Se fue Rezza y vuelven dos para salvar a Chicago

Sobre la posible renuncia de Ricardo Rezza a la dirección técnica de Nueva Chicago, el presidente de la entidad, Antonio Filomeno, le decía a este diario el último domingo que "todo podía suceder". Veinticuatro horas después, lo que podía pasar, pasó y Rezza dejó de ser el entrenador del Torito.

Ayer por la tarde, después de una reunión mantenida con los dirigentes, la dupla conformada por Mario Oscar Marcelo y Jorge Pérez llegaron a un acuerdo y desde hoy volverán a entrenar al equipo de cara al trascendental choque del sábado con Los Andes. Marcelo y Pérez dirigieron a Chicago hasta la fecha 29 de esta temporada (11 triunfos, 8 empates y 10 derrotas) cuando el Torito estaba fuera de promoción y descenso directo.

Tras la reunión, el Fruta Marcelo dio su parecer sobre el retorno de la dupla: "Tenemos una excelente relación con los jugadores. Chicago está por encima de Filomeno de Marcelo o de Jorge Pérez. Vamos a hacer todo lo que sea necesario para dejarlo en la B Nacional". Además destacó que "hablamos sólo por este partido. Tenemos que estar todos juntos y salir del mal momento. Los que hemos nacido acá y somos hinchas, queremos lo mejor". También se mencionó fuerte el nombre de Salvador Pasini.

Todo comenzó ni bien terminó el partido del sábado en Lomas de Zamora. El plantel y cuerpo técnico llegaron a la concentración, en el barrio de Constitución, y allí se encontraron con un grupo de "hinchas" que los insultó y los habría amenazado. "Si no ganan el próximo sábado les damos en las piernas", habrían dicho. Esta situación enojó muchísimo a Rezza.

Si bien siempre fueron rumores, al parecer, la relación entre el técnico y los jugadores tampoco era la mejor. Además, el plantel sufrió mucho la salida de la dupla Marcelo-Pérez tras la derrota con Independiente Rivadavia. De esa circunstancia nunca pudieron reponerse.

Bajo el mando de Rezza, Chicago arrancó con una victoria sobre Ben Hur, en Rafaela. Después vendrían ocho empates, algunos importantes (como ante San Martín, en Tucumán; y Belgrano, en Córdoba) pero en su mayoría, partidos en los que Chicago mostró un perfil mezquino y super cauto que lo hicieron perder terreno (como frente a Defensa, Chacarita, Almirante Brown e Instituto). En total metió nueve goles y recibió siete. Muy poco.

La derrota con Los Andes encendió la mecha, y el descenso -a un año de haber perdido su lugar en Primera División- comenzó a golpear otra vez. El sábado, en La Paternal, será la gloria o el infierno para el Torito.