Una vida atada a la UCR
| 1 de Agosto de 2011 | 00:00

Con sus 99 años, Florentina Gómez Miranda tuvo una historia unida a la vida de la UCR, partido al que se afilió en 1946 permaneciendo en sus filas como militante activa hasta sus últimas horas.
El primer contacto de Florentina con la UCR había sido entre 1928 y 1930: uno de los días que el presidente Hipólito Yrigoyen disponía del saludo al pueblo en Casa de Gobierno, Florentina -recién recibida de Maestra Normal Nacional- pasó a conocerlo junto a su madre.
Poco después se recibió de abogada en la Universidad Nacional de La Plata, la única carrera que pudo cursar libre, aunque ella quería ser odontóloga.
A propósito, siempre contó que cuando trabajaba como maestra rural en la zona de Olavarría, sentía como propios los dolores en encías y dientes de sus alumnos.
Fue mucho después, durante el Gobierno de otro radical, Arturo Illia, que Florentina tuvo su primer cargo institucional como presidenta de la Comisión de Alquileres, desde donde defendió los derechos de las personas sin casa.
En el radicalismo fue varias veces delegada al Comité Nacional donde ocupó el cargo de secretaria de la Mujer, también integró la Convención Nacional y en Cevallos 905 dirigía el ateneo de su barrio, llamado Margarita Malharro de Torres, en honor a su amiga mendocina y compañera de lucha.
Florentina formó parte desde el primer día del Movimiento Renovación y Cambio que luego encumbraría a Raúl Alfonsín, con quien cosecharía una gran amistad, que se extendería a lo largo de los años.
Solía comer en el restaurant Lalín, mítico lugar de encuentro radical, y se entusiasmaba con la celebración de su cumpleaños número 100 en febrero próximo.
"Como vamos a necesitar mucho espacio lo vamos a hacer en el Luna Park, pero vamos a llevar la comida del Lalín", bromeaba ante sus correligionarios.
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