Parejas abiertas del 2025: libertad, confianza y deseo: los sentimientos fundantes

“No es lo mismo ‘relación abierta’ que ‘poliamor’”, “queríamos la libertad de elegir estar con el otro” y “siempre me pareció absurda la idea de fidelidad”: tres declaraciones sobre cómo se construye una relación sexo afectiva con apertura diferente a la monogamia

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Así podría describirse el virtuoso circuito de conocer a una persona: verla una, dos, tres, varias veces más. Disfrutar los encuentros. Pensar en el futuro, aunque sea mínimo. Hacerse la pregunta: ¿sigo? ¿Vale la pena? ¿Qué quiero yo? En el medio, dejar circular el diálogo, las inseguridades y el miedo de estar perdiendo el tiempo; de abandonar el paraje seguro de la individualidad.

Una vez superado esa primera instancia y en una pasado común que se inclina por una forma tradicional de vincularse -sexo afectivamente-, lo siguiente parecería ser irreductible. O no.

Desde hace algunos años, la pregunta “¿qué somos?” dejó de tener una respuesta. O mejor dicho, una forma de llevarlo a cabo.

Así, términos como poligamia o relaciones abiertas, se establecieron como formas reales de vincularse.

En la Ciudad, son muchos los que eligen esta modalidad para tener una relación.

Confianza, diálogo, libertad y deseo son los sentimientos y las causas que más repiten a la hora de explicar el por qué. Ojo, las relaciones abiertas también tienen reglas y convenios que hay que respetar. Aquí, tres historias de platenses que, eligieron ocultar su nombre pero no su forma de amar.

 

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