Salió hace un mes de la cárcel y lo mataron como a un perro

En el barrio de Ensenada donde anteanoche asesinaron a un hombre de 47 años, nadie podía salir del asombro y de la conmoción que provocó ese trágico episodio.

Como lo reflejó este diario en su edición de ayer, el crimen ocurrió alrededor de las 21 luego que la víctima, Ricardo Marcelo Villa, empleado de seguridad de una concesionaria de autos de la avenida 44, fuera increpado en la esquina de Perú y Güemes por uno de los dos hombres que llegaron hasta allí a bordo de una moto.

Así se suscitó una acalorada discusión, hasta que uno de los agresores decidió poner fin al pleito: sacó un arma de fuego y le efectuó -al menos- un disparo letal.

Según fuentes de la investigación, en ese rodado se desplazaban un hombre de 42 años y su hijo de 18.

En tal sentido, circularon hasta el momento dos versiones: una de ellas fue aportada por la Policía e indica que Villa, que conocía a las dos personas con las que mantuvo el entredicho, recibió un solo balazo, a la altura del corazón, mientras que algunos vecinos aseguraron a este diario que la víctima -de quien se dijo que había salido hace aproximadamente un mes de la cárcel- fue rematado en el suelo con un segundo disparo.

Sea una situación o la otra, todos coincidieron en señalar que Villa falleció en el hospital Cestino, a poco de ingresar a la guardia. Y que el motivo del ataque habría que buscarlo en “un conflicto familiar por la relación sentimental que mantenía quien efectuó el o los disparos con una pariente de Villa”.

Los voceros agregaron que “los dos sujetos que atacaron a Villa quedaron detenidos, pese a que inicialmente se habían dado a la fuga”.

Personal de la comisaría Primera de Ensenada, con apoyo de detectives del Gabinete Homicidios de la DDI La Plata, tras algunas averiguaciones, arrestaron al joven de 18 años y a su acompañante de 42, en una casa de las calles Haramboure y Contarelli, del barrio 5 de Mayo.

Ahora están acusados por el delito de “homicidio” y quedaron a disposición del fiscal Alvaro Garganta, que anoche, una vez confirmada la orden de detención, los indagó, aunque se negaron a declarar.

“ACA NO VENGAS A GRITAR”

Uno de los vecinos de la cuadra donde cayó muerto Villa, en Güemes entre Perú y Sarmiento, reveló ante EL DIA cómo se desencadenaron el brutal asesinato.

Sin identificarse, el vecino relató que “Marcelo llegó anoche (por la del miércoles) en su Fiat Uno y, como acostumbraba, fue a la casa de su cuñado, con quien estaba hablando a las 9 de la noche en la esquina de Perú y Güemes. Hasta que vinieron dos en moto, que se dicen que son padre e hijo, y el menor de ambos le comenzó a reprochar algo que desconozco, levantando bastante la voz”.

Enseguida citó que “entonces Marcelo le dijo `acá no vengas a gritar, vamos a hablar más allá`. Y se vinieron para esta cuadra. Pero apenas intercambiaron unas palabras, sacó un revólver y le disparó en el corazón”.

Otro frentista del barrio aseguró, por su parte, que Villa “recibió dos tiros, uno en una pierna y otro fue con el que lo remató en el piso, tras volver sobre sus pasos, creo que ingresándole el proyectil por la espalda e impactando en el corazón”.

Aclaró que “un hombre de acá lo subió a su camioneta y lo trasladó al hospital Cestino. Ya en el trayecto respiraba mal. Y murió a poco de llegar al hospital”.

El primero de esos vecinos -que se definió como “amigo” de Villa- sostuvo que la víctima “tenía seis hijos y estaba separado. Pero acostumbraba a ir a verlos a la casa que compartía con su ex mujer en el barrio UOM” de Ensenada.

Tampoco obvió mencionar que “hace un mes había salido de la cárcel, donde estuvo ocho meses, luego de una pelea que había tenido con su pareja y en la que no quedó del todo claro qué sucedió”. Tan es así que muchos hablaron de que “le hicieron una cama”.

Por otra parte, este diario pudo conocer que la red social Facebook registró mucha actividad por este caso, con reiterados pedidos de justicia.

También se supo que hubo versiones sobre una posible reacción ante tamaño drama.

Si bien no existieron precisiones sobre la manera en que se materializaría esa acción y, quienes podrían llevarla adelante, al cierre de esta edición se habría reforzado la seguridad policial en torno al domicilio de los sospechosos presos.

Por lo pronto, los mismos voceros admitieron que “las cosas venían mal” entre Villa y quienes forzaron encontrarse con él para arrebatarle la vida.