El enemigo en casa: golpeó a su mujer y pegó un tiro en el techo

A la luz de un reporte oficial, un hombre puso en práctica todo lo que no se debe hacer en una relación de pareja, al margen de que exista -o no- convivencia.

Siempre a decir de los voceros consultados por este diario, de alguna manera pareció ser conocedor de la problemática de la violencia de género, ya que cubrió todos los casilleros sobre conductas abusivas. Entre ellas, mencionaron que “le pidió a la mujer de mala manera que le haga la cena, le quiso sacar el celular para revisarlo, la golpeó en la cabeza con la culata de una carabina y hasta efectuó un disparo en el techo de una habitación“.

El brutal episodio tuvo lugar en las primeras horas de ayer en una vivienda situada en la avenida 44 entre 20 y 21, que sería residencia de la víctima, aunque, en base a lo sucedido, el agresor, con quien tiene dos hijos, tendría franqueado el acceso.

Se supo que el acusado, de 70 años, no contaría con antecedentes penales registrados y, tampoco autorización legal para portar un arma de fuego, como la que secuestraron en el domicilio, de acuerdo a lo que surge de la base de datos de la ANMAC.

La víctima, en tanto, de 72 años, resultó con una herida en la cabeza, aunque no fue necesario su derivación a un centro asistencial.

El parte policial mencionó que esa lesión, a la altura de la sien derecha, fue producto del culatazo, aunque la mujer, al presentarse en la comisaría cuarta para denunciar el hecho, contó que se había caído en el forcejeo.

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Lo cierto fue que se constató un corte, aunque superficial y sin mayores consecuencias.

Respecto de la imputación, en la seccional se labraron actuaciones por “lesiones y amenazas agravadas en el marco de violencia de género”.

Sin embargo, analizado el evento, la fiscalía de intervención optó por modificar esa calificación, que cambió a “amenazas agravadas por el uso de arma en concurso real con tenencia de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal para ello, previsto y contemplado por el art. 55, 149 bis y 189 bis (2) primer párrafo del Código Penal”.

El caso, de acuerdo a sus características, fue sometido al procedimiento de flagrancia, por el que el instructor “deberá disponer la identificación inmediata del imputado y solicitar la certificación de sus antecedentes, la información ambiental y cumplir con las pericias que resulten necesarias para completar la investigación, todo, en un término no mayor de veinte días desde la aprehensión, el que podrá ser prorrogado por veinte días más por resolución fundada”.

Mientras tanto, el acusado, que se negó a declarar en la audiencia de indagatoria por consejo de su abogado de la Unidad Oficial de Defensa, fue puesto en libertad, aunque con medidas por cumplir. Por ejemplo, no acercarse al inmueble donde se sucedieron los hechos y quedarse en otro que individualizó en Los Hornos, que será el empleado para cubrir cualquier finalidad legal, como las citaciones o notificaciones que se le debieran cursar.

En base a lo indicado por las fuentes, se trató de una medida asegurativa para la integridad física de la víctima, quien además, por al menos siete días, contará con una custodia policial.

Al explicar lo sucedido, la mujer contó que el día anterior, mantuvo una discusión con el imputado, quien se retiró de la casa y regresó horas después, ya en la madrugada de ayer, para cenar.

Siguiendo con su exposición en sede policial, la denunciante mencionó que ella en ese momento se encontraba en la habitación, a la que el hombre ingresó y, de forma violenta, le pidió la entrega del teléfono celular, con clara intención de saber con quién se comunicaba, aunque ella se negó a entregárselo.

Por eso, dio media vuelta, salió de la pieza y regresó en segundos, con un rifle en sus manos, el que exhibió de forma intimidatoria.

Asustada, la mujer se levantó de la cama y empezó a forcejear para sacárselo, lo que finalmente consiguió, aunque antes se produjo una deflagración, que milagrosamente no arrojó consecuencias, más que un orificio en el cielorraso.

Acto seguido, en medio de una crisis de nervios, la mujer pidió un taxi y se dirigió a la comisaría para denunciar el episodio.

Fue así que una comitiva de seguridad se presentó en la finca de la calle 44, donde procedió a la aprehensión del agresor y la incautación del rifle.

El acusado ya fue puesto en libertad, pero debe cumplir medidas / EL DIA