DR. ORFILIO CAFFESSE

Su fallecimiento

Falleció en nuestra ciudad a los 101 años de edad el doctor Orfilio Caffesse, prestigioso odontólogo ortodoncista que desarrolló una actuación brillante en nuestro medio.

Había nacido en Villa Constitución, provincia de Santa Fe, y en Rosario se recibió de odontólogo, trasladándose a La Plata apenas obtuvo el título. Aquí fue el primer ortodoncista que se dedicó a esa disciplina exclusivamente.

El doctor Caffesse fue un destacado profesional dedicado a la disciplina a la que consagró su vocación de odontólogo y docente, publicando un sinfín de trabajos científicos.

A lo largo de su destacada trayectoria recibió numerosas distinciones. Quienes lo conocieron lo recuerdan por su honestidad, sus fuertes convicciones, su compromiso y la sencillez con que hablaba de los problemas científicos más complejos.

El doctor Caffesse fue un profesional inspirado siempre en la vocación de servicio; un hombre de extraordinaria sensibilidad y calidez. Siempre puso en primer término el vínculo personal con sus pacientes, y fue construyendo un lazo de afecto profundo con las familias que recurrían a él.

Atendió tres generaciones de platenses: abuelos, hijos y nietos recurrían a él por su gran capacidad y don de gente. Siempre fue un activo defensor de los deportes. Practicó tenis y luego golf, que abrazó con gran apasionamiento.

En su dilatada, extensa y larga vida profesional ocupó distintos cargos con gran idoneidad. Fue presidente de la Sociedad Odontológica de La Plata, presidente de su tribunal de honor y asimismo presidente del Tribunal de honor de la Asociación Odontológica Argentina.

Una vez retirado de las actividades que lo colocaron en un lugar de privilegio, a los 85 años, se convirtió en un profesional de consulta. De su primer matrimonio nació su hijo Raúl, quien heredó su profesión, aunque con otra especialidad. Su hijo trascendió los límites de nuestro país y fue decano de la facultad de odontología de la Universidad de Houston, Texas y ahora dicta cursos por todo el mundo. Orfilio, volvió a formar un hogar junto a Sarah Ballaratti, con quien compartió más de treinta y cinco años.

Miles de platenses disfrutaron de su cordialidad, su sentido del humor, su charla amena y su lucidez intelectual. Valoraba especialmente la amistad y cultivaba las relaciones sociales con esmero.