Europa cumplió el sueño de una moneda única
| 2 de Enero de 1999 | 00:00

BRUSELAS.- La moneda única Europea, sueño de los padres de la integración Europea, inició definitivamente su camino ayer, después de que los ministros de Economía y Finanzas Europeos fijaron en forma definitiva el tipo de conversión en Euros de las once monedas participantes.
"Es el acontecimiento más importante desde la creación de la Comunidad Europea gracias al Tratado de Roma en 1957", estimó el ex presidente francés, Valery Giscard d'Estaing. El Euro, la moneda única Europea, sustituye desde ayer a las monedas tan antiguas como el florín holandés, creado en el siglo XIV, o como el marco alemán, uno de los puntales del sistema monetario internacional junto al dólar estadounidense o el yen japonés.
Sin embargo, las monedas y billetes en Euros no aparecerán en la vida común de 290 millones de europeos hasta el 1º de enero del 2002, aunque ya podrán abrir sus cuentas en Euros y poseer cheques en esa moneda.
Según los especialistas europeos, el Euro dará más peso y poder a Europa. La zona Euro o Eurolandia representará el 19,4 por ciento de la producción mundial -un poco menos que Estados Unidos- y el 18,6 por ciento del comercio mundial global.
Igualmente, el Euro deja en la cuneta, al menos por el momento, a una gran moneda internacional como la libra esterlina, así como a las de otros países europeos como Suecia, Dinamarca y Grecia, todos ellos miembros de la Unión Europea. Todos esos países podrían unirse a la moneda única a principios del siglo que viene.
Las ventajas de la moneda única son evidentes, según sus defensores: el Euro tratará de igual a igual al dólar y al yen en la escena financiera y monetaria mundial. El mercado único europeo, piedra angular del sistema, se consolidará y será más transparente. Las crisis monetarias y las devaluaciones competitivas, que tanto perturbaron los intercambios comerciales entre los países europeos, serán cosas del pasado.
La convergencia de las economías europeas se acelerará: a partir de ahora los ciclos económicos serán forzosamente los mismos para los once países participantes, lo que en principio garantizará los tipos de interés bajos y los déficits públicos reducidos. Para el consumidor, las ventajas serán esencialmente una mayor facilidad para viajar y comparar precios.
Pero la batalla del Euro aún no ha sido ganada totalmente. Detrás de la fachada de la unión monetaria subsisten diferencias políticas profundas, por no hablar de una unión diplomática y militar aún por hacerse.
Los europeos, unidos por la nueva moneda, no tiene claro el destino del Viejo Continente: la elección para la próxima década se sitúa entre una zona cada vez más integrada en el plano económico, comercial, político y social, o un gigantesco mercado único que vaya desde el Atlántico hasta, hipotéticamente, los Urales rusos.
De esta forma, el sueño europeo de una divisa común se concretó y 11 naciones ya comparten el Euro, creando un gigante económico entre el círculo Artico y las costas del Mediterráneo. El nacimiento del Euro fue considerado como un suceso sin precedentes en el campo de las finanzas internacionales. Es también, seguramente, el paso más importante en el impulso por crear una Europa unida tras la devastación causada por la Segunda Guerra Mundial, el peor conflicto bélico en la historia de la humanidad.
Los países que utilizarán el Euro serán: Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y España. Tres países de la Unión Europea indicaron que por ahora no piensan participar en la divisa común: Gran Bretaña, Dinamarca y Suecia. Un país no logró calificar debido a sus estándares económicos: Grecia.
"El de hoy (por ayer) es uno de los grandes días en la historia del Siglo XX", dijo la ministra de Finanzas de Francia Dominique Strauss-Kahn, a la radio Francia Info. "Representa el comienzo de una nueva era".
Ministros de Economía y de Finanzas de 11 países Europeos se reunieron el jueves en la sede de la Unión Europea en Bruselas, Bélgica, para acordar la tasa a la cual los marcos alemanes, los francos franceses y otras monedas serán absorbidas en el Euro. El Euro entró formalmente en existencia en la medianoche de ayer. Su valor será de alrededor de 1,18 dólares la unidad.
El primer pago conocido en Euros, se efectuó bajo las luces y las lentes de las cámaras de televisión, en un restaurante parisino, cinco minutos después del nacimiento oficial de la moneda única europea. Marie, una estudiante de derecho, pagó su cena de Año Nuevo con su tarjeta de crédito por un monto de 298,80 euros. Ningún otro cliente, más precoz, fue señalado hasta ahora. Diferentes personalidades harán sus compras, debidamente mediatizadas, en los primeros días del año. Estas acciones simbólicas deben dar el ejemplo a los europeos para que paguen sus compras en euros, gracias a sus cartas de crédito o sus chequeras, sin esperar la llegada, en enero del 2002, de los billetes y las monedas.
El Euro hizo igualmente su debut, muy modesto, en los mercados de cambios de Bombay, en la India, una de las raras plazas financieras abiertas ayer. De hecho, la verdadera prueba de fuego para la moneda única será la apertura del mercado de cambios de Tokio, antes que Londres, es decir, el más importante mercado de cambios del mundo. Asia, durante mucho tiempo indiferente, se interesa muy de cerca en la nueva moneda. El Banco de China efectuó sus primeras transacciones en Euros, apenas una hora después del anuncio de las tasas de conversión, y los diarios del país consagraron numerosos artículos en las últimas semanas.
Por otra parte, el primer ministro de Japón, Keizo Obuchi, se dispone a proponerla creación de un nuevo sistema monetario internacional regido por la trilogía euro-yen-dólar para detener la caída de la moneda japonesa, durante su visita a Europa la próxima semana. Obuchi efectuará la propuesta del nuevo sistema monetario cuando se entreviste con los líderes gubernamentales durante su viaje de una semana a Francia, Italia y Alemania a partir del miércoles próximo.
