“Misión en París”: el adiós al capitán Alatriste

Arturo Pérez-Reverte publica la octava y última entrega de su célebre saga: una despedida con acción y emoción

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«Sonaba la medianoche en los relojes de París cuando entraron por la puerta de Saint-Jacques cuatro jinetes tan seguros de sí mismos como el trote firme de sus caballos». Así comienza “Misión en París”, el último capítulo de una de las sagas más queridas de la narrativa española contemporánea. Iñigo Balboa, ahora correo real del rey católico, espera el reencuentro con su maestro, el capitán Diego Alatriste, con Francisco de Quevedo y Sebastián Copons. La cita es en París, una ciudad convulsionada por los asedios y las intrigas del cardenal Richelieu, donde los protagonistas quedarán envueltos en una peligrosa misión secreta del conde-duque de Olivares que podría alterar el destino de Europa.

Han pasado catorce años desde la última entrega de la serie, y los lectores del universo revertiano celebran el regreso de su héroe: un soldado sin patria ni ilusiones, forjado en los campos de Flandes, que combina la ferocidad del espadachín con una ética de hierro. En esta obra, Alatriste se mueve entre sombras de poder, vino y pólvora, entre el desencanto de quien ha visto demasiado y la obstinada lealtad hacia su joven discípulo.

La acción transcurre entre París y La Rochela, fortaleza al norte de Burdeos sitiada por las tropas del cardenal. Allí, los hombres de Alatriste, junto con Quevedo y el conde de Guadalmedina, deben cumplir una misión secreta que involucra traiciones, alianzas y el frágil equilibrio político entre España, Francia e Inglaterra. El relato está narrado, como siempre, por Íñigo Balboa, que en la vejez escribe sus memorias con la mezcla de nostalgia y lucidez del que ha sobrevivido a todos.

La gran novedad de esta novela es el cruce literario con “Los tres mosqueteros” de Alexandre Dumas, padre. Pérez-Reverte, devoto admirador del autor francés, lleva a su capitán y a Íñigo a compartir escena con Athos, Porthos, Aramís y D’Artagnan. Lo que antes eran guiños sutiles se vuelve ahora un homenaje explícito y juguetón. El resultado es una novela que respira el espíritu de capa y espada con la elegancia de los grandes clásicos y la precisión documental del escritor-cartógrafo que fue Pérez-Reverte.

Esta es, además de una novela de aventuras impecable, una declaración de amor a los libros. Pérez-Reverte vuelve a dialogar con sus maestros —Dumas, Quevedo, Cervantes— y a cerrar un ciclo que empezó hace casi tres décadas. La despedida tiene la forma de una reverencia: un duelo entre caballeros en la madrugada, una copa de vino al final de la jornada, una página que se cierra sabiendo que los héroes verdaderos no mueren, solo se retiran a la sombra.

Con millones de ejemplares vendidos, la saga de Alatriste se despide dejando tras de sí un legado de aventuras, historia y lenguaje. Y aunque el capitán diga adiós, su eco seguirá resonando mucho después de la página final.

Misión en París
ARTURO PÉREZ-REVERTE
Editorial: Alfaguara
Páginas: 360
Precio: $39.900
Misión en París
capitán Alatriste
Arturo Pérez-Reverte

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