La celebración patria y la importancia de la participación ciudadana

La celebración de una fecha patria como la de hoy debe ser aprovechada para estimular, sobre todo entre los más chicos, el interés por la historia de la Nación y el sentimiento patrio. Para ello, la utilización de símbolos como la escarapela es una costumbre que no debería desdibujarse.

Lamentablemente, en las últimas décadas se ha producido un debilitamiento de algunos hábitos y costumbres sociales vinculados al sentimiento patrio. Las celebraciones de los 25 de Mayo, por ejemplo, han perdido el relieve que supieron tener, en las que sus protagonistas parecen cumplir con apuro un mero trámite, olvidados de lograr la participación ciudadana. Y como muestra podría mencionarse que en el caso de nuestra ciudad este año no habrá desfile cívico-militar, cuando antes eran tradicionales y convocaban a buena parte de la comunidad.

La celebración queda casi exclusivamente reservada al ámbito escolar, con una agenda de actos comunitarios e institucionales por cierto muy acotada. Está muy bien que en los colegios se mantenga la tradición de los actos patrios, que además debe ser complementada con clases y actividades alusivas. Pero desde el municipio y desde las instituciones deberían promoverse también acciones que refuercen el espíritu de la celebración y estimulen la participación ciudadana en estos aniversarios de gran trascendencia histórica.

El uso de la escarapela puede tomarse como un síntoma. En las vísperas de las fechas patrias está lejos de ser generalizado y, entre los más jóvenes, parecería una costumbre directamente extraña. Lo mismo ocurre con las banderas, que antes abundaban en los frentes de las casas y ahora son muy esporádicas. Rescatar esas costumbres sería un aporte al compromiso ciudadano, siempre ligado a un sentimiento patrio.

Por supuesto que el ejercicio de una ciudadanía comprometida, así como el respeto y el amor por el país, no se agotan en demostraciones simbólicas. Pero es indudable que los símbolos contribuyen a un orgullo ciudadano que no puede debilitarse.

De lo que se trata, en suma, es de que los niños vayan aprendiendo la importancia de las grandes gestas de la historia argentina, y el valor de la libertad y la independencia que el país alcanzó a partir de ellas, a través del mejor ejemplo, la trascendencia que las instituciones le otorguen a su recordación y la participación de sus propios padres en la evocación de aquellas jornadas. No es menor, para el destino de la nación, que la única noción que los chicos tienen de los feriados es que, en general, permiten disfrutar de un día sin clases y de fines de semana largos.

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