La receta de Pabla, otra abuela que pasó los cien

CUATRO GENERACIONES SE JUNTARON EN RINGUELET PARA FESTEJARLE EL CUMPLEAÑOS A PABLA GÓMEZ, QUE SOPLÓ FELIZ 101 VELITAS. TODAVÍA HACE CAMINATAS Y DISFRUTA VER TELEVISIÓN Y ESCUCHAR RADIO

Otra abuela platense se sumó ayer al selecto grupo las vecinas de nuestra Ciudad que pasaron la barrera de los cien años: Pabla Gómez sopló 101 velitas, durante un emotivo festejo que reunió a cuatro generaciones de su familia en una casa de Ringuelet.

Para celebrarle el cumpleaños casi un centenar de parientes se juntaron en una vivienda de 516 entre 4 bis y 5, donde los festejos, las anécdotas y los recuerdos se prolongaron durante toda la tarde y alteraron la rutina del barrio.

Pabla se sentó a la cabeza de la mesa y pasó la tarde rodeada de su enorme familia. Siete de sus ocho hijos, nietos, bisnietos y hasta una tataranieta, abarrotaron la casa de Felisa Molina, hija de la cumpleañera, y todos disfrutaron de un “gigantesco asado”.

La abuela centenaria nació un 29 de junio de 1913 en Termas de Río Hondo, Santiago del Estero, donde asistió al colegio primario. Luego siguió sus estudios en Tucumán, donde se recibió de bordadora y tejedora, oficios a los que se dedicó con afán durante años, mientras cuidada de sus ocho hijos: 5 mujeres y 3 varones.

A los 26 años se casó con su vecino de toda la vida, Saturnino Molina, con quien construyó su proyecto de vida. Con sus propias manos trabajaron durante varios años un campo, donde criaban animales.

“Es una persona fuerte, independiente. Jamás necesitó pegarnos para enseñarnos. Y nunca dijo una mala palabra. Recién ahora, cada tanto, se manda alguna que otra y nos mata de risa”, comentó Felisa, quién desde que falleció su papá, llevó a vivir a su madre con ella para cuidarla.

Felisa dice que su mamá “se acuerda de todo, charla un montón y quiere muchísimo a toda su familia. Se lleva muy bien”.

¿Cómo es un día en la vida de Pabla? Se despierta a la mañana temprano y sus familiares la ayudan a instalarse en su sillón favorito, donde comparte el desayuno y luego disfruta de escuchar radio, ver televisión o simplemente charlar. También, dentro de lo posible, intenta cortas caminatas “para hacer algo de ejercicio”, otra de sus claves para una larga y feliz vida.