La falta de gas se extiende por una supuesta operación fallida y temen más cortes

En medio de una ola de frío polar que azota a Argentina, el país se enfrenta a una crisis energética que ha llevado a la interrupción del suministro de gas en diversas industrias y estaciones de servicio de gas natural comprimido (GNC) en varias provincias. La situación ha sido agravada por una supuesta operación fallida de la empresa estatal Enarsa, que ha dejado a más de 100 grandes empresas sin acceso al gas necesario para sus operaciones.

Para priorizar el abastecimiento a los hogares, se han tomado medidas drásticas que han afectado tanto a la industria como al transporte. En un intento por garantizar el suministro residencial, se ha ordenado a los estacioneros del interior del país no vender GNC, dejando a miles de conductores sin la opción de utilizar este combustible más económico y ecológico.

Como informó EL DIA en las últimas semanas, la Región fue una de las primeras donde se sintió el golpe por la escasez de gas. Debido a la priorización de la energía por parte de la empresa Camuzzi para el consumo residencial, las estaciones de servicios no pudieron satisfacer la demanda local de GNC. Esto impactó en el servicio de transportes particulares como los taxis y remises que hicieron manifestaciones durante la última semana.

En el interior del país, provincias como Córdoba y Santa Fe han sido duramente golpeadas por la restricción en el suministro de GNC en las estaciones de servicio. Según reportes locales, Ecogas ha ordenado a los expendedores de GNC de Córdoba detener completamente el suministro hasta nuevo aviso, priorizando así el consumo domiciliario. Esta medida, que ha sido descrita como "por tiempo indeterminado", ha generado preocupación tanto entre los empresarios como entre los usuarios de vehículos a gas.

Por otro lado, la falta de gas se ha extendido a grandes industrias ubicadas en diversas regiones del país, incluyendo el norte de la provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe, Córdoba y Mendoza. La situación se originó a raíz de una operación de compra de gas natural licuado (GNL) por parte de Enarsa, que no pudo concretarse debido a problemas técnicos y financieros. Esta fallida transacción dejó a Enarsa sin la capacidad de inyectar el fluido necesario en la terminal regasificadora de Escobar, lo que llevó al gobierno a convocar un comité de emergencia para gestionar la crisis.

El impacto de esta crisis energética se ha sentido en todo el país, con cortes de gas que afectan a las principales industrias del país, incluyendo aquellas ubicadas en el estratégico corredor del Gran Rosario. Este escenario ha puesto de manifiesto las debilidades del sistema energético argentino, especialmente en situaciones de alta demanda como la actual, donde las bajas temperaturas han disparado el consumo de gas.

Ante esta situación, el gobierno ha tomado medidas extraordinarias, como la compra directa de un cargamento de GNL a Petrobras, en un intento por aliviar la escasez de gas natural en el país. Sin embargo, esta acción ha sido criticada por su falta de transparencia y competencia, ya que no se llevó a cabo a través de un proceso de licitación internacional.

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