Sensible negociación por sillón clave en la Justicia

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

“Está agotada de tanto manoseo pero no se va a ir así porque sí”. La alta fuente del Poder Judicial consultada por este diario se refiere a la Procuradora General de la Suprema Corte bonaerense, María Del Carmen Falbo, la jefa de todos los fiscales de la Provincia, actriz central de una negociación política impulsada por el gobierno de María Eugenia Vidal que supone su desplazamiento -vía jubilación- y el arribo a ese sillón clave de un postulante bendecido por la alianza oficialista Cambiemos.

Es uno de los temas que más obsesiona a la Gobernadora y a su socia política, Elisa Carrió, posible candidata a legisladora por la Provincia el año próximo.

Todo el mundo político sabe que Vidal quiere a Falbo fuera de la Procuración. Le achaca su pertenencia al peronismo, la fuerza política derrotada por la Gobernadora en octubre pasado. Una cercanía que, según la visión vidalista del tema, le impediría avanzar a fondo en la supuesta cruzada anticorrupción que impulsa el actual oficialismo y que supone la revisión de lo hecho por la gestión de Daniel Scioli.

LARGOS TIRONEOS

Este diario ya dio cuenta de la extensa negociación para la salida de Falbo, quien hace pocos días presentó los papeles necesarios para impulsar, en el momento en que ella decida, los trámites de su jubilación. Esa es la manera no traumática de dejar el cargo. La otra es el juicio político en la Legislatura provincial, porque el de Procurador es un puesto con estabilidad vitalicia.

Emisarios de Vidal habrían propuesto a Falbo, en efecto, una despedida muy cuidada, una suerte de reconocimiento por los servicios prestados. La Procuradora, más allá de las buenas formas, estaría pidiendo ciertas “garantías” que deben asegurarle a ella antes del cese de sus funciones. Para ello, el gobierno de Vidal debería entrar en otra negociación, esta vez con miembros del Poder Judicial federal con asiento en la Provincia. En eso anda un encumbrado ministro bonaerense.

Es un tema delicado. Falbo quedó en el medio de una causa judicial en la que se investiga si el fiscal general de San Isidro, Julio Novo, participó en el encubrimiento de una banda de narcotraficantes. La jueza federal de ese distrito, Sandra Arroyo Salgado (ex esposa del fallecido fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman,) llegó a allanar las oficinas de la Procuración en La Plata, en mayo pasado.

Falbo explica en la intimidad que nada tiene que ver con el tema, más allá de que Novo es su subordinado. Pero en su reciente avalancha de denuncias en tierra bonaerense, la diputada Carrió aseguró que la Procuradora es parte del complot de encubrimiento. Sencillo: para irse y dejar libre su sillón, Falbo estaría pidiendo garantías firmes de que esa teoría no tendrá nunca el respaldo político del macrismo.

Por lo que se sabe hasta ahora, el candidato de Vidal a la Procuración es Julio Conte Grand, actual secretario de Legal y Técnica de la Gobernación, quien ya ocupó el mismo cargo en la Ciudad de Buenos Aires cuando Mauricio Macri era el Jefe de Gobierno. Conte Grand, por cierto, cuenta con la aprobación de Lilita.

La negociación para la salida de Falbo tiene varios frentes abiertos y se teje en torno a ella una trama de conjeturas

Fuentes del Ejecutivo aseguran que la negociación de salida de Falbo podría incluir, además, ciertas concesiones que la dejarían contenta. Una de ellas: nombrar un Sub-procurador de su confianza, como para dejar cierto sello institucional.

Pero, en rigor, ese sería un primer problema que se le presentaría al macrismo en medio de toda esta novela. Porque el actual Sub-procurador, Juan Angel de Oliveira, de gélida relación con su superiora, no piensa irse.

Como Falbo, y según el artículo 176º de la Constitución provincial, él puede conservar el empleo “mientras dure su buena conducta”. Para sacarlo, el oficialismo debería hacerle juicio político: obtener los dos tercios de los miembros presentes en Diputados para poder presentar la acusación en el Senado, que es la cámara que juzga.

¿Quién conformaría, eventualmente, a Falbo en el segundo sillón de la Procuración? Las fuentes oficiales confiesan que en el gobierno se maneja el nombre del fiscal ante el Tribunal de Casación Penal bonaerense, Carlos Altuve. En efecto, en el mundillo judicial Altuve es considerado un “pollo” de la actual Procuradora.

Sin embargo, el tiro podría salirle por la culata al macrismo. Las charlas privadas entre Altuve y el ministro de Justicia provincial, Gustavo Ferrari, para afilar este tema, habrían enojado bastante a Falbo, quien en confianza viene hablando de cierta “decepción”. “Nada que no se solucione tomando un café”, explican en la calle 6.

Siguiendo la hipótesis de que la Procuración quede vacante, el segundo problema que se le presentará al macrismo para culminar la movida de desplazamiento de Falbo es conseguir la mayoría absoluta de los miembros del Senado provincial (Artículo 175º de la Constitución) para otorgarle el acuerdo a Conte Grand, si es que finalmente se queda con el favor de la gobernadora Vidal para el cargo.

Es que en el peronismo provincial ya circula una suerte de lobby en contra de este abogado, por su condición de porteño. Operadores judiciales y mediáticos están inmersos en la tarea de convencer a los senadores -no sólo del PJ, sino también a los de Sergio Massa y demás partidos opositores- de la “inconveniencia” de entregarle el poder de persecución penal a alguien que no es natural de la provincia de Buenos Aires; una suerte de “extranjero” en estas tierras según esa visión. Lo explican como una suerte de “renunciamiento” inconveniente en materia judicial. Por ahora, final abierto.