Acuarios hogareños

Las peceras jamás pasan inadvertidas en ningún ambiente. Chicos y grandes se deslumbran ante la figura de los peces y su incansable movimiento por el agua. Aquí le brindamos algunos consejos para un adecuado mantenimiento

Las peceras son un gran imán para todas las miradas. Tanto en un living, en un comercio y hasta en el baño, suelen ser un excelente foco decorativo: luz, color y movimiento se conjugan en ese pedacito de mar o río que recrean. Es cierto, también, que los acuarios domésticos requieren muchos cuidados, sobre todo, porque alojan vida en su interior. Aquí le proporcionamos algunas claves para mantener limpia el agua y suministrarle una buena calidad de vida a los peces.
El aire acondicionado que no trae consecuencias nocivas para los animales, como tampoco lo hacen las luces artificiales. Eso sí, de noche hay que apagarlas, para que ellos también descansen


Los acuarios se distinguen según el agua y la temperatura que tengan. La temperatura de los de agua salada oscila entre los 25 y los 28° C, lo que se considera agua caliente. En tanto, los de agua dulce, pueden ser de dos tipos: de agua caliente, como en el caso anterior, y también fría.

Las peceras más espectaculares -esas que se ven en los grandes hoteles o en las películas- son las que contienen peces tropicales, que viven en agua salada y caliente. Estas especies exhiben gran diversidad de colores y formas y, si se los enmarca dentro de una decoración acorde, se logra una atmósfera sin igual.

Un buen número de peces de agua dulce no tienen colores tan atractivos y, por lo tanto, son poco usados con intenciones decorativas.

Cualquier lugar de la casa es apto para tener una pecera. Se pueden ubicar en el living, en un dormitorio o inclusive en un baño.

Uno de los principales cuidados que se debe tener es el de colocar la pecera al resguardo de la luz directa del sol y del calor de los calefactores. Es importante respetar esta consigna, por tanto la luz solar como las altas temperaturas provocan la proliferación del verdín, lo que enturbia el agua y obliga a su constante recambio.

Muchos temen el daño que puedan provocarle a los peces el aire acondicionado. Es bueno saber que no trae consecuencias nocivas para los animales, como tampoco lo hacen las luces artificiales. Eso sí, de noche hay que apagarlas, para que ellos también descansen.

TIPOS DE PAREDES

Las estructuras capaces de soportar una pecera grande son variadas. Pueden ser de madera, de hierro, o de mampostería. También pueden estar empotradas en una pared sin ningún tipo de problema, siempre y cuando el diseño arquitectónico haya contemplado desde el comienzo de la obra la inclusión de una pecera.

Hay que tener en cuenta que ningún tabique interior de una casa tiene un espesor suficiente como para contenerlas. Una vez colocado el acuario, sus correspondientes equipos de luz y renovación de aire se apoyarán sobre la tapa de vidrio de la pecera, ocultos tras una puerta bien camuflada. Pero, aunque no estemos construyendo ni remodelando la casa, no tenemos por qué resignarnos a no tener un acuario: en ese caso, podemos optar por levantar paredes de durlock para que puedan contener nuestra pecera.

ESPECIFICACIONES TECNICAS

No existen demasiadas restricciones en cuanto a la forma que puede tomar un acuario. Esto es un dato interesante para quienes están considerando tener uno por motivos decorativos además de por el interés que puedan despertarle los peces en sí. Al margen de los clásicos rectangulares, los hay cuadrados, circulares, piramidales o con vidrio curvo, por nombrar sólo algunas de las formas.

Si hablamos de pesos y medidas, es bueno saber que una pecera grande, por ejemplo, una de 2m. de largo x 60 cm. de alto y 50 cm. de ancho contiene aproximadamente unos 600 litros de agua. Esto equivale a decir que un acuario de dimensiones parecidas llega a pesar entre 550 y 600 kilos.

Es lógico que se sienta resquemor al saber que una pecera puede ser tan grande y pesada. Pero no hay de qué preocuparse. Los vidrios que se utilizan en este tipo de estructura son especiales. Comúnmente, se utilizan los que tienen un grosor de entre 10 y 20 mm., un factor que impide que se rompan ante un simple golpe. Por último, es el particular proceso con que se fabrican estos vidrios lo que permite que puedan pegarse entre sí. Los vidrios comunes sí se despegan fácilmente al unirlos con pegamento y luego exponerlos al agua.

Contra los que sostienen la leyenda malintencionada de que los peces traen mala suerte, el feng shui responde que, muy por el contrario, tener una pecera augura prosperidad y abundancia. Destaca el hecho de que, tanto el movimiento del agua como el de los peces, proporciona a los habitantes de la casa descanso visual. Además, el encontrarnos en contacto con un fragmento del mundo natural contribuye en buena medida a nuestra armonía interior

El aire acondicionado que no trae consecuencias nocivas para los animales, como tampoco lo hacen las luces artificiales. Eso sí, de noche hay que apagarlas, para que ellos también descansen

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