A Caranta le cerraron las puertas en la cara y la contienda se calentó

Se presentó con un abogado y un escribano y se labró un acta. Ahora intimará legalmente a Boca

Fue un escándalo. La situación se le fue de las manos a Boca y el bochorno hizo centro en Tandil. El arribo de Mauricio Caranta acompañado por representantes del gremio de los futbolistas al Hotel Elegance, los cuarenta minutos que el cordobés tuvo que esperar al borde del camino antes que alguien de Boca (¡lo hizo el jefe de seguridad!) bajase a comunicarle la decisión oficial de negarle el ingreso a la concentración, el traslado hasta una escribanía del centro de la ciudad para dejar librado en un acta todo lo vivido, todo. Fue una tarde distinta que sacudió la habitual tranquilidad de Tandil y que marcó el capítulo más caliente de esta historia.

Lo cierto es que Mauricio Caranta, ya sin uso de la licencia que le fijó el club la semana pasada, no pudo acceder a cumplir con sus obligaciones laborales y ahora intimará al club que en cuarenta y ocho horas deberá dar una respuesta definitiva. Caso contrario, el jugador puede considerarse despedido y quedar con el pase en su poder. ¿Qué dicen en Boca? Toda este revuelo no cayó bien, se habla de malestar y para mañana se espera por estos pagos la presencia de Carlos Bianchi para brindar una conferencia de prensa que aclare lo que por el momento es la primera mancha (heredada pero mancha al fin) de su gestión como manager.

La crónica arrancó bien temprano. Cuando se supo que Mauricio Caranta partía desde Buenos Aires, allá por las 10, con destino a Tandil. Siguió con una guardia periodística de cuatro horas, el arribo del arquero acompañado por Rubén Checchia y Sergio Seguel como asesores gremiales y el abogado apoderado del gremio de los futbolistas, Juan Carlos Suñé, la negativa de Boca de dejarlo subir a la concentración, el traslado hasta la escribanía Speroni-García de la calle Belgrano 790 donde se libró el acta correspondiente y el retorno de Caranta hacia Buenos Aires.

En el medio quedó el ofrecimiento de Boca para que se entrene con la reserva (no en Tandil sino en Buenos Aires porque el club por entonces ya había levantado imprevistamente el campamento de los chicos en el "Piedras del Lago"), algo que tanto el gremio como el arquero rechazó y algunas repercusiones como que la que llevó al técnico Carlos Ischia a prohibirle el acceso del entrenamiento de la tarde a los periodistas.

LOS PASOS LEGALES

A Mauricio Caranta no se lo notó bien. Solamente bajó de la camioneta para entrar a la escribanía de la calle Belgrano y para saludar a su compadre Jorge Carranza (ataja en Godoy Cruz pero fue compañero de muchos años en Instituto). No quiso hablar con la prensa y todo lo que tenía que decir lo hizo el doctor Juan Carlos Suñé, que hizo las veces de vocero y fue muy claro en su discurso.

"Ni Mauricio ni nosotros esperábamos este trato. Ahora, a través de Futbolistas Agremiados, él va a continuar con todos los pasos legales para ir definiendo esta situación. Mañana -por hoy- se va a remitir la intimación a Boca Juniors y el club va a tener un plazo de dos días hábiles para expresarse si le permite entrenar con el plantel profesional o no. Si no lo hace, Mauricio se va a considerar despedido por injurias a sus intereses profesionales, morales y personales. El acta refleja lo que todos vieron. El mal trato que tuvimos, parados por la seguridad cuando fuimos a dialogar para que un afiliado retome sus tareas. ¿Si hay solución? Si se habla siempre puede haber soluciones, todo depende de ellos. ¿Entrenar con la reserva? No, porque desde que empezó su relación laboral con el club lo hizo con la primera", dijo el doctor Suñé.

La contienda tuvo el round más áspero de todos. En Tandil, en medio de un bochorno, a Mauricio Caranta le cerraron las puertas y ahora la historia se traslada al plano legal.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE