“El cuento del sobrino” en La Plata: le pidieron 150 dólares y le sacaron 7 mil a una jubilada
Edición Impresa | 7 de Agosto de 2023 | 02:53

Una mujer de 76 años se convirtió en víctima de una banda de estafadores que con una serie de artilugios la envolvió y, en un abrir y cerrar de ojos, le terminó sacando casi 4 millones de pesos.
A diferencia de lo que sucede en la mayoría de los episodios que tienen por víctimas a personas de la tercera edad, en esta oportunidad el hecho se caracterizó por no tener ni una pizca de violencia.
A los delincuentes solo les bastó hablar con seguridad y elocuencia para convencer a esta mujer, que debía entregarles los dólares que con tanto esfuerzo y durante varios años había estado juntando.
Según pudo averiguar este diario, la situación aconteció el pasado sábado por la tarde.
La víctima se encontraba llegando a su domicilio, ubicado en calle 4 entre 36 y 37, luego de haber estado en la casa de su hermana compartiendo una merienda.
Cuando ella se disponía a ingresar a su propiedad, un Volskwagen Bora de color azul detuvo su marcha frente a su portón.
Primero descendió un hombre que la propia víctima caracterizó como una persona de sexo masculino de unos 50 años, estatura media, contextura gorda, de tez blanca y cabello corto.
Luego, se bajó una chica que fue catalogada como una mujer de unos 20 años, delgada, con el pelo castaño y de estatura media.
Creyendo que esas personas podrían necesitar ayuda, la víctima se quedó parada esperando que le hicieran alguna pregunta.
Con la puerta de su casa abierta, superada en número y en fuerza y, con ausencia total de testigos, los sujetos bien podrían haber procedido como en la gran mayoría de los robos que se cometen en la Ciudad.
Sin embargo, en los manuales de esta clase de delincuentes la palabra “violencia” casi no figura. El eje rector es el arte de engañar.
Es por ello que, para lograr su cometido, cuentan con un alto nivel de entrenamiento mental orientado a inhibir la capacidad de razonamiento de la víctima.
Con preguntas y respuestas rápidas, van envolviendo a quien tengan enfrente.
Todo este mecanismo está adornado por una excesiva amabilidad y cortesía.
De este modo, la tarea fina consiste en deshacerse en elogios y halagos, mientras van plantando una serie de trampas.
Y esta fue la fórmula que aplicaron los ladrones.
Apenas establecieron contacto visual con el blanco de su ataque, la saludaron con cordialidad y simpatía.
Y en el mismo acto, sin siquiera permitirle responder, la chica le dijo que venían de parte de su sobrino.
Sorprendida pero al mismo tiempo acorralada, la mujer respondió con el nombre de su familiar. “¿Qué necesita Pablo?”, deslizó la víctima sin imaginar que acababa de entregar un valiosísimo dato a partir del cual los estafadores comenzarían a tejer su trampa.
“Pablo está interesado en vendernos unos dólares que tiene, porque estamos pagando a un buen precio. Pero le faltan 150 para completar los 5 mil. Es por eso que nos pidió que vengamos a buscarlos. Dijo que usted nos podía dar esa suma y que, a más tardar mañana, pasará a devolverlos”, señaló el sujeto.
La mujer jamás se imaginó lo que estaban tramando. Sólo se mentalizó en ayudar a Pablo. Fue así como accedió a colaborar para que el negocio se pudiera concretar.
Y, como supuestamente eran amigos de su sobrino, no dudó en hacerlos pasar.
Inmediatamente se dirigió al garaje, en donde se encontraba el escondite de sus ahorros.
En menos de un minuto, la jubilada regresó a su living y allí les hizo entrega de los 150 dólares, convencida de que se los había mandado a pedir su sobrino.
Luego de una breve charla, el hombre le pidió pasar al baño.
En base a la reconstrucción realizada por los investigadores, este fue el momento en el que se consumó el robo.
Aprovechando que las dos mujeres mantenían una entretenida charla, el sujeto se dirigió al garaje y se apoderó del sobre en el que se encontraban los restantes 6.850 dólares.
Los problemas en la visión, la lentitud en los movimientos, el bajo nivel de audición son los ases bajo la manga con los que suelen contar los ladrones cuando se deciden a irrumpir en el domicilio de un adulto mayor.
En ese marco, todo apunta a que el hombre siguió a la mujer cuando fue en busca de los 150 dólares y, sin que ella lo pudiera percibir, alcanzó a ver de dónde sacaba las divisas estadounidenses.
Minutos después de que abandonaran la morada, la damnificada le escribió a su sobrino para comunicarle que los dólares iban en camino.
Grande fue la decepción que sufrió esta mujer cuando al cabo de unos minutos la llamó su sobrino para indagar sobre lo que le estaba diciendo.
Luego de entender que su familiar no le había pedido nada, la jubilada acudió al garaje y comprendió que los amables visitantes que, supuestamente venían de parte de su familiar, eran en realidad “lobos vestidos con piel de cordero”.
La Policía se encuentra por estas horas analizando una serie de videos captados por cámaras de seguridad de la zona.
El objetivo es determinar la patente del rodado en el que circulaban y los rasgos faciales de los dos involucrados. Además se busca determinar si estuvieron haciendo vigilancia previa.
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