"Es el acontecimiento más importante desde la creación de la Comunidad Europea gracias al Tratado de Roma en 1957", estimó el ex presidente francés, Valery Giscard d'Estaing. El Euro, la moneda única Europea, sustituye desde ayer a las monedas tan antiguas como el florín holandés, creado en el siglo XIV, o como el marco alemán, uno de los puntales del sistema monetario internacional junto al dólar estadounidense o el yen japonés.
Sin embargo, las monedas y billetes en Euros no aparecerán en la vida común de 290 millones de europeos hasta el 1º de enero del 2002, aunque ya podrán abrir sus cuentas en Euros y poseer cheques en esa moneda.
Según los especialistas europeos, el Euro dará más peso y poder a Europa. La zona Euro o Eurolandia representará el 19,4 por ciento de la producción mundial -un poco menos que Estados Unidos- y el 18,6 por ciento del comercio mundial global.
Igualmente, el Euro deja en la cuneta, al menos por el momento, a una gran moneda internacional como la libra esterlina, así como a las de otros países europeos como Suecia, Dinamarca y Grecia, todos ellos miembros de la Unión Europea. Todos esos países podrían unirse a la moneda única a principios del siglo que viene.
Las ventajas de la moneda única son evidentes, según sus defensores: el Euro tratará de igual a igual al dólar y al yen en la escena financiera y monetaria mundial. El mercado único europeo, piedra angular del sistema, se consolidará y será más transparente. Las crisis monetarias y las devaluaciones competitivas, que tanto perturbaron los intercambios comerciales entre los países europeos, serán cosas del pasado.
La convergencia de las economías europeas se acelerará: a partir de ahora los ciclos económicos serán forzosamente los mismos para los once países participantes, lo que en principio garantizará los tipos de interés bajos y los déficits públicos reducidos. Para el consumidor, las ventajas serán esencialmente una mayor facilidad para viajar y comparar precios.
Pero la batalla del Euro aún no ha sido ganada totalmente. Detrás de la fachada de la unión monetaria subsisten diferencias políticas profundas, por no hablar de una unión diplomática y militar aún por hacerse.
Los europeos, unidos por la nueva moneda, no tiene claro el destino del Viejo Continente: la elección para la próxima década se sitúa entre una zona cada vez más integrada en el plano económico, comercial, político y social, o un gigantesco mercado único que vaya desde el Atlántico hasta, hipotéticamente, los Urales rusos.
De esta forma, el sueño europeo de una divisa común se concretó y 11 naciones ya comparten el Euro, creando un gigante económico entre el círculo Artico y las costas del Mediterráneo. El nacimiento del Euro fue considerado como un suceso sin precedentes en el campo de las finanzas internacionales. Es también, seguramente, el paso más importante en el impulso por crear una Europa unida tras la devastación causada por la Segunda Guerra Mundial, el peor conflicto bélico en la historia de la humanidad.
Los países que utilizarán el Euro serán: Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Holanda, Portugal y España. Tres países de la Unión Europea indicaron que por ahora no piensan participar en la divisa común: Gran Bretaña, Dinamarca y Suecia. Un país no logró calificar debido a sus estándares económicos: Grecia.
"El de hoy (por ayer) es uno de los grandes días en la historia del Siglo XX", dijo la ministra de Finanzas de Francia Dominique Strauss-Kahn, a la radio Francia Info. "Representa el comienzo de una nueva era".
Ministros de Economía y de Finanzas de 11 países Europeos se reunieron el jueves en la sede de la Unión Europea en Bruselas, Bélgica, para acordar la tasa a la cual los marcos alemanes, los francos franceses y otras monedas serán absorbidas en el Euro. El Euro entró formalmente en existencia en la medianoche de ayer. Su valor será de alrededor de 1,18 dólares la unidad.
El primer pago conocido en Euros, se efectuó bajo las luces y las lentes de las cámaras de televisión, en un restaurante parisino, cinco minutos después del nacimiento oficial de la moneda única europea. Marie, una estudiante de derecho, pagó su cena de Año Nuevo con su tarjeta de crédito por un monto de 298,80 euros. Ningún otro cliente, más precoz, fue señalado hasta ahora. Diferentes personalidades harán sus compras, debidamente mediatizadas, en los primeros días del año. Estas acciones simbólicas deben dar el ejemplo a los europeos para que paguen sus compras en euros, gracias a sus cartas de crédito o sus chequeras, sin esperar la llegada, en enero del 2002, de los billetes y las monedas.
El Euro hizo igualmente su debut, muy modesto, en los mercados de cambios de Bombay, en la India, una de las raras plazas financieras abiertas ayer. De hecho, la verdadera prueba de fuego para la moneda única será la apertura del mercado de cambios de Tokio, antes que Londres, es decir, el más importante mercado de cambios del mundo. Asia, durante mucho tiempo indiferente, se interesa muy de cerca en la nueva moneda. El Banco de China efectuó sus primeras transacciones en Euros, apenas una hora después del anuncio de las tasas de conversión, y los diarios del país consagraron numerosos artículos en las últimas semanas.
Por otra parte, el primer ministro de Japón, Keizo Obuchi, se dispone a proponerla creación de un nuevo sistema monetario internacional regido por la trilogía euro-yen-dólar para detener la caída de la moneda japonesa, durante su visita a Europa la próxima semana. Obuchi efectuará la propuesta del nuevo sistema monetario cuando se entreviste con los líderes gubernamentales durante su viaje de una semana a Francia, Italia y Alemania a partir del miércoles próximo.
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