La "multi-funcionalidad", una arista del fenómeno

Desde los orígenes de la humanidad la gente ha tenido que realizar múltiples tareas. Sin embargo, no hay dudas de que la "multi-funcionalidad" describe a la perfección a las sociedades contemporáneas. Y en especial a los chicos que, bajo la denominación de Generación M, han crecido durante los últimos años a la par de las computadoras y de conexiones teleinformáticas cada vez más rápidas.

Los jóvenes de esta nueva generación se distinguen por la creciente cantidad de actividades que llevan a cabo. Desde más horas de estudio en la escuela y actividades extra-curriculares para sobresalir en un mundo marcado por la competencia exacerbada, hasta el tiempo que le dedican a mantenerse al corriente de las cambiantes modas y tendencias.

Claro que la "multi-funcionalidad" también afecta a la estructura familiar. Hace poco, la revista Time le dedicó su portada a la Generación M, definiéndola como la de los jóvenes que están en sus recámaras, pegados a la pantalla de la computadora, en un chat room de myspace o en una sesión de instant messenger, contestando sus correos electrónicos, con los audífonos de su iPod puestos y enviando mensajes SMS por su teléfono celular, todo al mismo tiempo que hacen la tarea escolar.

Pero esta generación también alcanza a los padres, quienes a su vez deben multi-funcionar para cumplir sus respectivas responsabilidades profesionales, llevar a los hijos a sus actividades por las tardes y atender sus propias relaciones sociales, ya sea en persona o en el ciberespacio.

El resultado, sin embargo, es un creciente desencuentro familiar. Según varios especialistas, todos pueden compartir el mismo techo pero cada quien vive en su propio tecno-mundo. Cada quien habita un espacio personalizado, en donde los puntos de contacto y las coincidencias de intereses con la familia son mucho menores que con aquellos miembros de las cibercomunidades a las que pertenezcan.

El problema, como señala el artículo de Time, es que multiplicarse para hacer varias cosas a la vez en realidad no funciona del todo bien. Citando varios análisis académicos, la revista señala que el cerebro no puede hacer distintas actividades al mismo tiempo: "Cuando la gente trata de hacer dos o más tareas relacionadas entre sí al mismo tiempo, o alternándolas rápidamente, los errores se incrementan y se tarda más del doble de tiempo para hacer cada una, que si se hicieran siguiendo una secuencia".

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