Los furcios de Russo y la poca autocrítica

Miguel Ángel Russo no le pudo dar hasta el momento una identidad a Boca, luego de haber dirigido seis partidos en lo que va de su tercer ciclo en el club. En medio de un contexto complicado, el técnico tampoco tuvo autocrítica tras el papelón del Xeneize y además tuvo llamativos furcios en la última conferencia de prensa post eliminación ante Atlético Tucumán.

A contramano de lo que muchos piensan, para Russo, Boca jugó un buen partido y se quedó sin Copa Argentina por “una falta que el árbitro no vio” sobre Paredes, en el primer gol del Decano. Sin embargo, esa acción no existió, ya que no hubo un contacto desmedido sobre el campeón del mundo con la Selección Argentina.

Después, como sucedió con el caso Rojo, no quiso dar explicaciones por la ausencia de Palacios y cometió llamativos errores que no pasaron desapercibidos. En primer lugar, habló sobre Blanco (disputó unos minutos) y Advíncula (no jugó) como los laterales del equipo, cuando los que jugaron fueron Barinaga y Fabra. Mientras que después, al despedirse de los periodistas, dijo “Buenas tardes”, pese a que el partido se jugó de noche.

A diferencia de sus ciclos anteriores, Russo no se muestra tan efusivo y generalmente no da muchas indicaciones. Se apoya mucho en su principal ayudante, Claudio Úbeda, quien generalmente es el que habla con los jugadores.

Más allá de su gran trayectoria y de haber hecho historia en Boca, ya que es el último técnico que llevó al club a ser campeón de América en 2007, muchos hinchas empiezan a dudar si puede dar vuelta la historia.

Con un Boca sin rumbo y con el campeonato como única competencia hasta fin de año, la exigencia es muy alta. Los 10 partidos sin ganar junto con la sequía de casi tres años sin títulos, obligan al técnico a lograr victorias en el corto tiempo.

Si bien tiene espalda y el apoyo de Riquelme, los resultados demandarán su futuro. Y de no conseguirlos, su situación podría complicarse.