Murió "Copito de Nieve", el único gorila blanco del mundo
Tenía 40 años y fue un símbolo de Barcelona. Jamás se conoció a otro gorila albino.
| 25 de Noviembre de 2003 | 00:00

Copito de Nieve, el único gorila blanco conocido en todo el mundo, murió ayer a la mañana en el Zoológico de Barcelona a causa de un cáncer de piel, y para evitarle un sufrimiento extra fue sometido a eutanasia, según informó el Ayuntamiento de la ciudad catalana.
El gorila había sido retirado el miércoles pasado del lugar en el que estaba expuesto al público, después de que en los últimos días empeorara su salud. No obstante, numerosos niños acudieron al Zoológico de Barcelona para dar sus muestras de cariño a Copito de Nieve, fallecido a las 6.40 hora local, 2.40 de Argentina.
El cuerpo del gorila albino fue trasladado al departamento de Veterinaria del Zoológico, donde se le practicó una necropsia. Nfumu Ngi, primer nombre que recibió el gorila en la lengua fang cuando fue capturado en Guinea, tenía 40 años, media 163 centímetros de altura y pesaba 180 kilogramos.
Copito de Nieve era hasta ahora el único caso conocido de albinismo en gorilas, que no es más que una carencia de melanina, pigmento responsable del color negro de la piel, el pelo o las plumas de los animales, un fenómeno que aparece con frecuencia en muchas especies, incluida la humana.
A lo largo de su vida, la comunidad científica intentó sin éxito obtener otro ejemplar albino. El gorila tuvo 21 hijos, de los cuales sólo cinco viven en la actualidad.
Se estimaba que Copito tendría entre 38 y 40 años de edad, el equivalente a unos 80 años en los seres humanos. En la vida salvaje, el promedio de vida de los gorilas es de unos 25 años. En sus 37 años en el zoológico tuvo 21 hijos con tres gorilas diferentes, y ninguno de ellos fue albino.
Se le diagnosticó un cáncer en la piel en el año 2001, pero la enfermedad progresó rápidamente en los meses siguientes y no pudo ser detenida por los veterinarios.
Su cara arrugada se encuentra en las postales de la ciudad, fue personaje de una novela e incluso tuvo un libro de memorias escrito en su nombre. Aparece también en la portada de un disco del artista conocido como Basement Jaxx.
El 1 de octubre de 1966, un grupo de guineanos organizado por el granjero Benito Manie, abatió a un grupo de gorilas que se comían los frutos de su plantación y, tras disparar a una hembra, encontraron al pequeño Copito agarrado entre sus brazos.
Aquel cachorro blanco despertó el interés de sus captores, que lo vendieron cuatro días después al etólogo Jordi Sabater Pi, director del Centro de Adaptación y Experimentación Zoológica de Ikunde, una institución que dependía del Zoo de Barcelona para estudiar la fauna de lo que entonces todavía era la Guinea Española.
El pequeño gorila tenía entre dos y tres años, medía 54 centímetros y pesaba 8,75 kilos cuando fue trasladado a un centro de adaptación que el zoo barcelonés tenía en Ikunde y fue adquirido por el primatólogo catalán Jordi Sabater Pi.
Con el nombre de "Nfumu-Ngui", gorila blanco en la lengua de la etnia fang, hizo su primera aparición pública en una portada de la revista norteamericana National Geographic en marzo de 1967 ya con el nombre de "Copito de nieve", con el que se convirtió en un emblema de la ciudad de Barcelona.
En vida tuvo tres parejas, con las que tuvo 21 hijos, de los cuales el único varón, Urko, murió el pasado mes de agosto tras una operación de peritonitis, y ninguno de sus hijos ni de sus nietos heredó su albinismo.
El gorila albino vivió sus 40 años -equivalentes a más de 80 de un humano, y muchos más de los 25 que suelen alcanzar en libertad- gracias a la "buenísima calidad de vida" en la que vivió en el zoo barcelonés, con una alimentación a base de frutas, verduras, leche y yogur desnatado.
Idolo de los niños barceloneses que asistieron en masa a despedirlo, Copito de Nieve dejó a Barcelona sin uno de sus símbolos y al mundo animal sin uno de los caprichos más curiosos de la naturaleza.
"Ha muerto un ciudadano muy especial de Barcelona, parte de la educación sentimental de muchos niños, emblema de la ciudad. El mejor homenaje en su recuerdo es aprovechar toda esta energía para trabajar con miras a mejorar la especie que atraviesa una situación gravísima y está en peligro de extinción por el deterioro de las selvas, su hábitat natural", preconizó el alcalde de Barcelona, Joan Clos, quien anunció que se hará una edición de los más de 2.000 dibujos realizados por los niños barceloneses que quisieron despedirlo.
