Si el básquet argentino estaba herido de muerte, ahora se pegó el tiro de gracia

Al básquet lo están matando. Fue el título de una nota que se publicó en este medio el pasado 28 de febrero, cuando Argentina se quedaba afuera del Mundial de una manera inexplicable. Claro que con lo sucedió el domingo, en Santiago del Estero, se terminó de dar el tiro de gracia. El hecho de resignar la posibilidad de jugar un Preolímpico para París 2024, cortó una serie ininterrumpida del seleccionado nacional en los Juegos Olímpicos desde Sydney 2000, cuando un año antes en Puerto Rico no pudo clasificar con la figura emergente de Manu Ginóbili y dos “pibes”: Nocioni y Scola.

Claro que fueron dos golpes muy duros para el básquet argentino en apenas seis meses, que lo dejaron nocaut y tirado en la lona. Lógico que para que suceda algo de esta envergadura hay responsables. Dejemos de lado a los jugadores que dieron la cara y pusieron todo como el caso del Lancha Delfino que con 43 años, quizá haya jugado el último partido con la camiseta del conjunto argentino contra Bahamas.

En referencia al entrenador Pablo Prigioni tuvo su incidencia en el armado del plantel para este Preolímpico al dejar de lado a jugadores como Marcos Delia, Juan Pablo Vaulet y Leandro Bolmaro.

Tampoco se entendió muy bien, porque optó por Gabriel Deck. Nadie duda de la capacidad y la categoría del actual jugador de Real Madrid, pero el “Tortu” llegaba sin demasiado rodaje como consecuencia de la lesión ligamentaría que había sufrido en el pasado mes de mayo por un partido de la Euroliga contra el Partizan, en Belgrado.

Claro que hay que estar en el día a día y durante toda la extensa preparación que hizo Argentina, gran parte en España, de cara al Repechaje Preolímpico para continuar después de Santiago del Estero, Prigioni observó que el santiagueño se encontraba en óptimas condiciones para afrontar el torneo eligiendo por la experiencia y no por ejemplo la juventud del alero-platense, Lee Aaliya (18 años), una de las máximas promesas del básquet nacional, que fue figura e integró el segundo equipo ideal en el Mundial U19.

En el caso de Nicolás Laprovittola decidió no participar por propia voluntad, ya que prefirió darle espacio a la familia y tampoco se sintió muy cómodo como lo trató la gente en Mar del Plata en ese fatídico encuentro con República Dominicana, que Argentina ganaba por 17 y terminó perdiendo 79-75 teniendo del otro lado del banco a Néstor “Che” García, que se había alejado de la conducción del equipo nacional por razones extradeportivas.

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Al margen de la conformación de la plantilla, Argentina se encontró en el Repechaje de Santiago con una piedra en el zapato: Bahamas que llegó al torneo con tres NBA, cuando se presumía que solamente vendría uno: “Buddy” Hield (Indiana Pacers), pero después se sumaron Eric Gordon y DeAndre Ayton ambos integrantes de Phoenix Suns, que marcaron la diferencia en carga.

Seguramente, Prigioni continuará dirigiendo a la Selección Argentina de básquet. “Me gustaría seguir, pero falta mucho tiempo. Yo tengo temporada en la NBA, mi equipo actual (es asistente de Minnesota Timberwolves) me deja ejercer en los dos trabajos, pero no sé si dentro de un año o dos voy a seguir en la misma franquicia, no sé si el equipo siguiente me dejará o no me dejará”, explicó el entrenador, que tiene sobre su espalda los dos peores resultados en cuatro décadas, pero fue el que se animó a comenzar el inevitable recambio.

En el núcleo del equipo, Prigioni es un tipo querido y respetado por los jugadores de peso y está haciendo un buen trabajo con la divisiones formativas, pero como suele decirse se quedó “sin espaldas” ante la opinión pública; aunque cuenta con el respaldo de los integrantes de la “Generación Dorada” de que el propio cordobés formó parte.

Quizá, el encargado de darle ese espaldarazo en representación del resto “GD” fue el Chapu Nocioni que escribió en la red social Twitter: “No pudo ser. La jerarquía de Gordon en los momentos decisivos rompió la ilusión de Argentina, que había hecho un gran partido hasta ahí. Duro momento. A acompañar este proceso de recambio. Con paciencia. Nada se soluciona de un día para otro”.

Se sabe muy bien en lo intimo que los referentes de la Generación Dorada se encuentran enfrentados con el actual presidente de la Confederación Argentina de Básquet, Fabián Borro.

Entre ellos el propio Andrés Nocioni, Manu Ginóbili y Luis Scola que tuvieron que salir a dar la cara, cuando la CABB fue intervenida tras la renuncia de Germán Vaccaro por serias irregularidades financieras en su gestión al frente de la entidad madre del básquet argentino.

En ese momento, en 2014, Federico Susbieles, un ex jugador y que estaba cumpliendo funciones en el PAMI de Bahía Blanca, fue elegido como interventor. Las cosas se pusieron en orden en una CABB que se encontraba al borde de la quiebra lo que llevó después al dirigente bahiense a ser elegido presidente.

En 2019, el “Chubi” Susbieles decidió presentarse como candidato a intendente de Bahía Blanca por el Frente para Todos. Ahí apareció la figura de Fabián Borro, dirigente que fue uno de los vicepresidentes de la gestión de Vaccaro.

Borro se presentó a las elecciones de la Confederación Argentina de Básquet con la lista “CABB para todos”. Ni siquiera tuvieron que ir a las urnas para convertirse en el nuevo presidente, ya que la lista “Federales Unidos por el Basquetbol”, que proponía la continuidad de Susbielles -con el apoyo explícito de Manu Ginóbili-, no contó con los 21 delegados necesarios para avalar su postulación.

En lo que respecta a Borro también tiene amplia experiencia en el entorno sindical (fue director de apoyo logístico de AySA); mientras que en el ámbito del básquet llegó con el antecedente de ser el presidente de Obras Sanitarias, de la Federación Metropolitana (Febamba) y la Asociación de Clubes (AdC), la entidad que organiza la Liga Nacional y la Liga Argentina (ex TNA, la primera categoría de ascenso) y “apadrinado” por Horacio Muratore, actual presidente honorario de la FIBA y hombre clave a nivel internacional.

Borro fue tomando cada vez más fuerza. A través de la presidencia de la Asociación de Clubes intentó modernizar la competición con resultados diversos. Buscó mejorar el marketing y la difusión, propuso la televisación de todos los partidos a través del streaming pago (BasquetPass.tv, que acapara muchas críticas como consecuencia de las transiciones son de baja calidad), cambió la forma de competencia para que haya actividad todos los días al estilo NBA y liberó el cupo de extranjeros, para abaratar los presupuestos de los equipos. Echó a Oveja Hernández para poner como entrenador del seleccionado argentino al “Che” García.

Lo concreto que el básquet argentina necesita dar un cambio radical en su estructura dirigencial y en este caso hay que estar a atentos a que podría volver a la carga la Generación Dorada proponiendo a uno de sus integrantes como un potencial candidato a presidente a la CABB: ¿Pepe Sánchez? El tiempo tendrá la respuesta.