Mercedes Sosa y Luciano Pavarotti, el romance de dos estrellas de la música
| 24 de Abril de 1999 | 00:00

Pese a que el tenor italiano Luciano Pavarotti y la intérprete argentina Mercedes Sosa apenas compartieron dos temas, el concierto de anoche en el estadio de Boca Juniors corporizó el encuentro de dos cantantes y diferentes géneros musicales.
Con las versiones a dúo de "Il cuore ingrato" y "Caruso", el cantante lírico y la vocalista folklórica, sellaron el encuentro de dos estilos largamente aclamados por el público argentino que sumó, según los organizadores, casi 30 mil almas en las instalaciones de la Bombonera.
La reunión con la que culminó el concierto resultó efectista y emotiva, pero careció de valor artístico, en parte por el enorme esfuerzo que le significó a Mercedes cantar en italiano y también por la combinación de estilos interpretativos de difícil amalgama.
El campo de juego, transformado con sillas en sector "vip" y organizado como un gran teatro, fue el territorio en el que se desarrolló una especie de "velada paqueta", mientras que "la popular" se reservó las reacciones más eufóricas, por ejemplo, en el momento en que Jaime Torres ejecutó su charango prodigioso en el movimiento "Gloria" de la "Misa Criolla".
El punto culminante de este espectáculo conjunto, permitió repasar sobre un mismo escenario canzonettas napolitanas, arias de ópera, temas folklóricos, canciones populares argentinas y la "Misa Criolla".
La reunión melómana comenzó a las 21.30 -mientras aún continuaba el ingreso de gente al estadio- con la presencia de la cantante tucumana, quien abrió su set interpretando los cinco movimientos de la "Misa Criolla", de Ariel Ramírez.
Acompañada por su grupo habitual -Popi Spatocco (teclados y dirección), Nicolás "Colacho" Brizuela (guitarra), Carlos Genoni (bajo), Rubén Lobo y Guillermo Masuti (percusión), Beatriz Muñoz (coros), Marcelo Chiodi y Leo Carabajal (sikus y quena)-, Sosa arremetió con la "Misa...".
Junto al charango de Jaime Torres y el Coro Polifónico Nacional, dirigido por Julio Fainguersch, la "Negra" revivió las piezas "Kyrie", "Gloria", "Credo", "Sanctus" y "Agnus Dei".
Con mucha emotividad, la folklorista también superó con oficio una gripe que la aquejó toda esta semana, aunque evidenció dificultades en los tonos altos de la "Misa".
Antes de comenzar a interpretar el repertorio popular, Mercedes agradeció "a Dios poder estar esta noche acá, porque les juro que anteayer no tenía nada de voz", según contó.
Un sonido preciso en la amplificación, pero sumamente bajo en su volumen, dio lugar a reclamos del público; pero sólo se elevó para la actuación del tenor.
Tras el momento sinfónico, Mercedes Sosa interpretó un repertorio popular que incluyó "Agitando pañuelos" (de los Hermanos Abalos), "Mi madre y María" (tema de Víctor Heredia compuesto para Las Madres de Plaza de Mayo y estrenado ante el Papa) y "Cuando ya me empiece a quedar solo" (en una versión con arreglo coral que quedará en la memoria de los asistentes).
Finalmente, llegó "Sólo le pido a Dios" -con arreglo coral y aporte de Jaime Torres-, tema dedicado al reclamo de "la paz del mundo", y cuarenticinco minutos más tarde del inicio, empezaron los preparativos del escenario para la actuación de Pavarotti.
A las 22:50, el lírico fue presentado por Mercedes, quien se refirió a él como "un cantante y un ser humano maravilloso". Pavarotti le respondió con un caballeroso beso en la mano.
El inmenso vocalista italiano se plantó sobre el escenario de 50 metros y, secundado por la orquesta Filarmónica de Buenos Aires dirigida por el maestro Leone Magiera, acompañante de la giras del tenor, desgranó lo más popular y efectivo de su repertorio.
Entre otras piezas (intercaló páginas intrumentales con otras cantadas), ofreció "Quanto e bella, quanto e cara" y "Una furtiva lagrima" -ambas de "L'elisir d'amore", de Donizetti-, y "Recondita armonia" y "E lucevan le stelle" -ambas de "Tosca", de Puccini-.
El segmento más festivo y popular del tenor, se concretó a la hora de las canzonettas "Matinatta", de Leoncavallo, y "Non ti scordar di me", de De Curtis, que cantó a viva voz; además de "Granada", "La donna e mobile", pieza del tenor de "Rigoletto", de Verdi y "O sole mio".
Todo el oficio del cantante, sin sobreexigencias, se desplegó ante una audiencia extasiada y entregada a las dotes de Pavarotti.
La coronación de esta cuarta visita del vocalista peninsular a la Argentina tuvo su esperado broche a la hora del duetto en italiano que compartió con la más importante voz del país.
