La Vice no soltó prenda pero ratificó centralidad en la interna sin fin

Cristina Kirchner mantuvo el misterio. A casi un mes del cierre de listas, no dio pistas respecto del candidato presidencial que contará con su patrocinio y acaso la única señal que alumbró habría que buscarla en la postal que arrojó el palco desde el que se dirigió a la militancia en Plaza de Mayo que mostró, codo a codo, a Sergio Massa y a Eduardo “Wado” De Pedro.

Esos dos nombres, junto al de Axel Kicillof que se ubicó pegado a la vicepresidenta, son los que más suenan dentro del universo K. Pero Cristina estuvo lejos de lanzar alguna bendición, algo que, en rigor, pocos aguardaban.

Ese dato político contribuirá a seguir alimentando rumores y especulaciones. Acaso Cristina Kirchner haya buscado otro objetivo: que la demostración de fuerza de ayer rodeada de la épica que aportó la lluvia, terminara siendo una ratificación palmaria de su centralidad en el oficialismo. Y de que, en consecuencia, terminará siendo la depositaria de la decisión final.

Si el acto motorizado por La Cámpora con la excusa de recordar los 20 años de llegada al poder de Néstor Kirchner buscaba ratificar la condición de electora central de la Vicepresidenta, su despliegue acaso dejó expuesta una cuestión adicional: que el kirchnerismo intentó una vez más cerrarle la puerta a la posibilidad de que haya Primarias para definir el candidato presidencial del Frente de Todos como vienen reclamando funcionarios cercanos al presidente Alberto Fernández.

En tren de establecer certezas, la accionista mayoritaria del oficialismo ratificó que no será candidata. Volvió a hablar de “proscripción” pese a la insistencia de la militancia para que vuelva a competir por llegar a la Casa Rosada. Y lanzó una definición que va claramente en esa misma dirección. “Basta de pedirle a otro lo que no estamos dispuestos a hacer”, dijo.

El otro dato de interés que arrojó el discurso fue la decisión de Cristina de volver a sus orígenes. No sólo por haber dedicado largos pasajes a hacer un recorrido por la gestión de Néstor Kirchner y sus dos mandatos, sino por haber vuelto a virar la mira para apuntar sus críticas sobre la figura de Mauricio Macri.

La Vicepresidenta ratificó que no será candidata pero no mostró el resto de sus cartas

Se trata de un giro del ensayo que había comenzado a escribir hace algunas semanas en el Teatro Argentino de La Plata cuando se ocupó de descargar artillería pesada sobre el libertario Javier Milei, a quien subió deliberadamente al ring para cuestionar su plan de dolarización y emparentarlo con el caótico final de la convertibilidad. Ayer la Vicepresidenta hizo una fugaz referencia al líder de La Libertad Avanza, pero todos sus cañones apuntaron contra el gobierno de Macri y el endeudamiento que durante la administración de Cambiemos se contrajo con el Fondo.

¿Habrá alguna relación entre el mensaje que dio en La Plata y el de la víspera en la lluviosa tarde porteña? Puede que haya alguna correlación estudiada. Cuestionar a la gestión macrista implica de algún modo un intento de erosión sobre Juntos por el Cambio en beneficio de Milei. Usinas del kirchnerismo admiten que en un escenario de enormes dificultades para el oficialismo, el objetivo electoral de máxima es llegar al ballotage. Y si es contra Milei, mejor. Porque el kirchnerismo considera que votos moderados podrían terminar inclinándose por el candidato oficial.

Esa especulación pone sobre la mesa una vez más la discusión irresuelta en el Frente de Todos: quién será el candidato a presidente y el perfil que debería tener puesto frente a esa eventual instancia de puja mano a mano con el líder libertario.

Es en ese contexto que parecen robustecerse las figuras de Massa y De Pedro. El ministro del Interior porque aporta, si se quiere, el perfil más descafeinado de La Cámpora. El titular de la cartera de Economía tampoco es un ultra dentro del amplio paraguas oficial.

¿Y Kicillof? Es el nombre en el que piensan sectores del kirchnerismo que consideran que es quien mejor fideliza los votos de Cristina. El Gobernador, se sabe, quiere ir por la reelección. La Vice sólo ratificó que no será candidata. Pero optó por no mostrar el resto de sus cartas.

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