Morales agarró del cuello a Ascacibar y el clásico tuvo un final inesperado
Edición Impresa | 26 de Febrero de 2024 | 04:44

Ni siquiera el gol anulado a Ivo Mammini, a los 16 minutos del primer tiempo, había alterado el clásico platense dentro de los límites del terreno de juego, porque los jugadores tuvieron un buen comportamiento más allá de las presiones lógicas que representa un partido entre Gimnasia y Estudiantes, hasta que el árbitro dio por finalizado el encuentro.
Pablo Dóvalo, el árbitro que dispuso cuatro minutos de descuento, aprovechó un saque de arco, que debía hacer efectivo el arquero Matías Mansilla, del equipo visitante, para ordenar el final del encuentro disputado en el estadio de los albiazules, en 60 y 118, con el resultado sin anotaciones, en la séptima fecha de la Copa de la Liga, la reservada para los clásicos.
El juez central pitó la finalización del juego y de inmediato Santiago Ascacibar, el “5” de Estudiantes que recibió la cinta de capitán tras la salida de José Sosa, dirigió su mirada a Leonardo Morales, el “4” y capitán de Gimnasia, a quien le gritó algo a la distancia.
“Dóvalo me dijo que era gol, pero que no dependía de él. Es una cosa increíble”
Ivo Mammini
Delantero de Gimnasia
No trascendió lo manifestado en esas circunstancias por Ascacibar, porque “lo que pasa en la cancha queda en la cancha”, pero tiene que haber tenido algún contenido fuerte, porque de inmediato Morales ganó metros y al llegar al Rusito lo “pechó” con violencia, y a continuación, utilizando su mano izquierda, el Yacaré agarró del cuello al volante de los albirrojos que en la víspera justamente cumplió 27 años.
El enfrentamiento causó un inesperado revuelo en la franja central, y se sumaron jugadores de ambos equipos, incluso algunos que llegaron desde la zona destinada a los bancos de suplentes, y aunque una mayoría hizo lo posible para calmar los ánimos, hubo otros que se lanzaron recriminaciones y algunos empujones.
“En este clásico nos perjudicaron de nuevo, como pasó la temporada anterior contra Sarmiento”
Nelson Insfrán
Arquero de Gimnasia
En ese contexto, tuvieron una activa participación, por ejemplo, Rodrigo Saravia y Enzo Pérez, calmando, así como Felipe Sánchez y Gastón Benedetti, sumando elementos para que el remolino fuera mayor.
Esos empujones e insultos, inesperados considerando el trámite anterior, fue relativamente breve, porque los encargados de calmar los ánimos lograron su objetivo, aunque transmitió una imagen final que no estuvo en consonancia con lo que resultó el espectáculo deportivo más atractivo de cuantos se pueden organizar en el plano deportivo.
Lamentable, y curioso además considerando a quienes causaron el episodio, porque tanto Santiago Ascacibar como Leonardo Morales no son jugadores que acostumbran a ser protagonistas de situaciones de estas características, menos después de finalizado el juego.
Más allá de la expresión que el mediocampista del Pincha pudo destinarle al marcador del Lobo, es probable que el estrés acumulado durante la semana previa, y los 90 minutos durante los cuales se extendió el clásico, pudo haber desembocado en una reacción de este tipo.
Los futbolistas, está claro, acumulan un alto grado de estrés, lo cual puede desembocar en hechos tan repudiables como este, que habrá que ver si fueron observados por el árbitro, y de ser así lo incluye en el informe correspondiente.
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