La hora de la verdad

EL CONGRESO SE RENOVARÁ EN LAS ELECCIONES DE OCTUBRE CON LOS PROTAGONISTAS DE HOY

Por MARIANO SPEZZAPRIA

Twitter: @mnspezzapria

Esta noche, cuando se conozcan los resultados de las elecciones primarias, se acabarán todas las especulaciones. El voto popular se impondrá sobre la ambición de los candidatos, los gobiernos y las fuerzas de oposición. Dejará atrás semanas enteras de operaciones cruzadas y ofrecerá una gran encuesta nacional que oficiará de grilla de partida hacia los comicios definitivos de octubre.

Comenzará a delinearse, por ende, un nuevo esquema de poder que no impactará solamente en la conformación del Congreso nacional y las Legislaturas provinciales, sino que también delimitará la gobernabilidad del país y marcará las relaciones de fuerza al interior de los partidos y alianzas políticas. Con dos años de anticipación, la contienda principal se registra en el seno del peronismo.

BATALLA CENTRAL

Esto es así porque la batalla electoral más relevante tiene lugar este domingo en la provincia de Buenos Aires, que concentra el 37 por ciento del padrón nacional, con 11,5 millones de personas en condiciones de sufragar. Aquí, especialmente en el Conurbano, se pone en juego el liderazgo del kirchnerismo como grupo predominante en el amplio entramado del justicialismo bonaerense.

Es que el Frente para la Victoria enfrenta hoy en las urnas a la nueva fuerza que conduce Sergio Massa, surgida en su mayor parte de las propias entrañas del oficialismo pero con una visión cada vez más crítica de la acción gubernamental, tanto a nivel nacional como provincial. Por eso, tanto Cristina Kirchner como Daniel Scioli afrontan en dupla un desafío clave para su futuro político.

Aún con estilos bien distintos la Presidenta y el Gobernador tienen, en materia de conducción, un punto en común: ninguno ocupó la jefatura del peronismo bonaerense tras la muerte de Néstor Kirchner, la misma que había ejercido durante tantos años Eduardo Duhalde. En cambio, Massa ya dio muestras de querer reflotar la lógica de la construcción territorial, aggiornada al siglo XXI.

Esa aspiración explica que el Frente Renovador haya salido a la escena grande de la política sobre la base de un grupo de intendentes. Pero semejante expectativa de poder hace que Massa necesite ganar tanto hoy como en las elecciones de octubre para validar su proyecto. Aunque sea por un voto. De otro modo, no tendrá la fuerza necesaria para coronar una irrupción hasta ahora exitosa.

Si pasa la prueba, Massa quedará en la grilla de los presidenciables para 2015 y habrá empezado a cerrar definitivamente las puertas a una reforma de la Constitución que permita la re-reelección a la Presidenta. Pero el dirigente bonaerense, de sólo 41 años, deberá compartir esa categoría con otros jugadores de estas Primarias, como el santafesino Hermes Binner y el mendocino Julio Cobos.

OTROS LIDERAZGOS

El líder del Frente Amplio Progresista se encamina a lograr una victoria contundente en Santa Fe frente al justicialismo kirchnerista y al macrismo. Por su parte, Cobos reza por una resurrección política como candidato de la UCR mendocina tras su paso frustrado por la Vicepresidencia de la Nación. Entre ambos podría salir el postulante de una amplia coalición para dentro de dos años.

También saldrán bien parados de este proceso electoral el porteño Mauricio Macri y el cordobés José Manuel de la Sota. Ninguno de ellos se juega directamente una candidatura, aunque el PRO se consolidaría como primera fuerza en la Capital Federal y Córdoba seguiría bajo la influencia del actual gobernador, el principal actor de la política mediterránea desde hace más de 20 años.

Macri y De la Sota estuvieron a punto de cerrar un acuerdo electoral hace pocas semanas, por lo que es posible suponer que negociarán una alianza en el futuro, para encarnar un polo de centroderecha que hace falta a nivel nacional. De hecho, todas las fuerzas iniciarán a partir de mañana un proceso de transición cuya intensidad dependerá, en buena medida, de la actitud del Gobierno nacional.

El kirchnerismo seguirá siendo la primera fuerza política del país, aunque su representación caerá de forma sustancial y comenzará a correr la cuenta regresiva para el final del segundo mandato de la Presidenta, quien -se sabe- tiene cerrado el paso a una segunda reelección. Ese escenario de “cuello de botella” abrirá entonces un período durante el cual se discutirá la sucesión de Cristina Kirchner.

Allí entrará a tallar la figura de Scioli, otro de los no-jugadores directos de esta elección que, sin embargo, enfrenta una parada vital para su destino político. Por eso se puso a la par del candidato oficialista bonaerense Martín Insaurralde para levantar la performance del Frente para la Victoria y evitar una derrota abultada a manos de Massa, algo que también lo afectaría seriamente a él.

Scioli cultivó durante años el perfil político que está explotando ahora Massa, pero en esta oportunidad se tuvo que asimilar al discurso kirchnerista, muy duro y confrontativo para su estilo, que hace un culto de la moderación. El cruce que tuvo con Malena Galmarini, la esposa del intendente de Tigre, dio cuenta de una relación política que transita por caminos paralelos.

El distanciamiento entre ambos comenzó en el mismo momento en que trascendieron los contactos del Gobernador con Francisco de Narváez. Paradójicamente, ahora el kirchnerismo -que en 2009 lo enfrentó con virulencia- aparece interesado en que al “Colorado” no se le diluya su caudal electoral, cimentado en su presentación como candidato en sucesivas elecciones en territorio bonaerense.

FISCALES

“Vamos a mirar bien las boletas, las nuestras y las de Francisco”, admitió a este columnista un dirigente kirchnerista de la populosa Tercera Sección Electoral, que agrupa a los municipios del sur del Conurbano y La Matanza. El massismo, por su parte, armó un ambicioso diagrama de “fiscales electrónicos”, que sacarán fotos a las actas de votación antes de su traslado por el Ejército.

Así las cosas, se esperan algunas tensiones en distritos del Gran Buenos Aires, luego de que el clima electoral quedara enrarecido por el robo en la casa de Massa en Tigre y la versión de que su camioneta recibió dos balazos en una recorrida de campaña, desmentida por el propio jefe comunal, que se muestra muy confiado y repite una secuencia de “números mágicos: 36, 32, 12, 12”.

Todo esto puede suceder hoy en un país que sigue conmovido por la tragedia de Rosario y donde los cacerolazos perdieron fuerza porque a los organizadores se les notó demasiado su intención electoral. Un país en el que, también, podrán votar por primera vez 600 mil jóvenes en un sistema de Primarias que no termina de satisfacer los objetivos para los cuales fue implementado.