Taruchas en el Barca Grande

El amanecer del domingo se presentó espectacular. Con Gabriel habíamos arreglado la noche del sábado en encontrarnos en la guardería a las 6.30 para ir a pescar nuevamente al Delta, concretamente a la zona del Correntoso y del Barca Grande, debido a los buenos resultados que obtuvimos unos días atrás.

Luego de llenar los tanques de combustible de nuestra embarcación y el termo con café, emprendimos el derrotero de siempre: Luján - Vinculación - Urión - Honda - Bajos del Temor - Diablo, para salir por la boca del Paraná Miní y gracias al GPS seguir la ruta que nos depositaría en la boca del Barca Grande.

Navegamos un par de kilómetros por el Barca para hacer los primeros intentos en los arroyos Dominguito y Poronguito en los cuales, buscando las salidas de algunas zanjas, obtuvimos como respuestas a nuestros lances algunas que otras tarariras chicas.

Las líneas que utilizamos en estos arroyos eran de flote con boyas chicas, encarnando con filete de sábalo fresco. Dado que los piques se daban de a ratos, decidimos ir a los arroyos más cercanos a la boca del Barca.

Navegando con mucho cuidado sobre el banco que se forma a la salida del Barca a mano derecha saliendo al Río de la Plata, hay un par de arroyos muy buenos para la pesca de bogas y tarariras. Lamentablemente al entrar a uno de estos arroyos encontramos un trasmallo de lado a lado así que decidimos ir directamente al lugar en donde unos días atrás había pescado muy bien.

CARNADAS

Entramos al arroyo haciendo el mínimo ruido posible. Anclamos y preparamos los equipos. En este lugar encarnamos con filete de boga que habíamos llevado freezado y también con filete de sábalo fresco.

Los primeros lances los efectuamos cada uno tirando para el lado que más nos gustaba y así estuvimos un rato hasta que tiramos las dos líneas juntas intentando activar las taruchas, cosa que se logró casi de inmediato.

Los piques eran impresionantes porque tomaban la carnada, corrían lentamente hasta hundir cualquier boya que le tirásemos. Fuese grande o chica, se llevaban todo al fondo y cuando las clavábamos comenzaban el show de saltos y llevadas. Estaban más combativas que unas semanas atrás.

Los piques se daban esporádicamente. Sacábamos 3 ó 4 tarariras y se cortaba. Nos corríamos unos metros y tomaban la carnada nuevamente. Dado que las respuestas se seguían dando lance a lance, decidimos quedarnos en este lugar durante todo el resto de la jornada.

Perdimos más de veinte piques que llevaban todo al fondo y largaban la carnada, pero por suerte logramos subir a la lancha unas quince tarariras, muchas de las cuales fueron de buen tamaño, y como corresponde, fueron devueltas en su totalidad al agua para poder pescarlas nuevamente en la próxima salida a estos hermosos arroyos de la zona del Barca Grande y el Correntoso que tantas satisfacciones están dando en este comienzo de temporada.

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