Renovadas señales de alarma sobre la marcha de la economía

A la baja de la calificación de la deuda se sumó el "enfriamiento" de la actividad

Una explosiva combinación de baja en la calificación de la deuda, índices de precios al consumidor que no despiertan credibilidad, una reducción de la actividad económica y del ritmo de las exportaciones, han generado una creciente desconfianza en el rumbo de la economía, que se traduce en la fuga creciente de capitales.
A estos temores se sumó la polémica por el índice de precios minoristas


Si bien la estrategia del Gobierno de salir a comprar parte de la deuda se tradujo en una suba de hasta el 11 por ciento en el valor de los bonos de la deuda, la caída sólo fue revertida por los 270 millones de dólares que se invirtieron desde el Tesoro a este fin. En cambio crecen las dudas sobra la capacidad de pago del endeudamiento para lo que resta del año y, en especial para el 2009.

Por eso, esta exitosa compra fue acompañada en la semana por la baja en la calificación de la deuda por parte de Standard & Poor's y Moody's y también aumentó el índice que elabora la banca JP Morgan y que se conoce como riesgo país.

Incluso los inversores están perdiendo confianza en Argentina por la combinación de la desaceleración del crecimiento, inflación y un elevado gasto público, que -según argumentan- podrían jaquear la capacidad del país para cumplir sus compromisos de la deuda.

Con el recuerdo del cese de pagos por 95.000 millones de dólares de 2001 -el mayor de la historia- aún presente, dos calificadoras de riesgo revisaron sus notas sobre la deuda soberana argentina esta semana: Moody's redujo su perspectiva de "positiva a estable" debido a la "tensión política" que vive el país y, por motivos similares, Standard & Poor's bajó su calificación desde B+ a B.

Tras el prolongado conflicto con el sector rural, que no quedó totalmente resuelto pese a la eliminación de la polémica Resolución 125, observadores financieros internacionales salieron a destacar la pérdida de poder político por parte del Ejecutivo como para mantener el superávit fiscal y recuperar la confianza de los inversores, muchos de los cuales salieron de sus posiciones en bonos de la deuda argentina.

A estos temores se sumó durante la semana la nueva polémica por el índice de precios minoristas elaborada por el INDEC, que se ubica a la cabeza de los factores que contribuyen a la pérdida de credibilidad del Gobierno. Esas dudas, según algunas agencias internacionales, hicieron que los grandes inversores se retiraran de los bonos, aunque se mantienen firmes los institucionales, como ser los fondos de pensión.

MENOR ACTIVIDAD

Pero más allá de las dudas que despierta la evolución de la deuda argentina, que incluso hasta las mismas consultoras que bajaron la calificación esta semana consideran "manejable" mientras se mantenga una rígida disciplina fiscal que no incremente los gastos, nuevos nubarrones asomaron durante la semana.

Entre estos, el más destacada fue sin dudas el menor nivel de actividad del mes de junio, que se conoció a través del Estimador Mensual que elabora el INDEC y que señaló que en el PBI se incrementó sólo un 6,5 por ciento, el nivel más bajo en los últimos 28 meses.

Si bien el acumulado del año fue de 8,1%, de todas maneras el más bajo del año, el nivel de junio se redujo un 0,8% respecto a mayo, la segunda caída del año, luego de la reducción del 0,7% de febrero.

Sobre la evolución de la actividad económica, la consultora Economía & Regiones la proyectó en algo por debajo del 8,0% anual, de una estimación previa del 8,5%. Ello, según un trabajo difundido en las últimas horas se debe a que hay muchas decisiones de inversión paralizadas debido al "enfriamiento" de la economía. Sin embargo esta reducción ubicaría el crecimiento de todo el año en un 7,9% bastante por encima del promedio de las proyecciones de los analistas medidas por el Banco Central que la ubica en un 7,3%.

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