En horas pico, un tramo de la 60 es un concierto de maniobras bruscas

TRÁNSITO COMPLICADO. FRENTISTAS DE LA 60 ENTRE 13 Y 19 SOLICITARON SEMÁFOROS PARA ESE TRAMO

Conductores zigzagueando a alta velocidad entre coches en doble fila y otros “trabados” en pleno cruce; colas de dos cuadras en las calles transversales, esperando turno para avanzar; giros intempestivos a la izquierda que provocan volantazos y frenadas... Y accidentes que se reiteran con cada vez mayor frecuencia. Tanto al mediodía como al promediar la tarde, en las horas pico “tradicionales” y no tanto, la avenida 60 entre 13 y 19 opone a los automovilistas y peatones un paisaje lleno de torpezas y brusquedades ante el que, en los momentos de tránsito más denso, hay que extremar la capacidad de asombro para salir airoso.

El 8 de enero pasado, a las 8 de la mañana, un hombre de 30 años murió al chocar la moto que conducía con un camión, en la esquina de 15 y 60. Fue la primera víctima fatal del año en la Región como consecuencia de accidentes de tránsito. Anteayer, una camioneta tipo “van” embistió a una moto en la misma esquina, frente al Asilo Marín, dejando un reguero de vidrios que permaneció en el lugar como silenciosa advertencia.

No fueron las únicas colisiones, ni la única esquina; entre otros casos, en los últimos meses, una vecina que intentaba cruzar fue atropellada en 14 y 60; dos autos chocaron violentamente a la altura de 16, uno de los cruces más complicados; y hubo un topetazo con vuelco espectacular incluido en 18 y 60.

El tramo, en rigor unos 650 metros comprendidos entre la plaza conocida por su monumento a Pedro Ríos, el “Tambor de Tacuarí” -su nombre original es Máximo Paz, y hace una década se la intentó rebautizar Rosas-, y el espacio verde que honra a Hipólito Yrigoyen -ex Valentín Alsina-, alberga comercios, casonas antiguas e instituciones como el Marín; en las inmediaciones hay concurridos centros de salud, locales gastronómicos, escuelas y clubes.

Desde siempre un eje troncal de la barriada, hoy soporta, además, el paso habitual de los vehículos pesados involucrados en la construcción de nuevas torres y los coches particulares de quienes las ocupan acrecentando la densidad urbana. En las franjas horarias de las 13 y las 17, las filas de coches que esperan paso colman la calle 16 entre 58 y 60. Y lo mismo ocurre a la altura de calle 14.

“Hay más autos, es cierto, pero también mayor ansiedad y vértigo en la calle” advierte Alejandra Sturzenegger, secretaria de Modernización y Desarrollo del municipio: “lo que pasa en la avenida 60 es otra manifestación de un fenómeno que se registra en muchos sectores del casco. La realidad es que la gente tiene razón cuando pide medidas como la semaforización, que se está implementando de acuerdo con las posibilidades”.

REFORZARAN LA CARTELERIA

La funcionaria admitió que “existen notas formales firmadas por vecinos de la zona de 14 y 60, y 16 y 60, que piden la instalación de semáforos”, pero aclaró que “si bien son necesarios, en el corto plazo eso no va a ocurrir; la prioridad hoy por hoy es colocar los que fueron votados en el marco del Presupuesto Participativo”.

“En principio, se va a reforzar la cartelería relacionada con la prohibición de los giros a la izquierda y en ‘U’” adelantó Sturzenegger: “pero hay que tener en cuenta que es indispensable la colaboración de los conductores, porque son infracciones que se cometen, a veces, incluso en esquinas con semáforos”.

A fines de 2012, y después de meses de reclamos, la Comuna repavimentó la avenida 60 entre 14 y 18, cuya calzada se hallaba sumida en un profundo deterioro. Pero no se colocaron semáforos, cartelería ni señalización horizontal -demarcación de sendas y carriles-.

Además, las reducidas dimensiones del separador central, el más angosto de todos los que tiene la avenida entre Berisso y Los Hornos, no le permite cumplir funciones estéticas o ambientales -los árboles no crecen-, ni de descanso para los peatones.