Quién es James, dónde trabajaba y para quién

Ciro James se ha hecho famoso por espiar a gente conocida -vía pinchadura de los teléfonos- desde su "puesto" en el ministerio de Educación del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pero en realidad el hombre tiene varias profesiones y ha tenido varios "trabajos" simultáneos, por lo que sus actividades resultan una trama sumamente compleja.

James es abogado, docente y martillero. Y fue además, durante muchos años y hasta hace muy pocas semanas, integrante de la Policía Federal.

En materia de trabajos, James estaba contratado desde fines de 2008 por el ministerio de Educación porteño, para realizar auditorías externas. Y en setiembre último había iniciado el trámite para ingresar a la futura Policía Metropolitana que planea poner en marcha Mauricio Macri. Según trascendidos, el entonces jefe de esa fuerza aún inexistente lo iba a nombrar jefe del área de Inteligencia.

Fue en esos días que se supo que James estaba siendo investigado por el juez Norberto Oyharbide por espiar, entre no se sabe cuántos más, a Sergio Burstein, familiar de víctimas de la AMIA; al empresario Carlos Avila; al cuñado de Macri, Daniel Leonardo...

Según la causa en que se lo investiga, James pinchó los teléfonos de esas personas mientras estaba contratado por el ministerio de Educación porteño. Pero resulta que ése no era el único trabajo que el espía había tenido durante el último año.

Es que James fue miembro de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal hasta agosto último.

En el ministerio de Educación afirman ahora que no sabían que era policía. Pero no sólo lo era sino que conservó su puesto en la Federal hasta que renunció recién -como se dijo- en agosto para ingresar a la Policía de la capital federal.

Por lo demás, James investigaba a Burstein y a Avila por orden de un juez federal de Misiones, Horacio Gallardo, con relación a un homicidio cometido en el 2005 en esa provincia. Se dice que fue James quien le "acercó" primero al juez presuntos vínculos sobre el dirigente de Familiares de Víctimas de Amia y del empresario sobre el caso. Pero lo cierto es que el magistrado autorizó las pinchaduras de los teléfonos de ambos y en el caso de Avila, la intervención de su celular data por lo menos de comienzos de 2007.

En definitiva, James despuntaba el mismo hábito que su homónimo Bond 007 mientras cumplía funciones en la Policía Federal y en el gobierno de Macri, pero se hacía tiempo para dar clases y atender su estudio jurídico en el Barrio Norte porteño.

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