El día que Dewey le ganó a Truman

El papelón de las encuestadoras en Tucumán, del que no aparecen totalmente despegados los diarios -que en forma unánime afirmaron que Bussi había ganado, dando por válidos los sondeos en boca de urna-, trae el recuerdo uno de los titulares más famosos de la historia del periodismo estadounidense, el tajante "Dewey derrota a Truman" aparecido en tapa del Chicago Tribune el 3 de noviembre de 1948, al día siguiente de los comicios que consagraron a Harry Truman como presidente de los Estados Unidos.
Dewey, el candidato de los republicanos, no era precisamente un político que se destacara por su carisma, ni por sus modales populacheros. Sin embargo, el 2 de noviembre, día de la elección presidencial, aparecía como el ganador casi inevitable. Las encuestas venían anunciando reiteradamente su victoria y la opinión de los expertos en el quehacer político coincidía con ese pronóstico.

El Tribune, mientras tanto, se veía presionado por una huelga de gráficos que obligaba al periódico a cerrar la edición horas antes de lo que lo hacía habitualmente. A medida que la hora de la primera edición se acercaba, el editor J. Loy "Pat" Maloney se encontraba en la necesidad de decidir los titulares, aunque no se conocían aún los resultados de la Costa Este. Consultado el experimentado Arthur Sears Henning, corresponsal en Washington por mucho tiempo, que se equivocaba muy pocas veces, se jugó por el triunfo de Dewey. Además, la revista Life había usado de portada una gran foto de Dewey con la leyenda "El próximo presidente de los Estados Unidos".
Sin embargo, cuando aún no se había secado la tinta de los 150.000 ejemplares de esa edición, los boletines radiales comenzaron a informar que la elección era sorprendentemente reñida, lo que motivó que la segunda edición estuviera titulada: "Los demócratas arrasan con todos los cargos". Poco después, el comediante Fred Allen afirmaba jocosamente que Truman era el primer presidente que perdía al galope (por Gallup) y ganaba en un paseo. El Tribune le echó la culpa de su error a los encuestadores.
El titular podría bien haber sido olvidado, si no fuera por un encuentro casual ocurrido dos días después en St. Louis. Truman, que viajaba en tren hacia Washington, salió a la plataforma trasera del convoy y le alcanzaron una copia de la primera edición del Tribune. El Presidente tenía tan mala opinión del diario, como éste tenía de él. Así que levantó el ejemplar y extendió la primera plana para que los reporteros gráficos registraran el momento histórico.
Con el tiempo, esa edición del Tribune se convirtió en el más preciado objeto para un coleccionista de periódicos estadounidense, con precios que alcanzaron a los 1.200 dólares. Eso hizo que la gente comenzara a revolver en los altillos y exhumara ejemplares que hicieron descender el precio a una cifra de entre 400 y 500 dólares, según la Sociedad de Coleccionistas de Diarios, con sede en Michigan.

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