Arturo Sampay: el constitucionalismo social plasmado en la reforma del ‘49

No son pocos los políticos y juristas que recuerdan el aporte de figuras como las de Ricardo Balbín, por el radicalismo; Arturo Sampay por el peronismo y del socialista Carlos Sánchez Viamonte, contemporáneos entre ellos y formados al calor de la vida intelectual de La Plata. Mientras estuvieron en vida, la Ciudad con ellos no sólo contó con sus aportes, sino que enfrentó con mayor consistencia las crisis que se fueron presentando. Cada uno con su estilo y en sus especialidades brindaron el consejo prudente y justo para cada oportunidad.

Es verdad también que debieron superar resistencias y en algunos de esos casos -posiblemente con mayor fuerza en el de Sampay- se enfrentaron con incomprensiones y olvidos, incluso a partir de sus propios correligionarios.

Arturo Enrique Sampay (Concordia, Entre Ríos, 28 de julio de 1911 - La Plata, 14 de febrero de 1977) fue jurista, constitucionalista y docente, conocido como el ideólogo de la Constitución Argentina de 1949 y padre del constitucionalismo social en Argentina.

Arturo Sampay se destacó como jurista y docente

De ideas inicialmente yrigoyenistas, desarrolló luego una cosmovisión socialcristiana y decidió adherir al peronismo, que aparecía como nueva fuerza en la década del 40. Había llegado a ser concejal por la UCR en su ciudad natal y allí se vinculó con la corriente de Forja; para convertirse más adelante en el convencional constituyente por el peronismo, para la reforma de la Constitución nacional en 1949.

Radicado en La Plata, se casó con Dora Navarro, con quien tuvo tres hijos: Dora Mirta, María Alicia y Arturo Enrique.

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Ya había presentado en 1932 su tesis doctoral sobre el tema de La crisis del Estado de Derecho liberal burgués, para convertirse luego en un valorado profesor de tres materias: Derecho Constitucional, Derecho Político y Filosofía del Derecho, desempeñándose además como profesor en diversas universidades de Argentina, Bolivia y Uruguay. Fue perseguido por gobiernos peronistas y antiperonistas.

“La Constitución Argentrina de 1949”, de Arturo Sampay

EL CONTEXTO POLÍTICO

Aún como radical, Sampay en 1945 había apoyado la candidatura presidencial de Juan Domingo Perón, integrando la Unión Cívica Radical Junta Renovadora, uno de los tres partidos que la sostuvieron. El Vicepresidente Hortensio Quijano pertenecía precisamente a la UCR-JR.

En 1946 fue designado fiscal de Estado de la provincia de Buenos Aires durante la gobernación de Domingo Mercante, que entonces aparecía como posible sucesor de Perón en 1952, ya que en esa época los presidentes duraban seis años y no existía la reelección inmediata.

Lo cierto es que en diciembre de 1948 fue elegido Convencional por la Provincia de Buenos Aires para integrar la Convención Constituyente, que había convocado el oficialismo peronista para reformar la Constitución Nacional. Si bien la modificación impuso muchas novedades en el campo social, los opositores alegaron que Perón buscaba, en esencia, que se sancionara la cláusula que le permitiera un nuevo período presidencial.

Desde el punto de vista político, Sampay se había recostado sobre la figura del gobernador Domingo Mercante, cuya pujante posición en la interna se había deteriorado por cuanto se le atribuían aspiraciones de suceder a Perón. Lo cierto es que Mercante terminó desplazado de la vida pública con el visto bueno de Perón que, a poco de haber conseguido la reelección, entró en serio conflicto con la Iglesia Católica.

“La filosofía jurídica del articulo 19 de la Constitución Nacional”, de Arturo Sampay

La suma de estos factores hizo que Sampay, que pertenecía al grupo de Mercante, fuera perseguido por el gobierno peronista y que debiera huir al Paraguay disfrazado de sacerdote, para pasar luego a Bolivia y quedar como emigrado finalmente en Montevideo.

Lo cierto es que cuando Perón fue derrocado en 1955, el gobierno de la llamada Revolución Libertadora continuó con la persecución a Sampay, esta vez ejecutada por los antiperonistas. Es así que Sampay recién pudo volver a la Argentina en 1958, luego de que asumiera el presidente Arturo Frondizi, aunque no se le permitió reasumir sus cargos docentes en la Universidad.

Entre 1961 y 1963, el constitucionalista Arturo Sampay fue accionista de EL DIA.

En 1968 fundó y comenzó a dirigir la revista Realidad Económica, activa desde entonces, que se convirtió en una de las más importantes del país en su género.

EL IDEÓLOGO DEL 49

“El ideólogo de la Constitución de 1949 consideraba que toda carta magna constituye los andamios para la construcción de un modelo de país. Por eso, a diferencia de la mirada liberal, destacaba la función social de la propiedad, el capital y la actividad económica”, dijo Marcelo Koenig, en un artículo titulado “Arturo Sampay, el pensador incómodo”.

“Constitución y pueblo”, de Arturo Sampay

Luego de considerar a Sampay como una suerte de desaparecido más, afirma que “podemos preguntarnos por qué no se estudia seriamente en las facultades de Derecho de las universidades tradicionales ni el pensamiento de Arturo Sampay -sin dudas uno de los juristas argentinos más importantes del siglo XX-, ni la Constitución de 1949. Al jurista nacido en Entre Ríos solo se lo reduce a ser una especie de escriba del peronismo, que plasmó en un papel la voluntad de Perón de su propia reelección. En el mismo sentido de la Constitución que estuviera vigente por más de cinco años solo se dice un par de falacias: que fue mal convocada y que solo se hizo para perpetuar a Perón en el poder”.

Koenig lo parangona con el máximo constitucionalista del país, al señalar que “si Alberdi le da a la libertad, concebida como motor del progreso, el lugar central del orden constitucional, Sampay se lo da a la justicia, entendida como parámetro de un equilibrio en torno al bien común, que no lo garantizan las libertades formales sino la intervención del Estado”.

Autor de valiosas obras jurídicas, falleció en nuestra ciudad el 14 de febrero de 1977 y se encuentra enterrado en el Cementerio de La Plata. Tenía 66 años de edad.

Arturo Sampay fue un figura muy destacada de la Ciudad