Prueba piloto en el fútbol para la vuelta de hinchas visitantes
Edición Impresa | 24 de Mayo de 2025 | 02:17

La Asociación del Fútbol Argentino confirmó que regresarán los hinchas visitantes a los estadios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La vuelta de las dos hinchadas ocurrirá el próximo miércoles, cuando por la Copa Argentina se encuentren los equipos de Argentinos Juniors y Excursionistas, dos clubes de CABA que disputarán el partido en el estadio también porteño de San Lorenzo de Almagro. De ese modo no deberán acudir a canchas ubicadas fuera del distrito de la capital federal.
Se tratará de una prueba piloto, ya que de concretarse una jornada pacífica, sin disturbios, la AFA evaluará la extensión de la medida.
Tal como se dijo en este diario, la vuelta del público visitante pretende devolverle al espectáculo uno de sus ingredientes más apasionantes, como es la presencia de hinchadas de ambos equipos. Sin embargo, bien se sabe que este ingrediente derivó en bataholas gravísimas entre parcialidades.
Cuando en junio de 2013, luego de un cruento enfrentamiento entre barrabravas de Lanús con integrantes de la Policía en el ingreso al Estadio Único de La Plata, se decidió prohibir la presencia de público visitante en los estadios, desde esta columna se advirtió que esa sola medida no erradicaría ni resolvería el grave problema de la violencia en el fútbol.
Esa predicción que, lamentablemente, resultó ser acertada vale ahora para analizar la reciente decisión que dispone este retorno a los estadios de las hinchadas visitantes: en principio se trata, claro está, de una medida sensata que, sin embargo, no resuelve el problema de fondo mientras persista la presencia enquistada de los barrabravas, grupo antes dedicados a expandir la violencia y ahora mafias que no sólo toman por asalto los estadios, sino que organizan todo tipo de bandas y de “servicios” dedicados a cometer delitos en la vía pública, además de someter al fútbol institucional del país a todo tipo de extorsiones.
Es así que el regreso de los hinchas visitantes, desde una óptica equilibrada, se debe subordinar a enfrentar y hacer desaparecer de raíz la violencia en el fútbol. Tanto la que despliegan los barrabravas, que aún sin la presencia de hinchas adversarios, dirimen el manejo de esos grupos a balazos, mediante internas salvajes y ahora, también, la de los jugadores profesionales que están exhibiendo una inusitada agresividad física en las canchas contra sus adversarios. Casi no hay partido que no termine a trompadas, además de mostrar una permanente inconducta cuando protestan los fallos arbitrales. Y si hubiera que mencionar otro factor gravitante, ¿cómo es posible que la AFA permita la presencia en su conducción de personas que agravian en forma permanente a dirigentes de clubes, utilizando expresiones totalmente impropias?
Es verdad que desde esta columna se postuló un regreso progresivo de los hinchas visitantes. Y esta medida parece ser un paso en esa dirección. Pero de ningún modo puede obviarse la necesidad de hacer desaparecer de las canchas, y mucho menos de la vida de los clubes, a los grupos de barrabravas. Crear grupos especializados en la Policía, obligar a que los estadios cuenten con butacas en todas sus tribunas, acentuar las medidas de seguridad estructurales y funcionales en las canchas, forman parte de los rumbos a tomar, para que el fútbol sea un deporte popular y seguro, no un pretexto para convertirlo en un escenario de violencia y de eventualidades muchas veces trágicas.
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