La primer alarma sobre su salud fue en enero de 1999, cuando se observó que había perdido más de un 20% de volumen corporal. En mayo de 2002 se le extirpó un carcinoma del pectoral derecho y se operaron las cataratas del ojo derecho y en 2003 las del ojo izquierdo. En noviembre se volvió a extirpar la masa tumoral de la axila y se comprobó que el cáncer de piel se estaba extendiendo.
Su estado se deterioró en los últimos cuatro días por lo cual los veterinarios y especialistas que lo atendían le practicaron una eutanasia que le llevó a la muerte en la madrugada de ayer para evitar una "agonía extremadamente dolorosa" a consecuencia del cáncer de piel que padecía desde hace años, afirmó Joan Clos, prometiendo que habrá en la ciudad una plaza o una calle en su honor.
La "difícil" decisión se tomó tras evaluar su estado y ante la evidencia de que había entrado en un proceso de agonía irreversible. Una vez concluida la necropsia de rigor, el Zoo pondrá a disposición de diferentes entidades científicas el material de importancia genética y cerebral para profundizar en la "excepcionalidad" del único gorila albino del mundo y contribuir al conocimiento y protección de la especie, añadió el director del zoo, Jordi Portabella.
Los restos que se conserven se harán con fines exclusivamente científicos y no de exhibición, insistió Portabella, para cortar de raíz las polémicas que se vislumbran sobre si hay que disecarlo y exhibirlo o no.
Adquirido por el primatólogo catalán Jordi Sabater Pi, que lo llevó a Barcelona, Copito pasó sus primeros días en un piso del ensanche barcelonés propiedad del entonces veterinario del zoo e hizo sus primeras vacaciones en Menorca (Islas Baleares). Hasta 1996, Copito fue un animal sano que nunca necesitó intervenciones anestésicas.
"Hasta sus días finales Copito disfrutó de una fantástica calidad de vida, interactuando de manera normal con sus hijos y nietos'', dijo el veterinario catalán Jesús Fernández. "Pero últimamente, su salud se deterioró con rapidez. Durante los últimos cuatro o cinco días detectamos signos de dolor y de sufrimiento, por lo que decidimos practicar la eutanasia", añadió. Los gorilas albinos son muy raros y Copito de Nieve era el único que vivía en un zoológico.
"Copito ha sido un compañero inolvidable de nuestra ciudad y todos lamentamos su pérdida", dijo el alcalde de Barcelona Joan Clos. Las autoridades dijeron que proyectan crear un archivo científico sobre la vida del gorila y, tal vez, erigir una estatua conmemorativa en el zoológico.
El gorila había sido retirado el miércoles pasado del lugar en el que estaba expuesto al público, después de que en los últimos días empeorara su salud. No obstante, numerosos niños acudieron al Zoológico de Barcelona para dar sus muestras de cariño a Copito de Nieve, fallecido a las 6.40 hora local, 2.40 de Argentina.
El cuerpo del gorila albino fue trasladado al departamento de Veterinaria del Zoológico, donde se le practicó una necropsia. Nfumu Ngi, primer nombre que recibió el gorila en la lengua fang cuando fue capturado en Guinea, tenía 40 años, media 163 centímetros de altura y pesaba 180 kilogramos.
Copito de Nieve era hasta ahora el único caso conocido de albinismo en gorilas, que no es más que una carencia de melanina, pigmento responsable del color negro de la piel, el pelo o las plumas de los animales, un fenómeno que aparece con frecuencia en muchas especies, incluida la humana.
A lo largo de su vida, la comunidad científica intentó sin éxito obtener otro ejemplar albino. El gorila tuvo 21 hijos, de los cuales sólo cinco viven en la actualidad.
Se estimaba que Copito tendría entre 38 y 40 años de edad, el equivalente a unos 80 años en los seres humanos. En la vida salvaje, el promedio de vida de los gorilas es de unos 25 años. En sus 37 años en el zoológico tuvo 21 hijos con tres gorilas diferentes, y ninguno de ellos fue albino.
Se le diagnosticó un cáncer en la piel en el año 2001, pero la enfermedad progresó rápidamente en los meses siguientes y no pudo ser detenida por los veterinarios.
Su cara arrugada se encuentra en las postales de la ciudad, fue personaje de una novela e incluso tuvo un libro de memorias escrito en su nombre. Aparece también en la portada de un disco del artista conocido como Basement Jaxx.
El 1 de octubre de 1966, un grupo de guineanos organizado por el granjero Benito Manie, abatió a un grupo de gorilas que se comían los frutos de su plantación y, tras disparar a una hembra, encontraron al pequeño Copito agarrado entre sus brazos.
