Boca demolió a Racing y recuperó sus ilusiones
Sumó tres puntos de oro para alcanzar a Lanús y ahora espera que lo ayuden otros resultados
| 4 de Noviembre de 2007 | 00:00

Por RICARDO GONZALEZ
Boca no necesitó demostrar demasiado para llevarse una victoria tan clara como contundente. Le alcanzó con su oficio, con su mayor presencia de equipo y con la buena labor de algunas individualidades, para superar a un Racing que sólo mostró ganas pero que estuvo lejos de parecerse a una expresión futbolística. La diferencia fue esa, la que reflejó el resultado final, con un 3 a 0 que dejó establecido lo que separa a uno de otro en la actualidad.
Racing sólo opuso algo de resistencia en el primer tiempo, cuando Boca no terminaba de afirmarse y todavía no era tan influyente el juego de Banega. pero bastó que llegara ese golazo de Neri Cardozo ni bien empezado el segundo tiempo, para que la historia comenzara a definirse en favor de la visita.
Ese gol de Cardozo y la lesión de Facundo Sava antes del primer cuarto de hora de juego, fueron dos golpes demasiados fuertes para la Academia, que se sintió derrotado mucho antes de que Sergio Pezzotta hiciera sonar el silbato final. Ya que a partir de la ventaja, Boca manejó los tiempos con un formidable Ever Banega, con la movilidad de Neri Cardozo, con la profundidad de Rodrigo Palacio, con la solvencia de Jonatan Maidana y con la seguridad otorgada por las manos de Mauricio Caranta.
DE ARRANQUE POCO Y NADA
El primer tiempo aburrió bastante, entre dos equipos que no terminaban de afirmarse y que se iban sólo en intenciones. Boca manejaba mejor la pelota, pero Racing, sin tenerla tanto, era más agresivo, al punto que tuvo dos situaciones clarísimas, ambas conjuradas por Caranta, ante remates de Claudio López y Sebastián Arrieta.
El equipo de Russo progresaba bien por los laterales, sobre todo por el derecho, con la sociedad armada entre Hugo Ibarra y Alvaro González, pero cada desborde de Palacio terminaba en un mal centro o en un remate sin demasiada pólvora, como en dos ocasiones que estuvo cara a cara con Hilario Navarro.
Por eso, esa primera mitad se fue con la sensación de que Boca podía ganar el partido en la medida que acelerara un poco en ataque, aunque las ventajas que daba atrás también dejaban picando más de una duda.
Para Racing, en cambio, que estuvo cerca del gol, el camino al vestuario fue con una clara preocupación, la lesión de Facundo Sava, un jugador esencial para el juego del equipo.
UN GOLAZO ABRIO EL CAMINO
Cuando todavía ni se habían acomodado en el comienzo del complemento, Neri Cardozo despertó a todos con un golazo tremendo. Aprovechó un rechazo corto de Franco Sosa y se animó a probar desde unos treinta metros, clavando la pelota en el ángulo superior izquierdo del paraguayo Navarro que, algo distraído, no tuvo tiempo para reaccionar.
Ese bombazo fue clave, porque Boca creció en su juego y Racing entró en la desesperación. El equipo de Gustavo Costas se fue ciego al ataque, con mucho fervor y poco orden, y en cada contra parecía que Boca podía liquidar la cuestión, algo que finalmente sucedió cuando por fin Palacio -sigue torcido para el arco- le puso el moño a una jugada que arrancó con taco de Palermo y siguió con una asistencia bárbara de Banega.
Ahí se terminó el partido, la media hora que quedó por delante se consumió entre situaciones malogradas de Boca y la impotencia de Racing, con el broche final de un nuevo gol de Palermo para decorar la goleada.
A Boca le bastó con un poco de orden y algo de audacia para quedarse con el clásico, y con esas armas se llevó una victoria importante desde lo anímico, como para sepultar fantasmas y seguir metido en la pelea.
Boca no necesitó demostrar demasiado para llevarse una victoria tan clara como contundente. Le alcanzó con su oficio, con su mayor presencia de equipo y con la buena labor de algunas individualidades, para superar a un Racing que sólo mostró ganas pero que estuvo lejos de parecerse a una expresión futbolística. La diferencia fue esa, la que reflejó el resultado final, con un 3 a 0 que dejó establecido lo que separa a uno de otro en la actualidad.
Racing sólo opuso algo de resistencia en el primer tiempo, cuando Boca no terminaba de afirmarse y todavía no era tan influyente el juego de Banega. pero bastó que llegara ese golazo de Neri Cardozo ni bien empezado el segundo tiempo, para que la historia comenzara a definirse en favor de la visita.
Ese gol de Cardozo y la lesión de Facundo Sava antes del primer cuarto de hora de juego, fueron dos golpes demasiados fuertes para la Academia, que se sintió derrotado mucho antes de que Sergio Pezzotta hiciera sonar el silbato final. Ya que a partir de la ventaja, Boca manejó los tiempos con un formidable Ever Banega, con la movilidad de Neri Cardozo, con la profundidad de Rodrigo Palacio, con la solvencia de Jonatan Maidana y con la seguridad otorgada por las manos de Mauricio Caranta.
DE ARRANQUE POCO Y NADA
El primer tiempo aburrió bastante, entre dos equipos que no terminaban de afirmarse y que se iban sólo en intenciones. Boca manejaba mejor la pelota, pero Racing, sin tenerla tanto, era más agresivo, al punto que tuvo dos situaciones clarísimas, ambas conjuradas por Caranta, ante remates de Claudio López y Sebastián Arrieta.
El equipo de Russo progresaba bien por los laterales, sobre todo por el derecho, con la sociedad armada entre Hugo Ibarra y Alvaro González, pero cada desborde de Palacio terminaba en un mal centro o en un remate sin demasiada pólvora, como en dos ocasiones que estuvo cara a cara con Hilario Navarro.
Por eso, esa primera mitad se fue con la sensación de que Boca podía ganar el partido en la medida que acelerara un poco en ataque, aunque las ventajas que daba atrás también dejaban picando más de una duda.
Para Racing, en cambio, que estuvo cerca del gol, el camino al vestuario fue con una clara preocupación, la lesión de Facundo Sava, un jugador esencial para el juego del equipo.
UN GOLAZO ABRIO EL CAMINO
Cuando todavía ni se habían acomodado en el comienzo del complemento, Neri Cardozo despertó a todos con un golazo tremendo. Aprovechó un rechazo corto de Franco Sosa y se animó a probar desde unos treinta metros, clavando la pelota en el ángulo superior izquierdo del paraguayo Navarro que, algo distraído, no tuvo tiempo para reaccionar.
Ese bombazo fue clave, porque Boca creció en su juego y Racing entró en la desesperación. El equipo de Gustavo Costas se fue ciego al ataque, con mucho fervor y poco orden, y en cada contra parecía que Boca podía liquidar la cuestión, algo que finalmente sucedió cuando por fin Palacio -sigue torcido para el arco- le puso el moño a una jugada que arrancó con taco de Palermo y siguió con una asistencia bárbara de Banega.
Ahí se terminó el partido, la media hora que quedó por delante se consumió entre situaciones malogradas de Boca y la impotencia de Racing, con el broche final de un nuevo gol de Palermo para decorar la goleada.
A Boca le bastó con un poco de orden y algo de audacia para quedarse con el clásico, y con esas armas se llevó una victoria importante desde lo anímico, como para sepultar fantasmas y seguir metido en la pelea.
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