"Más fans que nunca"

Por Gastón Cingolani*

La televisión no es un aparato. Podría decirse que son muchos aparatos que pueden recibir simultáneamente una señal compartida, y la televisión es, también, lo que sus usuarios espectadores hacen con lo que ella emite.

Hace muchos años, entre los '60 y los '80, entre nosotros había sólo cinco canales. Se miraba "Bonanza", "La familia Ingalls", pero también "Hechizada", "V Invasión Extraterrestre", "Los aventureros" y "Alf". No existía por entonces el fanático: se miraba lo único que había para ver.

Entre fines de los '80 y a lo largo de los '90 la televisión cambió, y mucho. Al control remoto se le sumó una oferta de setenta canales y aparecieron nuevas clases de espectadores. La utopía del cable fue: "vamos a hacer un canal para cada tipo de televidente". Así aparecieron las señales exclusivamente de series y sit-coms: algunas para los que seguían las series nuevas (Fox, Warner, Sony con Friends, Seinfeld, La Nanny, Buffy, Melrose Place, y nada menos que los Simpson), y también otras para los nostálgicos y los hijos de los nostálgicos: otra vez "Chips", los "Dukes de Hazzard", "Baretta", y "Blanco y Negro".

Internet agregó a esta situación la posibilidad de que estos espectadores se corporicen: proliferaron los foros y -ahora sí- hubo fans. Pero fans de esos que conocen cada diálogo y siembran dudas sobre detalles abiertos a la interpretación. Miércoles por la noche, ante Fox, los seguidores de "Los Expedientes Secretos X" ardían a la espera de un nuevo capítulo, y no faltaban aquellos que tenían la data antes, por su emisión algo adelantada en el hemisferio norte. Seguramente, el caso paradigmático de aquel fenómeno haya sido esta serie, la cual, en un gesto de homenaje, en las últimas temporadas incorporó un personaje que hacía -precisamente- de fanático.

El paso de los Expedientes a Lost marca un antes y un después de la televisión. ¿Quién espera hoy un nuevo capítulo de Lost? ¿qué día? ¿en qué canal? Lost es internet, Lost es dvd, Lost no tiene horarios, no tiene canal, no tiene rating, no tiene control remoto. Sus fans no siguen la serie periódicamente en un tiempo ajeno: la consumen con ritmo propio, la discuten en el foro, descubren detalles visibles sólo en el reproductor de dvd, suben el fragmento a youtube, reciben comentarios sobre eso. Lost no es televisión. Comenzó la era en que los espectadores (más fans que nunca) no son esa raza en extinción para la ficción en pantalla: televidentes.

* Docente de la UNLP, UdeSA y IUNA. Como investigador se desempeña en el análisis de la televisión y su recepción

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