Cumbre K con clima de re-re y con duras críticas a Scioli

EL VICEPRESIDENTE BOUDOU Y EL JEFE DE GABINETE DE LA ROSADA, ABAL MEDINA, JUNTO A LOS GOBERNADORES URTUBEY, GIOJA, URRIBARRI Y PÉREZ, ANOCHE EN LA CUMBRE QUE EL KIRCHNERISMO CELEBRÓ EN PARANÁ PARA “CONSOLIDAR EL PROYECTO NACIONAL JUNTO A CRISTINA”

La plana mayor del kircherismo, sin Daniel Scioli, llamó anoche a trabajar “junto a Cristina Kirchner” para “ganar una década más”, en una cumbre que, bajo esas premisas, se desarrolló en una clima de respaldo a la re-reelección de la Presidenta -aunque el tema no fue planteado en lo formal- y que estuvo enmarcada en durísimas críticas al gobernador bonaerense.

El encuentro se desarrolló en Paraná, con la presencia de casi todos los gobernadores del oficialismo, el vicepresidente Amado Boudou, ministros y altos funcionarios de la Nación, legisladores nacionales, e intendentes y referentes del kirchnerismo de diversos puntos del país. Y tuvo como dato destacado que los organizadores no invitaron a Scioli, bajo el fundamento -expresado por el “dueño de casa”, el mandatario entrerriano Sergio Urribarri- de que la reunión congregó a “los incondicionales” (de la Presidenta) y y el bonaerense “no es tan incondicional”.

“Acá estamos los que nos jugamos en las más duras y en las más bravas”, enfatizó justamente Urribarri en el cierre de la reunión, organizada por Gestar, un instituto de formación del PJ creado por Néstor Kirchner en 2010, para agregar: “O nos va bien a todos o no le va bien a nadie”.

Pero quien mejor definió el espíritu de la cumbre fue el dirigente de La Cámpora y diputado nacional Andrés “El Cuervo” Larroque. “Nos reunimos para discutir cómo se gana una década más”.

La movida reunió, entre otros, a los gobernadores José Luis Gioja, Maurice Closs, Jorge Capitanich, Juan Manuel Urtubey, Eduardo Fellner y “Paco” Pérez; a los ministros Juan Manuel Abal Medina y Carlos Tomada; el titular de la Afsca, Martín Sabbatella y una nutrida delegación bonaerense (ver aparte).

Pero, como se dijo, el signo más marcado del encuentro fueron las críticas al gobernador Scioli, a partir de su intención de ser candidato presidencial en 2015 si Cristina no obtiene la opción de la reelección.

Arrancó, cuando partía hacia Paraná, el diputado nacional Carlos Kunkel. “Scioli está a destiempo con su candidatura personal, éste es un encuentro de los sectores del PJ para ver cómo consolidamos el proyecto que lidera la Presidenta; él hará sus movilizaciones en función de su candidatura personal”, dijo. Y por si quedaran dudas, remató: “Los que estamos acá no estamos involucrados en campañas de promoción personal”.

PLANTEO DE EXPULSION

Pero el más duro fue, sin duda, el presidente de la Federación de Municipios (Fam) e intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra. “No vamos a permitir proyectos individuales en el peronismo, y si alguno lo tiene el movimiento debe sacarlo”, disparó.

Y fue otro intendente bonaerense, Fernando Espinoza (La Matanza), quien se animó a hablar de la re-reelección. “Este encuentro será un antes y un después de lo que tenemos que definir en los próximos diez años en la política”, dijo, para lanzar después: “tenemos que militar y ser predicadores del movimiento para que Cristina vuelva a ser presidenta”.

Más temprano, Sabbatella había dicho que “se empieza a descubrir que hay un problema de capacidad de gestión en el gobierno” de Scioli, agregando que “No basta con armar un show y mostrarse optimista”.

En ese marco, desde el sciolismo predominó el silencio. Por la mañana, el propio Gobernador había dicho apenas “no soy susceptible” con relación a que no lo hubieran invitado al cónclave. Y por la noche, a través de Twitter, el senador provincial Alberto De Fazio ironizó sobre el clima “antisciolista” que reinó en el encuentro de Paraná. “Gobernadores, ministros, intendentes, vices, etc., etc., y todos pensando, analizando y hablando de ése que no está ahí”, escribió.

Por otra parte, en una suerte de anticumbre, también en Paraná y anoche, el entrerriano Jorge Busti recibió al cordobés De la Sota para encabezar un encuentro de peronistas disidentes.