Padre de tres hijos y un vecino al que todos querían

La terrible muerte que encontró Edgardo Vallefín (41) causó profunda conmoción en distintos ámbitos de la Ciudad. "El Negro", como le decían sus seres queridos, y estaba casado con la médica obstetra Jorgelina Mónaco, con quien tuvo tres hijos: dos mellizos varones de 7 años y uno de 14.

Sus estudios primarios los cursó en la Escuela N° 19, de diagonal 73 y 22, a la que concurrían sus hijos más pequeños (el más grande va al Nacional), y los secundarios en el Colegio San Luis, donde formó parte de la promoción 26 y supo cosechar a lo largo del tiempo grandes amistades.

A poco de egresar de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata, en la que realizó una carrera brillante, puso su propio negocio al lado de la casa de sus padres, en diagonal 73 entre 22 y 23.

Vivió muchos años en un departamento de la calle 29 entre 43 y 44, torre 2, tercer piso, pero cuando su familia se agrandó por la llegada de los hijos, se mudó a la zona de Gonnet-Bell, donde vivía en la actualidad.

Siempre, como especialidad, se dedicó al cuidado y la asistencia de los pequeños animales. Incluso, según pudo saber ayer este diario de boca de sus vecinos de La Loma, era muy reconocido profesionalmente.

"Atendió a todos los perros, gatos y hasta los conejos del barrio. Era una persona reservada, pero de gran corazón", señaló una mujer que lo conocía de toda la vida.

La madre de Vallefín, de 74 años, que también vivió el dramático momento del asalto, es ama de casa y el padre, de 75, se jubiló como empleado en el Poder Judicial.

Edgardo tenía dos hermanos: Carlos, el mayor, de 44 años, camarista federal de La Plata, y Gustavo, un ingeniero de 39.

DOLOR INTERMINABLE

La mayoría de las personas que dialogaron con EL DIA sobre este nuevo capítulo de inseguridad trágica en esa zona de nuestra ciudad, se mostraron consternados por lo sucedido.

Hubo palabras de sorpresa, indignación y, fundamentalmente, de mucho dolor, ya que Edgardo Vallefín era querido por todos.

Su inesperada muerte generó una profunda sensación de vacío en todo el vecindario, aunque no quedará en un caso más para la fría estadística policial.
Tan es así que la semana próxima habrá una reunión para tratar el tema y exigir respuestas.

Según aclararon sus allegados más directos, el cuerpo de la víctima no será velado por expreso pedido de la familia y hoy, a partir de las 09.45, será llevado desde una casa fúnebre de 53 entre 17 y 18 al Cementerio Municipal, donde, tras una breve ceremonia religiosa, se realizará la inhumación.

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