Al margen de la apuesta comercial y del impacto asegurado de esta reunión, tanto Sosa como Pavarotti ratificaron de a dos y ante una audiencia multitudinaria, la vocación de trascender sus estilos originales.
Con las versiones a dúo de "Il cuore ingrato" y "Caruso", el cantante lírico y la vocalista folklórica, sellaron el encuentro de dos estilos largamente aclamados por el público argentino que sumó, según los organizadores, casi 30 mil almas en las instalaciones de la Bombonera.
La reunión con la que culminó el concierto resultó efectista y emotiva, pero careció de valor artístico, en parte por el enorme esfuerzo que le significó a Mercedes cantar en italiano y también por la combinación de estilos interpretativos de difícil amalgama.
El campo de juego, transformado con sillas en sector "vip" y organizado como un gran teatro, fue el territorio en el que se desarrolló una especie de "velada paqueta", mientras que "la popular" se reservó las reacciones más eufóricas, por ejemplo, en el momento en que Jaime Torres ejecutó su charango prodigioso en el movimiento "Gloria" de la "Misa Criolla".
El punto culminante de este espectáculo conjunto, permitió repasar sobre un mismo escenario canzonettas napolitanas, arias de ópera, temas folklóricos, canciones populares argentinas y la "Misa Criolla".
La reunión melómana comenzó a las 21.30 -mientras aún continuaba el ingreso de gente al estadio- con la presencia de la cantante tucumana, quien abrió su set interpretando los cinco movimientos de la "Misa Criolla", de Ariel Ramírez.
Acompañada por su grupo habitual -Popi Spatocco (teclados y dirección), Nicolás "Colacho" Brizuela (guitarra), Carlos Genoni (bajo), Rubén Lobo y Guillermo Masuti (percusión), Beatriz Muñoz (coros), Marcelo Chiodi y Leo Carabajal (sikus y quena)-, Sosa arremetió con la "Misa...".
Junto al charango de Jaime Torres y el Coro Polifónico Nacional, dirigido por Julio Fainguersch, la "Negra" revivió las piezas "Kyrie", "Gloria", "Credo", "Sanctus" y "Agnus Dei".
Con mucha emotividad, la folklorista también superó con oficio una gripe que la aquejó toda esta semana, aunque evidenció dificultades en los tonos altos de la "Misa".
Antes de comenzar a interpretar el repertorio popular, Mercedes agradeció "a Dios poder estar esta noche acá, porque les juro que anteayer no tenía nada de voz", según contó.
Un sonido preciso en la amplificación, pero sumamente bajo en su volumen, dio lugar a reclamos del público; pero sólo se elevó para la actuación del tenor.
Tras el momento sinfónico, Mercedes Sosa interpretó un repertorio popular que incluyó "Agitando pañuelos" (de los Hermanos Abalos), "Mi madre y María" (tema de Víctor Heredia compuesto para Las Madres de Plaza de Mayo y estrenado ante el Papa) y "Cuando ya me empiece a quedar solo" (en una versión con arreglo coral que quedará en la memoria de los asistentes).
Finalmente, llegó "Sólo le pido a Dios" -con arreglo coral y aporte de Jaime Torres-, tema dedicado al reclamo de "la paz del mundo", y cuarenticinco minutos más tarde del inicio, empezaron los preparativos del escenario para la actuación de Pavarotti.
A las 22:50, el lírico fue presentado por Mercedes, quien se refirió a él como "un cantante y un ser humano maravilloso". Pavarotti le respondió con un caballeroso beso en la mano.
El inmenso vocalista italiano se plantó sobre el escenario de 50 metros y, secundado por la orquesta Filarmónica de Buenos Aires dirigida por el maestro Leone Magiera, acompañante de la giras del tenor, desgranó lo más popular y efectivo de su repertorio.
Entre otras piezas (intercaló páginas intrumentales con otras cantadas), ofreció "Quanto e bella, quanto e cara" y "Una furtiva lagrima" -ambas de "L'elisir d'amore", de Donizetti-, y "Recondita armonia" y "E lucevan le stelle" -ambas de "Tosca", de Puccini-.
El segmento más festivo y popular del tenor, se concretó a la hora de las canzonettas "Matinatta", de Leoncavallo, y "Non ti scordar di me", de De Curtis, que cantó a viva voz; además de "Granada", "La donna e mobile", pieza del tenor de "Rigoletto", de Verdi y "O sole mio".
Todo el oficio del cantante, sin sobreexigencias, se desplegó ante una audiencia extasiada y entregada a las dotes de Pavarotti.
La coronación de esta cuarta visita del vocalista peninsular a la Argentina tuvo su esperado broche a la hora del duetto en italiano que compartió con la más importante voz del país.
Al margen de la apuesta comercial y del impacto asegurado de esta reunión, tanto Sosa como Pavarotti ratificaron de a dos y ante una audiencia multitudinaria, la vocación de trascender sus estilos originales.
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