Subsiste la desconfianza en la política económica

LA POLÍTICA ECONÓMICA DE CORTO PLAZO GENERA LA DESCONFIANZA DE LOS “CAPITALES”. SIN EMBARGO, LA DE LARGO PLAZO SIGUE SIENDO FAVORABLE PARA LA ARGENTINA

Por RAUL VIVES

No hay novedades importantes en el frente económico de la Argentina.

La política electoral sigue dominando la gestión oficial y fijando las prioridades a la agenda económica.

El clima de negocios se ha deteriorado y, las expectativas no han variado en lo sustancial.

Una parte del mercado (la mayoría) apuesta a que los cambios sobrevendrán luego de octubre y que en el tránsito, la presidenta Cristina Kirchner recurrirá a la emisión y a redoblar los controles para llegar a los comicios con la esperanza de ganar otra elección.

Otra parte del mercado (una minoría) cree que es posible que la inflación y la brecha cambiaria precipiten los ajustes, incluso antes de octubre.

Los “cambios” para el mercado no son otra cosa que reconocer al retraso cambiario, en primer lugar, y luego los desajustes fiscales.

Como es sabido, las expectativas en los negocios son apuestas para ganar dinero, o para no perder. En cualquier caso, son un reflejo de la escasa confianza de los “capitales” en la política económica en el corto plazo.

Porque las expectativas de largo plazo siguen siendo favorables para la Argentina.

La producción agrícola, de alimentos, e incluso de energía y petróleo son sectores en donde todos los estudios de mercado indican que el país tiene ventajas u oportunidades de negocios interesantes.

GESTION ECONOMICA

El desajuste de hoy, el freno de la inversión y las proyecciones negativas tienen que ver con la gestión de la política económica, y no con las bases productivas argentinas.

El relato oficial de que el mundo se cayó y, de allí, las dificultades de la Argentina es cada vez más débil, en especial si se advierte, por ejemplo, que en la última semana hubo datos muy alentadores sobre la marcha económica de Estados Unidos, un poco menos con respecto a Brasil y hasta de Japón, y que los índices bursátiles están en máximos históricos.

Es cierto que el mundo no es hoy una fiesta, y menos aún en la vieja Europa que arrastra aún la crisis del 2008.

Pero la situación está lejos de la debacle que se pronostica desde la Casa de Gobierno.

Los márgenes del gobierno de Cristina Kirchner son además, estrechos.

VAIVENES CON BRASIL

Con el socio más importante de la Argentina, Brasil, las negociaciones van y vienen, y más allá del esfuerzo y elegancia de Brasilia para mantener la diplomacia y las buenas ondas, la administración de Dilma Rousseff no es muy generosa con la de su par de Olivos.

Como es conocido, el encuentro cumbre de las dos presidentas se suspendió por los funerales de Hugo Chávez.

Pero antes de este acontecimiento, los equipos brasileños y argentinos tuvieron al menos un encuentro a nivel de ministros. Y los resultados no fueron alentadores para la parte local.

“La situación está lejos de la debacle que se pronostica desde la Casa de Gobierno”

Del lado brasileño es un secreto a voces que en el encuentro de las presidentas, la Argentina recibiría una señal favorable en dos proyectos muy importantes: uno, la continuidad de la inversión de la minera Vale do Rio Doce en Mendoza, y el financiamiento del Banco de Desarrollo de Brasil para el proyecto ferroviario del soterramiento del Sarmiento.

Pero en el resto de la agenda comercial, habría pocos o casi ningún avance.

PROMESAS

Las promesas brasileñas que Guillermo Moreno había repetido para colocar medicamentos y alimentos no se cumplieron, y no habría mucho clima para cambiar el rumbo.

Tampoco es claro como continuará la negociación por el régimen automotriz, una de los ejes centrales de la integración industrial de los dos países en el Mercosur.

El ahogo financiero de las provincias es otro factor de preocupación porque la Nación también tiene dificultades crecientes, aún con su potestad de emitir pesos.

Las estadísticas anuales del resultado fiscal del 2012 indican que por primera vez desde 1996, el resultado primario fue negativo, aún con el auxilio de la Anses y el Banco Central.

Una parte sustancial de los costos fiscales tienen que ver con los subsidios que representan más de 4,5 puntos del PBI y están vinculados con las tarifas. “El ahogo financiero de las provincias es otro factor de preocupación porque la Nación también tiene dificultades crecientes, aún con su potestad de emitir pesos”

El retraso cambiario, el tarifario, la fuerte emisión y los desequilibrios de la balanza comercial por el déficit petrolero son los factores que desequilibran la macroeconomía y que dar lugar a las expectativas de “cambios” en plazos no muy alejados.