Tierras raras en la mira: evitar la dependencia y negociar

Ante las restricciones impuestas por China a la exportación, la UE acelera un plan para garantizar el acceso a fuentes alternativas. La puja geopolítica por los minerales

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, confirmó que el bloque trabaja en un plan integral para reducir la dependencia de las tierras raras procedentes de China, tras el impacto de los nuevos controles de exportación que impuso Pekín.

“Queremos garantizar el acceso a fuentes alternativas de materias primas críticas a corto, medio y largo plazo para nuestras industrias”, señaló Von der Leyen.

Las medidas chinas —que incluyen licencias obligatorias y restricciones tecnológicas desde abril— afectaron de lleno a los fabricantes europeos de autos, electrónica y defensa, provocando paradas temporales en la producción y daños económicos en cascada.

Entre los pilares del nuevo plan comunitario figuran el reciclaje y la diversificación de proveedores. Según Von der Leyen, algunas compañías ya logran recuperar hasta el 95% de las materias primas críticas usadas en baterías y componentes electrónicos.

La estrategia se completa con alianzas internacionales con países ricos en minerales estratégicos, como Ucrania, Australia, Canadá, Kazajistán, Uzbekistán, Chile y Groenlandia.

Estados Unidos, Brasil y la disputa por las reservas

En paralelo, el foco también se desplaza hacia América Latina. Brasil, segundo país con mayores reservas de tierras raras del planeta, emerge como un actor clave en la negociación global.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva y su par estadounidense, Donald Trump, planean reunirse hoy en Malasia, durante la cumbre de la Asean, con un tema central en la agenda: el papel de Brasil en la cadena mundial de minerales críticos.

“Vamos a discutir sobre los minerales críticos, cuáles son las convergencias entre el potencial que poseemos y el capital estadounidense”, anticipó el ministro brasileño de Minas y Energía, Alexandre Silveira.

La situación del gigante sudamericano es estratégica y compleja. China sigue siendo su principal socio comercial y uno de los mayores inversores en el sector automotor y minero, mientras que Estados Unidos busca contrarrestar esa influencia y acceder a fuentes alternativas frente a las tensiones comerciales con Pekín.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, China posee cerca de 44 millones de toneladas de tierras raras, frente a 21 millones en Brasil, aunque los asiáticos dominan la tecnología de separación y procesamiento que convierte esos recursos en productos de alto valor agregado.

“El poder de las tierras raras es el de una palanca geopolítica”, resume Gilberto Fernandes de Sá, del laboratorio de tierras raras de la Universidad Federal de Pernambuco. “Brasil tiene reservas enormes, pero depende tecnológicamente de China. Ese es el verdadero desafío”.

Negociar sin depender

En un escenario marcado por aranceles, sanciones y guerras comerciales, la batalla por los minerales críticos define una nueva lógica de poder global.

Tanto la Unión Europea como Estados Unidos buscan evitar la dependencia de un solo proveedor, mientras países emergentes como Brasil intentan negociar su lugar entre las grandes potencias.

“Tenemos una ventana de oportunidad muy grande para construir una sinergia con Estados Unidos”, dijo el ministro Silveira, aunque admitió que ninguna empresa brasileña domina todavía las etapas más avanzadas del proceso industrial.

Mientras tanto, China, con su control tecnológico y productivo, mantiene la llave de un mercado que sostiene desde baterías hasta misiles de precisión.

La diplomacia mineral, más que nunca, se convierte en una forma de poder.

 

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