Justificados reclamos de productores rurales por el auge del cuatrerismo

Una vez más se conocen en la Provincia referencias acerca del auge que registra una modalidad de robo que, como la del cuatrerismo, aparecía hasta la década del 90 como virtualmente extinguida pero recrudeció desde entonces y se ha convertido en una suerte de flagelo cotidiano para los productores rurales.

Como lo han advertido ahora desde la Sociedad Rural de Olavarría, el incremento de episodios de abigeato está generando pérdidas millonarias al sector, en una situación que deriva en la presentación de frecuentes y numerosos reclamos.

Cabe recordar que en agosto pasado productores rurales, vecinos y dirigentes de entidades agropecuarias del interior de la Provincia habían protestado por la ola delictiva que azotaba ese vasto sector del territorio bonaerense, señalándose entonces que se había experimentado un aumento de ese delito y que ello generaba un clima de explicable temor entre los pobladores.

Se había indicado también que los casos se registraban en diferentes lugares de la Provincia, aún cuando los distritos en los que más frecuentemente se denunciaban hechos de esta índole eran los del centro bonaerense, como Azul y Olavarría. Abigeato, robos de herbicidas y maquinaria, rotura de silo bolsas, fueron son algunos de los delitos más denunciados en los últimos tiempos por los ruralistas. Y según señala ahora la entidad mencionada, la situación no ha variado.

Se ha dicho en esta columna que, más allá de las obvias limitaciones que imponen las distancias para el patrullaje en zonas rurales, es evidente la necesidad de diseñar un plan de acción frente al auge de la inseguridad en los campos. En años anteriores, desde el ministerio de Seguridad se había llegado a proponer un sistema -que generó polémica- con participación de "baqueanos" y de la propia comunidad.

El cuatrerismo, como se ha dicho, consiste sólo en una modalidad más de la actividad delictiva, cuya detección -pese a que esos hechos se desarrollan habitualmente en escenarios despoblados- parecería más fácil de lograr que la otra clase de robos, que se comete en lugares densamente habitados.

De sobra se conocen que existen desde antiguo bandas especializadas en el robo de ganado, y su proliferación ahora, según lo han señalado reiteradamente los propios productores, es atribuible, entre otras cosas, a la falta de presencia policial en la zona, aunque también pesa la falta de eficacia de las investigaciones judiciales sobre los robos ya producidos que permitan desarticular esas bandas. Los esforzados productores de la Provincia, muchos de ellos propietarios de pequeñas parcelas, han dicho sentirse desprotegidos, inermes frente a ladrones que, al parecer, durante días estudian el lugar y saben en qué momento concretar los robos.

La única respuesta posible para ellos la debe dar una activa y continuada presencia policial en el lugar, no sólo para reprimir sino para prevenir este insólito rebrote del cuatrerismo. Por ello es que resultan del máximo interés las medidas que dispongan las autoridades para combatir eficazmente este flagelo.

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