personajes, sus vínculos y sus historias. Luego del taller fui trabajando sobre la idea de la transferencia con la que juega la obra, como aquella capacidad de proyectar emociones, expectativas y pensamientos de personas del pasado hacia otros que nos cruzamos en la actualidad”, explica.
“Una vez construida la dramaturgia, el proceso de ensayos comenzó en terrazas y patios (por la pandemia) hasta poder acceder a una sala. Esto creo que nos dio el desafío de construir imaginariamente espacios con muy pocos elementos y apoyándonos fuertemente en lo sonoro y lo actoral”, , relata Noriega. “A la vez nos impuso que quienes actuaban tuvieran que realizar todos los movimientos escenográficos así que, una vez que pudimos acceder a ensayar en salas, tuvimos muchos meses de ensayar la obra de un tirón para que pudieran estar cómodos con los distintos cambios”.
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