Aquel cachorro blanco despertó el interés de sus captores, que lo vendieron cuatro días después al etólogo Jordi Sabater Pi, director del Centro de Adaptación y Experimentación Zoológica de Ikunde, una institución que dependía del Zoo de Barcelona para estudiar la fauna de lo que entonces todavía era la Guinea Española.
El pequeño gorila tenía entre dos y tres años, medía 54 centímetros y pesaba 8,75 kilos cuando fue trasladado a un centro de adaptación que el zoo barcelonés tenía en Ikunde y fue adquirido por el primatólogo catalán Jordi Sabater Pi.
Con el nombre de "Nfumu-Ngui", gorila blanco en la lengua de la etnia fang, hizo su primera aparición pública en una portada de la revista norteamericana National Geographic en marzo de 1967 ya con el nombre de "Copito de nieve", con el que se convirtió en un emblema de la ciudad de Barcelona.
En vida tuvo tres parejas, con las que tuvo 21 hijos, de los cuales el único varón, Urko, murió el pasado mes de agosto tras una operación de peritonitis, y ninguno de sus hijos ni de sus nietos heredó su albinismo.
El gorila albino vivió sus 40 años -equivalentes a más de 80 de un humano, y muchos más de los 25 que suelen alcanzar en libertad- gracias a la "buenísima calidad de vida" en la que vivió en el zoo barcelonés, con una alimentación a base de frutas, verduras, leche y yogur desnatado.
Idolo de los niños barceloneses que asistieron en masa a despedirlo, Copito de Nieve dejó a Barcelona sin uno de sus símbolos y al mundo animal sin uno de los caprichos más curiosos de la naturaleza.
"Ha muerto un ciudadano muy especial de Barcelona, parte de la educación sentimental de muchos niños, emblema de la ciudad. El mejor homenaje en su recuerdo es aprovechar toda esta energía para trabajar con miras a mejorar la especie que atraviesa una situación gravísima y está en peligro de extinción por el deterioro de las selvas, su hábitat natural", preconizó el alcalde de Barcelona, Joan Clos, quien anunció que se hará una edición de los más de 2.000 dibujos realizados por los niños barceloneses que quisieron despedirlo.
La primer alarma sobre su salud fue en enero de 1999, cuando se observó que había perdido más de un 20% de volumen corporal. En mayo de 2002 se le extirpó un carcinoma del pectoral derecho y se operaron las cataratas del ojo derecho y en 2003 las del ojo izquierdo. En noviembre se volvió a extirpar la masa tumoral de la axila y se comprobó que el cáncer de piel se estaba extendiendo.
Su estado se deterioró en los últimos cuatro días por lo cual los veterinarios y especialistas que lo atendían le practicaron una eutanasia que le llevó a la muerte en la madrugada de ayer para evitar una "agonía extremadamente dolorosa" a consecuencia del cáncer de piel que padecía desde hace años, afirmó Joan Clos, prometiendo que habrá en la ciudad una plaza o una calle en su honor.
La "difícil" decisión se tomó tras evaluar su estado y ante la evidencia de que había entrado en un proceso de agonía irreversible. Una vez concluida la necropsia de rigor, el Zoo pondrá a disposición de diferentes entidades científicas el material de importancia genética y cerebral para profundizar en la "excepcionalidad" del único gorila albino del mundo y contribuir al conocimiento y protección de la especie, añadió el director del zoo, Jordi Portabella.
Los restos que se conserven se harán con fines exclusivamente científicos y no de exhibición, insistió Portabella, para cortar de raíz las polémicas que se vislumbran sobre si hay que disecarlo y exhibirlo o no.
Adquirido por el primatólogo catalán Jordi Sabater Pi, que lo llevó a Barcelona, Copito pasó sus primeros días en un piso del ensanche barcelonés propiedad del entonces veterinario del zoo e hizo sus primeras vacaciones en Menorca (Islas Baleares). Hasta 1996, Copito fue un animal sano que nunca necesitó intervenciones anestésicas.
"Hasta sus días finales Copito disfrutó de una fantástica calidad de vida, interactuando de manera normal con sus hijos y nietos'', dijo el veterinario catalán Jesús Fernández. "Pero últimamente, su salud se deterioró con rapidez. Durante los últimos cuatro o cinco días detectamos signos de dolor y de sufrimiento, por lo que decidimos practicar la eutanasia", añadió. Los gorilas albinos son muy raros y Copito de Nieve era el único que vivía en un zoológico.
"Copito ha sido un compañero inolvidable de nuestra ciudad y todos lamentamos su pérdida", dijo el alcalde de Barcelona Joan Clos. Las autoridades dijeron que proyectan crear un archivo científico sobre la vida del gorila y, tal vez, erigir una estatua conmemorativa en el zoológico.
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